Y piensa aumentar el 83% el
número de sus clientes, el 49%
el de los créditos y el 89% sus
depósitos. BBVA, el primer
banco español, piensa deglutir
la quebrada unión de las tres
cajas catalanas de Sabadell,
Terrassa y Manlleu, quedándose
con su mercado y activos y
reduciendo personal y oficinas
aproximadamente a la mitad,
para tener beneficios de 100
millones ya en dos años. Es
como si aumenta su negocio
aproximadamente al doble en
Catalunya con una plantilla 1,5
veces la de antes. La plantilla
que quede (tanto proveniente
de BBVA como UNNIM) verá
incrementada la carga de
trabajo, y los despidos pueden
darse de manera indistinta en
las dos plantillas. UNNIM ya
había despedido, prejubilado o
dado de baja voluntariamente
a 575 trabajadores/as.

UNNIM acumula 948 millones de
euros fruto de la ayuda del Fondo
de Reestructuración Bancaria Ordenada
(FROB). En septiembre el
Banco de España «nacionalizó»
NovacaixaGalicia, Catalunya Caixa
y Unnim lo que costó al Estado, a través del FROB, un total de 7.551
millones
BBVA tendrá ayudas del fondo de
Garantía de depósitos por 5.400
millones si se dan pérdidas hasta
ese máximo. El BBVA dice creer
que las pérdidas sumarán 1.100
millones más, que asumiría. En ese
caso, ese será el coste para el
BBVA, pues hasta ahora ha pagado
un euro.

Las cajas en quiebra y «nacionalizadas
» saltaron a la prensa por los salarios, los despidos blindados, las
dietas, las pensiones y las
prejubilaciones de su alta dirección.
En el caso de UNNIM, la dirección
cobró 2,4 millones en 6 meses, en
medio de un programa de despidos
y cierre de oficinas anterior a la
nacionalización y a la subasta. Después
de recibir casi mil millones de
dinero público, 6 directivos cobraron
8 millones de euros al abandonar
la Caja. La Oficina Antifraude
de Catalunya los investigó por malversación
de fondos públicos y lo
archivó.

Desde 1977 las Cajas podían operar
de forma muy parecida a los
bancos. Las Cajas representaban
más de la mitad del ahorro en el
estado español. La banca pública
comercial la acabó de privatizar
Aznar. La implicación de las Cajas
en la burbuja inmobiliaria –con promotores,
inmobiliarias y agencias de
tasación propias- ha permitido la
estocada final de su apropiación y
desmantelamiento por parte del capital
privado. En 2010 un proceso
acelerado de fusiones hizo pasar su
número de 45 a 15. De 2009 a 2011
se han «nacionalizado» 6 cajas. Representaron
una parte del mercado
del crédito que no repartía dividendos.

Sus plusvalías se distribuían
de manera distinta a la de los bancos
privados, con una parte destinada
a la llamada «Obra social» (en
la mayor caja catalana durante años
la actividad estrella de la Obra Social
era un ciclo de Música Religiosa
al que acudía la «Jet set»). Dirigidas
desde un consejo con representación
de las autoridades locales,
provinciales, autonómicas, de
los sindicatos de los trabajadores de
la caja y de los clientes. A menudo
el consejo tenía más de 100 integrantes.
Se han descubierto redes
de crédito a bajo o nulo interés entre
los consejeros, y las autoridades
presentes en los consejos tenían
relaciones preferentes para el
crédito, tanto para sus instituciones
como para sus partidos.

Bancos y cajas son objeto de protesta
por las múltiples estafas que
han protagonizado: clausulas que
permiten subir la hipoteca, pero no
bajarla, participaciones preferentes:
acciones cuyo precio ha bajado a
casi cero vendidas como depósitos
seguros, la especificidad española
de la ley hipotecaria que permite
que se abandone el piso –o
desahucie– que el banco lo obtenga
en subasta por un precio ridículo
y que la deuda se mantenga y
se cobre a los avaladores o a los
titulares incluso con embargos y
desahucios.

Mientras los directivos han inflado
la burbuja, han implementado
políticas que han llevado al
hiperendeudamiento a familias y a
muchas de ellas al desahucio, han
gozado a su vez de créditos, salarios,
despidos blindados, dietas,
pensiones y prejubilaciones en condiciones
de escandaloso privilegio
y finalmente las han llevado a la
quiebra. Esos directivos forman
parte de los circuitos de los
Undargarín, del lavado de dinero
negro que pone en marcha Rajoy,
de las privatizaciones de la sanidad
y enseñanza en beneficio de las
grandes constructoras y demás burguesía.

Luchemos contra los despidos,
las rebajas salariales, el paro y la
pobreza.

Por la defensa de los derechos
sociales y laborales:

· Garantía para pensiones y
salarios.

· Reparto del trabajo entre
los brazos disponibles sin pérdida
de salario.

· Plan de inversiones públicas
con empleo y salario dignos.

· No a los despidos ni a las
reducciones salariales ni en el sector
público ni en el sector privado.

· Nacionalización de la banca
y de los sectores vitales de la
economía, para ponerlos bajo
control de los y las trabajadoras.

· No al pago de la deuda ese
dinero se necesita para mantener
los servicios sociales y empezar
a crear ocupación pública.

Ni ahora ni nunca es el momento
de pactos sociales, ni con la patronal
ni con los gobiernos

Es preciso empezar a crear desde
abajo un movimiento hacia una
movilización para ganar.

NOTA: Citar los enlaces que están
en: http://is.gd/Bm4IZP no implica
avalar la línea ni de la web ni
del autor/a.