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Brotes Verdes. ¿La crisis va a acabar pronto?

No es verdad

Víctor Messeguer, 16 de septiembre de 2013




Mientras se prepara una nueva reforma
laboral y un nuevo empeoramiento
de las pensiones, el gobierno y la
burguesía llevan meses anunciando
que la economía está empezando a
mejorar. La verdad es que depende de
cuál sea la clase social de la que
estemos hablando. El discurso gubernamental,
de la misma oposición e
incluso de los sindicatos mayoritarios
se centra en ver la economía como un
mecanismo que un buen técnico
puede arreglar, arreglo que beneficiará
a todas las clases sociales. Ha contribuido
a esta visión el derrumbe del
estalinismo y su misma existencia
como dictadura contra los trabajadores,
y también una prosperidad capitalista
que alcanzó a algunas clases
sociales de algunos países, incluso a
capas de trabajadores de países
imperialistas.

Varias causas se combinan para que
no se pueda reemprender la dinámica
anterior a 2007 de manera indefinida.
Veamos las que parecen
más importantes:

1 .- La economía no es una técnica
neutral, sino política aplicada. La
correlación de fuerzas de la lucha
de clases es la que manda hacer
una economía u otra. El capitalismo
se basa en la propiedad privada de
los medios de producción, que busca
hacer máximo el beneficio (entre
otras maneras aumentando la explotación
laboral y el paro) y provoca
periódicas crisis de sobreproducción
(depresión del consumo por el
paro o los bajos salarios). Históricamente
la burguesía ha salido de estas
crisis con la destrucción de fuerzas
productivas (trabajadores, capital,
naturaleza), con guerras y/o quiebras.
Las conquistas de los trabajadores
hacen más lento el proceso
de acumulación de capital y atrasan
las crisis de sobreproducción,
aunque no las eliminan.

2 .- La economía no solo está subordinada
a la lucha de clases, también
lo está a la realidad material del
planeta. A la contradicción clásica
expresada por Marx entre las burguesías
nacionales, provistas de su
estado y las necesidades de
racionalización de la producción en
un ámbito mundial, se añade la contradicción
entre la necesidad de expansión
de los mercados para mantener
o aumentar la tasa de beneficios
en una economía capitalista y
las limitaciones físicas del planeta.
Entre ellas debemos citar el cambio
climático, con consecuencias económicas
adversas en gran medida
todavía poco previsibles, el no-aumento
e inicios de descenso de la
producción de energías primarias (la
primera ha sido el petróleo crudo,
que no aumenta desde 2005). Los
intentos de paliar esa falta de energía
primaria son burbujas catastróficas:
los biocombustibles (uno de los
factores de las alzas de los alimentos),
el Shale gas (obtenido por
fracking, técnica contaminante de
comarcas enteras), el petróleo de
arenas bituminosas (extracción contaminante
y costosa en energía), la
extracción de crudo en plataformas
marinas en aguas profundas (recuérdese
el derrame de 3 meses y 11
muertos en el Golfo de México).
Igualmente se cree que habrá un
descenso de producción de los principales
metales y materiales.

3 .- El marxismo prevé que en el
capitalismo la tasa de beneficio se
va reduciendo como consecuencia
de la competencia y el uso de cada
vez más capital, por el hecho de que
al no tratarse de una economía planificada
los competidores suman un
exceso de inversión y tecnificación.

Historia reciente

4 .- Hay una sucesión de crisis económicas
desde los años 70. En 1971
se produjo la suspensión de pagos de
EEUU y 2 años después la retirada
de Vietnam. Pero no hubo “reset” en
el imperialismo y las finanzas mundiales.
No podía haberlo pues la burguesía
de EEUU tenía, y tiene, la mitad
del presupuesto militar mundial. En los
países económicamente colonizados
ha habido crisis con la entrada en la
pobreza de millones de personas y se
calcula un promedio de 3 millones de
muertes anuales en el mundo por enfermedades
curables.

5 .- En los 70 y 80, la caída de la
tasa de beneficios de las empresas
productivas en los países capitalistas
tuvo como consecuencia que se
empezaran a aplicar medidas bautizadas
como neoliberales, que aumentaban
la explotación laboral, se
abandonaban o privatizaban servicios
públicos para convertirlos en negocio
privado, y se incrementaba el ritmo
de inflado de una gran burbuja
de deuda, que permitía mantener el
consumo a pesar de haber llegado a
una crisis de sobreproducción (depresión
del consumo por el paro o
los bajos salarios). Como toda burbuja
iba a tener un final.

6 .- En los 90, las masas hacen caer
el estalinismo en la URSS y países
del Este, y no en China, pero se restaura
el capitalismo en ambos. Unos
1.500 millones de personas, básicamente
de clase trabajadora se integran
en el mercado mundial. Los
bajos salarios y los nuevos mercados
alargan el tiempo de la burbuja
de crédito, y permiten recuperar tasa
de beneficio. En 2.000 estalla la burbuja
de las empresas de internet
(punto.com). Esto fue seguido del
atentado contra varios edificios en
Manhattan en septiembre de 2.001,
que justificó la invasión de Afganistán
un mes después, a la que siguió la
invasión de Irak en 2003. A pesar de las bajas y la gran destrucción causada
en estos países, la resistencia
impidió los réditos económicos a
corto plazo. En 2000-2002 se acelera
la burbuja del crédito como falsa
salida a la crisis.

