Se acerca la fecha de las elecciones autonómicas «plebiscitarias» del 27 S y se tensa la situación política. Rajoy, como Mas, intentan polarizar como si la elección fuera entre ellos dos, pero la realidad es que lo que preocupa al estado y al presidente del Gobierno es un movimiento masivo del pueblo catalán que, sobrepasando a Mas y su pacto fiscal, ha expresado a lo largo de 5 años su voluntad de ruptura con el estado .

Mariano Rajoy sabe que no puede seguir haciendo como si nada esté ocurriendo y habló con Merkel y Cameron para solicitar la intervención decidida de los mandatarios europeos contra la voluntad de secesión catalana. Pero le puede pasar lo que ocurrió en Grecia, que, a pesar de que aquellos intervinieran contra el voto Syriza y más tarde por el sí en el referéndum, el 25 de enero ganó Syriza y el resultado del no fue aplastante .

Mas es responsable de la política de recortes y reformas laborales que se han aprobado para que la crisis la pagaran los trabajadores/as, y tampoco supone una garantía de respeto a la voluntad popular que exprese el pueblo catalán, si esa voluntad le lleva a un choque frontal con el estado. Es imprescindible determinar una política de completa independencia política respecto del proyecto burgués catalán, de combate a muerte y sin concesiones contra todo plan que intente aplicar contra los trabajadores .

Y ¿por qué el trabajador andaluz o madrileño debe tener interés en la defensa del derecho de autodeterminación del pueblo catalán? En primer lugar porque en frente tenemos un enemigo común el Estado, en gran parte el mismo que heredamos del franquismo y que oprime todos los pueblos; en segundo lugar porque no hay unidad que no parta de la libertad, y la unidad que queremos como trabajadores, que la queremos y necesitamos, es la del internacionalismo de clase: es la de pueblos libres. Cualquier opresión contra otro pueblo es un instrumento en manos de la clase dominante para oprimir también a su proletariado .

Por todo ello el 27S se juega en Catalunya dar una vuelta de tuerca más a la ya decrépita transición, a sus instituciones y a quien las corona. Esa reforma del franquismo y esa transición pactada bajo la tutela del estado del 18 de julio que nos vendieron los PCE y PSOE, las direcciones de CCOO y UGT, haciendo creer al pueblo trabajador que sin investigación y justicia se podía pasar la página del franquismo. Los pilares en los que se asentó la monarquía, sus partidos políticos han sido castigados en los últimos procesos electorales .

Surgen nuevas formaciones, nuevas ilusiones, pero si estas repiten aquello de la reforma y no la ruptura con que nos vendieron hace 40 años, el resultado –más pronto que tarde- va ser un nuevo «desencanto» y Grecia anticipa este proceso. Es por ello necesario que esas nuevas propuestas decidan ruptura si, reforma no. Ha sido en ese proceso que Lucha Internacionalista ya formó parte en el 2012 de la candidatura CUP-AE y hoy lo hace de CUP-Crida Constituent