La culpa la tuvo la clase obrera. Esa parece ser la conclusión del gobierno del PP, que gobierna CONTRA los trabajadores y trabajadoras. En lo económico, el gobierno emite al mismo tiempo un doble discurso. Montoro nos avisa que la recuperación ya ha llegado, que ello le permite una rebaja de impuestos a las empresas y rentas altas que quitará 4.000 millones de los ingresos del estado, agujero que según dice, la recuperación rellenará con mayor recaudación. Guindos, recogiendo las malas perspectivas de la UE expresadas por el presidente del Banco Central Europeo, admite que el frenazo en el crecimiento de la UE puede cortar la “recuperación” en el estado español. Parece contradictorio pero no lo es. La medicina para la crisis son lo que llaman las reformas estructurales: más liberalismo, más privatizaciones y recortes, más reforma laboral y pobreza. El gobierno demuestra ser buen alumno del capitalismo del desastre.

Los Presupuestos del estado para el año que viene son unos presupuestos confeccionados para pagar una deuda que no se puede pagar. Periodistas afines al gobierno admiten que serán necesarios 10-15 años para rebajar la deuda pública del 100% al 60%,del PIB y que en ese tiempo, cualquier crisis que suba los intereses del Banco Central Europeo pondrá al estado español en la quiebra. Y en 15 años no va a haber una, sino varias crisis. Con los intereses más bajos de la historia, la deuda crece por encima del PIB. Imaginemos lo que ocurrirá cuando suban los intereses.

El gobierno aplica un plan de ajuste detrás de otro, pero a pesar de su retórica nacionalista, para las grandes empresas y rentas altas sólo hay amnistía fiscal, una reforma fiscal favorable para ellos, y así como estos grandes capitales son los responsables del 72% del fraude fiscal, el 80% del personal de Hacienda (AEAT) tiene como función investigar las pequeñas empresas y ciudadanos de renta media. Las grandes empresas, a pesar de tener que pagar el 30% de impuestos (antes de la rebaja), pagan en la práctica un 5% y algunas un 3%. 40.000 millones anuales deja de pagar la burguesía gracias a este gobierno cómplice. La Casa Real, las empresas y bancos del IBEX 35, los 600 nombres de españoles de la lista Falciani, con dinero evadido en la banca suiza, duermen tranquilos.

Como el gobierno no obliga a pagar a los grandes capitales, como el gobierno asume como deuda pública los avales, préstamos y rescates a la banca, las constructoras y asume las pérdidas de todos ellos, como los diferentes gobiernos ceden a las presiones para llenar de hormigón inútil la geografía a cambio de comisiones, luego el gobierno despliega gran firmeza para congelar por quinto año los salarios públicos, para una nueva congelación de las pensiones (de las que el 51% no llega al salario mínimo), en ahorrar 4.000 millones en prestaciones de paro cuando ahora ya hay 4 millones de trabajadores y trabajadoras en paro sin prestación. Gran firmeza en despedir a 370.000 trabajadores y trabajadoras del sector público desde noviembre de 2011. Gran firmeza en destruir 2 millones de empleos desde la reforma laboral de Rajoy de 2012.

En esta recuperación de los beneficios de algunas grandes empresas, con aumento de la pobreza, las empresas sobrevivientes tienen un efímero respiro, más por los cierres de otras empresas, la bajada salarial y los despidos que por el aumento de ventas. Nada sostenible. Mientras, la demanda interna seguirá reduciéndose por la substitución de trabajadores y trabajadoras con salarios dignos por otros baratos y pobres. Ello provocará nuevas reclamaciones por parte de la patronal de nuevas reducciones salariales. Mientras, la huida de las obligaciones de pagar impuestos de la burguesía y la bestial deuda pública usada en rescatar a la propia burguesía hará imposible una recuperación que alcance a los trabajadores. La burguesía española ha quebrado, pero nos traslada la quiebra a los trabajadores y trabajadoras.

Sólo un gobierno de los trabajadores y trabajadoras puede detener e invertir el camino al infierno. Un gobierno de los trabajadores que corte la sangría de pagar una deuda pública que no hemos generado los trabajadores, que salga de la unión Europea y del Euro y que no haga pagar a los trabajadores la devaluación que ello comportará, y que para detener la ola de pobreza presente y futura, emplee a toda la población, ofrezca unos servicios públicos que nos igualen en las cosas importantes y que ponga a la propiedad a cumplir sus funciones sociales, llegando a la expropiación y nacionalización sin indemnización de la banca y de aquellos sectores que se consideren estratégicos. O sea, una economía al servicio de los trabajadores y trabajadoras, y no al servicio de Banco Santander, Inditex, BBVA, Telefónica, Iberdrola, Caixabank, Repsol...

Nota: enviar un correo a carrilet@gmail.com para disponer de los enlaces que amplían estas líneas. Citar una web o un autor no avala su línea política.