7 .- En agosto de 2007 empiezan
las quiebras de fondos y bancos de
EEUU. Se trata de la aplazada crisis
de sobreproducción, acumulada
desde los años 80 y que se envió al
futuro con crédito refinanciado y burbujas
y a la que dio oxígeno la restauración
capitalista en la ex-URSS,
países del este, y China y a la que
no consiguieron frenar las invasiones
de Afganistán e Irak.

8.- La estrategia de la Reserva Federal
de EEUU (FED, el equivalente
del Banco central de EEUU) ha sido
imprimir 85.000 millones de dólares al
mes. Esto, en la práctica
equivale a una nueva suspensión
de pagos de EEUU con una fecha
por determinar. Este dinero ha cubierto
los problemas como una manta,
ha buscado oportunidades de inversión
y ha entrado en los países llamados
emergentes (entre ellos los
BRICS); Brasil, Rusia, India, China,
Turquía, produciendo un aumento del
empleo, del mercado interior y disminución
de la pobreza, aunque con
aumentos de la desigualdad, y creando
burbujas inmobiliarias. Ahora, ante
el anuncio de que la creación de dinero
va a menguar o detenerse, los
capitales abandonan estos países,
buscando rendimientos más altos en
EEUU. Las monedas de estos países,
menos la China se están
devaluando de un 10% a un 30%.
Las empresas y particulares que se
han endeudado en dólares ven como
les aumenta la deuda por efecto del
cambio, lo cual puede llevar a quiebras,
paro, disminución del consumo
y quiebras y paro de las empresas
afectadas por la bajada de ventas.

Estado español

Para el Estado español los principales
factores del marco internacional
son: la posibilidad de intervención imperialista
en Siria y sus consecuencias
económicas, la próxima reducción
de la creación de dólares, la débil
“recuperación” de EEUU y la reducción
de la producción china. Estos
dos últimos factores tendrán consecuencias
en Alemania, que había
reducido ventas en la UE, aumentándolas
en EEUU y China. Para las
multinacionales españolas con filiales
e intereses en América Latina, los
problemas en los BRICS significarán
menos beneficios con que compensar
el deprimido mercado del Estado
español. La posibilidad de uno o varios
cracks está presente, ya a nivel
mundial (con el mayor de todos, el
del dólar) o a nivel estatal o europeo.

La realidad del Estado español es
de una quiebra de las finanzas públicas
y privadas, al ralentí. La suma de
la deuda privada y pública son 4 billones
de euros (millones de millones),
lo que equivale al PIB de 4 años. Las
ayudas a la banca suman entre 0,25
y 0,35 billones de euros, según diferentes
fuentes. La socialización de
deudas de la banca y otras empresas,
añadida al fraude fiscal sistemático
y legalizado de las grandes empresas,
rentas altas y grandes fortunas,
está permitiendo el
desmantelamiento de los servicios
públicos, presentando como recortes
lo que es un cambio radical de
modelo. La aplicación de la reforma
laboral avanza en abaratar el despido
y facilitar la substitución de personal
con derechos por otro sin ellos y
con menor salario. La reforma eléctrica
pretende cargar sobre los consumidores
(trabajadores) la hipoteca
que hicieron las eléctricas para financiar
la construcción del triple de centrales
de las que se necesitan, y que
nunca se van a poner en funcionamiento.

La distribución entre salarios
y beneficios (ver gráfica) es en el Estado
español de las más favorables
para el capital de toda Europa. El
gobierno ha falsificado la interpretación
del paro (EPA) del segundo trimestre,
escondiendo que hay
633.000 trabajadores ocupados menos
que hace un año, a pesar de un
incremento estacional. Al “milagro”
exportador le sucede que simplemente
se ha hundido la demanda interna,
y las grandes empresas han pasado
a exportar el 40% de su producción,
de promedio, y las medianas
se han visto obligadas a probar
por la caída de la facturación. Respecto
a la bajada de la prima de riesgo,
esta se ha debido a que el Banco
Central Europeo frenó provisionalmente
la especulación contra deuda
de los estados, que llevaba al colapso
rápido del euro, pero nuestra factura
del servicio de la deuda se ha
incrementado por la socialización de
las quiebras bancarias.

La teoría del Shock que nos aplican
está formada por episodios de
pánico económico alternados con
falsas expectativas de que gracias a
las medidas, saldremos de la crisis.
Y puede que de esta manera sea
cierto para los grandes capitales, y
salgan de la crisis de la tasa de beneficios.
Pero, si se produce, estamos
hablando de una salida de la
crisis para la burguesía, sin creación
de empleo. No hay salida para la clase
trabajadora sin pleno empleo, con
salarios dignos, servicios públicos
universales y gratuitos. Esto, el capitalismo
ya no está en condiciones de
hacerlo posible. De hecho, nunca ha
estado en condiciones de hacerlo
posible para todos los habitantes del
planeta. Ante el empobrecimiento
generado por su crisis de sobreproducción,
burbujas, crisis ecológica, el
capital solo puede prometer la destrucción
de fuerzas productivas y el
cruel criterio del mercado para decidir
que únicamente quien pueda pagárselo
va a poder tener sanidad o
enseñanza. El capitalismo avanza
hacia un incremento del paro, la pobreza
y la enfermedad para las mayorías.
Otra economía, planificada al
servicio de las necesidades humanas
y naturales se llama socialismo,
en la que habrá trabajo para todos y
todas y los medios de producción y
la banca van a ser públicos.

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