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EDITORIAL

!!Fuera la Monarquía / Por una Federación de repúblicas!!

Lucha Internacionalista, 13 de junio de 2014




La tendencia que marcan las europeas, con una pérdida de 5 millones de votos de los dos grandes pilares del régimen, el PP y el PSOE, con un giro a la izquierda en las urnas, acabaron de convencer al rey que había que hacer el relevo, ahora que aún estos dos partidos conservan una amplia mayoría parlamentaria para asegurar la transición. Además, en otoño la mezcla sucesión y la no-consulta en Cataluña es un cóctel de difícil digestión. Los otros dos pilares de los Gobiernos de la transición, el CiU y el PNV se ven superados –o casi en el caso del PNV- por primera vez por ERC y EH-Bildu, que son expresión del ascenso del movimiento de ruptura con el estado.

La monarquía está en crisis: corrupción en la familia real, safaris multimillonarios en plena crisis, el estado físico del monarca... pero la Monarquía es más que una Casa Real, son las instituciones del estado, el poder judicial, los partidos centrales del sistema, los militares, la policía y la Guardia Civil, todos ellos poderes más cuestionados que nunca. El estado también se basa en la relación entre las burguesías periféricas y el régimen, y no está al margen del estallido de la exigencia popular en Cataluña y una activación de esta exigencia en Euskal Herria. Resultados como los de Podemos explican que la gente está cansada del escándalo de banqueros y la entrega descarada de los recursos públicos a la banca y los empresarios, las reformas laborales y más medidas de la crisis... La estructura del régimen está amenazada y hay que hacer un lavado de cara urgente al sistema. El recambio, es el intento de separar la nueva casa real de los escándalos y juicios, es el intento de buscar un nuevo ensamblaje entre burguesías periféricas y estado central.

Felipe VI contará con menos apoyos (el sí de PP, PSOE y UpyD; la abstención de CiU y PNV, el voto en contra: de IU y ERC) de los que contó su padre Juan Carles I (con el sí de AP, UCD, PSOE, PCE, CiU). El lehendakari Urkullu declaraba que era hora de «la actualización e institucionalización de los derechos históricos vascos» y que si se hacía, ayudarían a asegurar la estabilidad institucional. CiU en Cataluña necesita hacer equilibrios para no dejar de dar la mano al nuevo monarca mientras tiene que protestar contra la negativa del Estado a dejar hacer la consulta. Pero estos mismos equilibrios abren una nueva crisis en CiU con la posible renuncia de Duran i Lleida.

Manifestaciones masivas contra la Monarquía

Necesitan hacer el relevo rápidamente, sin dilaciones, para no dar tiempos a la respuesta popular. El rechazo a la Monarquía podía ser más poderoso en aquel 1975-78, pero el peso del PCE y del PSOE en gran medida y el ruido militar impusieron el miedo y el rey. Hoy, aquellos miedos son el pasado, el peso de los aparatos es menor, y la crisis amplifica el descontento popular. Así que se anunció la abdicación, corrió el llamamiento a concentrarse, desde los partidos de la izquierda, desde asociaciones. Las manifestaciones por todas partes fueron masivas, las más grandes que se hayan hecho contra la Monarquía. La más importante en la madrileña Puerta del Sol que se llenó a rebosar, con decenas de miles de manifestantes al grito de España mañana será republicana. También en Barcelona cerca de 15.000 se reunían en la Plaza de Cataluña y en otras muchas localidades. El Gobierno se afana en aprobar la transición, censuran portadas como la del Jueves, se tiene que acallar la respuesta y coronar rápidamente al príncipe Felipe.

Es el momento de salir uno y otra vez para denunciar la Monarquía, por una ruptura democrática, pero también por la solución de los graves problemas que tiene la población trabajadora y los pueblos. Cómo siempre –cómo ha pasado en las revoluciones norteñas de África- hay quién sale y dice primero consolidar la ruptura democrática y después ya resolveremos otros temas como las reivindicaciones de los trabajadores/ as y los pueblos oprimidos. Pero esta es la forma en que todas estas revoluciones se han ido desgastando y dejan abierto el camino a la contrarrevolución.

La lucha contra la Monarquía tiene que ser sinónimo de salir de la tiranía de los bancos y la UE y aplicar medidas como el no pago de la deuda y la nacionalización de la banca, que abran un futuro para los trabajadores/ as; tiene que entroncar con la tradición del movimiento obrero a finales del franquismo, que hacía suya la lucha por la autodeterminación de los pueblos; debe identificarse con la lucha para defender la enseñanza y la sanidad pública contra los recortes y también contra los privilegios y la financiación de la iglesia; con las soluciones al problema del campo y acabar con las inmensas propiedades de la tierra en el sur... Sin contenidos, la lucha por la ruptura con la Monarquía será estéril y no habrá la energía para conseguirla.

Por eso decimos que son peligrosas las formas vacías y que miran atrás para reivindicar la Tercera, no sólo por qué es el número que le corresponde sino porque la quieren como continuidad de la Segunda.

La II República murió fruto de las propias contradicciones que generó: incapaz de resolver las reivindicaciones obreras y populares, dio lugar a la disyuntiva revolución o contrarrevolución. La imagen de la II República se ve agrandada por el final dramático y sangrante de la guerra y el fascismo, pero la realidad es que la república no dio la tierra a los campesinos, tampoco separó la iglesia del el estado, no garantizó las libertades de los pueblos oprimidos por el imperialismo español, tampoco a las naciones oprimidas que vivían bajo el estado, como tampoco encontró una salida a la crisis del capitalismo de los años 30. La II República fue una república burguesa, en una época en que la burguesía había abandonado décadas antes las ansias revolucionarias y democráticas.

Por eso nosotros reivindicamos una Federación de Repúblicas, que lucharemos por que sean socialistas. Decimos Federación de repúblicas, porque rechazamos las falsas ideas del estado federal, que siguen negando el derecho de autodeterminación, queremos pueblos que puedan decidir libremente su futuro y es desde esta posición de igualdad y respeto que nosotros querríamos una amplia federación o confederación.

Necesitamos que esta república dé respuesta a los problemas de los trabajadores/as, por eso lucharemos por que tome medidas anticapitalistas para salir de la crisis, y que las impulse un Gobierno de los y las trabajadoras.

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