Mouafk Assad, es médico de origen sirio
y lleva 30 años en el estado Espanyol.
Hace pocas semanas visitó a su familia
en la ciudad de Homs y fue testigo de
la represión. Ahora contribuye a organizar
una nueva asociación de sirios en
Catalunya enfrentada al régimen de
Bachar al-Assad. Desde LI apoyamos
las movilizaciones semanales que convocan
delante de la sede de la
Generalitat en Barcelona, y os acercamos
este testimonio de primera mano,
a pesar de nuestras diferencias respecto
al tribunal internacional y la negación
de la identidad kurda.

LI.- Pudo ver de primera mano la represión
del régimen de Assad hace sólo
unas semanas en Homs. ¿Cuál es ahora
la situación?

MA.- Desde hace más de un mes y
medio, la situación en Siria es caótica. El
comercio abre y cierra no se sabe cuando.
Los días que estuve allí los niños no iban al
colegio. Cuando alguien sale a la calle no
se sabe si regresará: es una lotería, te pueden
herir o matar o puedes quedar detenido.
Y el único peligro no son las fuerzas del
gobierno: también los shabiha, que no llevan
uniforme, asesinan sin dejar ningún rastro
porque les encubre el muhabarat, los
servicios secretos. Ya es tarde para las reformas,
porque el régimen ha perdido toda
su credibilidad y legalidad y es difícil encontrar
a alguien que no tenga un vecino o
familiar muerto o desaparecido.

LI.- Hay noticias de soldados asesinados
por negarse a reprimir las manifestaciones.
¿Qué está ocurriendo en el ejército?

MA.- Las tropas están en alerta máxima e incomunicadas del exterior. Cuando les sacan a la calle les
dicen que van a luchar contra bandas terroristas. Cuando se
encuentran frente a manifestantes y se niegan a disparar, allí
mismo son sentenciados a muerte. De hecho los primeros días
de la revuelta en Daraa acabaron con una división entera del
ejército: según las informaciones de que dispongo son 700 soldados
y ahora los están entregando a sus familiares, dos meses
después. Todos los mandos que están participando en la represión
son del entorno de Assad: la mayoría de matanzas están
asociadas a la Cuarta División, comandada por el hermano menor
del presidente, Maher al Assad, y el muhabarat

LI.- ¿Quién está impulsando la revuelta? ¿Cuáles son las
principales reivindicaciones?

MA.- La revuelta ha sido espontánea. Esto no significa que no
haya organizadores, pero se trata de una revuelta del pueblo sirio
contra el poder absoluto. No es un conflicto étnico ni religioso:
hay manifestantes asesinados de todas las etnias y confesiones.

LI.- ¿Cuál es el papel de los trabajadores?

MA.- Los trabajadores son el grueso de los manifestantes.
Los pocos que tienen la suerte de tener un empleo son funcionarios,
ya que el resto trabaja para el holding del presidente y
compañía sin seguro ni ninguna estabilidad: trabajas cuando te
llaman y punto. Los del sector libre están paralizados porque no
funciona nada.

LI.- También se han levantado los Kurdos, al este del país.

MA.- Los kurdos también son sirios y se levantan como los demás.
Hay que trabajar con ellos, ya que nuestro objetivo es el
mismo: liberarnos del poder absoluto. De hecho aquí en Barcelona
los kurdos son los más activos en las movilizaciones. Yo no les
llamo kurdos, sino sirios, porque ya no sé dónde está la diferencia.

LI.- ¿Por qué le preocupa a Israel la caída de Assad?

MA.- Israel siempre ha presumido de ser la única democracia
en la zona y el hecho de negociar la paz con una democracia
es mucho más complicado. Porque los dictadores, como Al-
Assad y Mubarak, lo venden todo a cambio de mantenerse en
el poder. Esto es lo que han hecho los gobiernos árabes, además
de utilizar el enfrentamiento con Israel para la represión
interna: la ley de emergencia de Siria que prohíbe las manifestaciones,
se justifica porque supuestamente estamos en guerra,
cuando todo el mundo sabe que ya no habrá guerra contra
Israel: simplemente lo utilizan como moneda de cambio

LI.- ¿Una intervención militar del imperialismo serviría para
frenar la represión?

MA.- Nuestra posición es clara: el cambio tiene que salir de
dentro aunque cueste más tiempo y más sufrimiento, pero ya
hemos visto lo que pasó en todos los países donde hubo intervención:
Afganistán, Irak y ahora Libia. El pueblo sirio es muy
patriótico, en este sentido los trapos sucios en casa, en cambio
si que pedimos una condena al régimen y su aislamiento como
medidas y perseguirlo para condenarlo ante el tribunal internacional
por crímenes de guerra.