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Se profundiza la crisis del régimen amenazando la gobernabilidad

Lucha Internacionalista, 20 de enero de 2016




El duro golpe al gobierno de la derecha que significaron las elecciones del 20D, va acompañado del fin del bipartidismo, con 4 fuerzas que superan los 40 diputados, cosa inédita en el estado, que abre la difícil situación de investir nuevo gobierno. Pero tanto o más importante que esto es el giro a la izquierda que se produce con un incremento del 4% de la participación. Analizaremos estos resultados para terminar analizando la difícil situación de gobernabilidad actual que podrían augurar unas nuevas elecciones.

I.Retroceso de los partidos del Régimen del 78, y giro a la izquierda

Se hunde el PP, C’s no compensa y UPyD desaparece. A pesar de la mayor participación, el PP gana perdiendo casi 4 millones de votos. La mayoría de 123 diputados resulta insuficiente para formar gobierno. Con la imposibilidad de cubrir ese retroceso con el voto de Ciudadanos, la ingobernabilidad que se vive en Catalunya se extiende ahora también al Gobierno del estado. La operación reformista del españolismo de C’s, apadrinada por bancos y grandes empresas, ha fracasado. Se le puso siempre como apoyo para un gobierno del PP, pero no ha podido hacerlo con un espacio de centro que se reduce. El resultado en Catalunya pasando en tres meses de segunda a quinta fuerza es su máxima expresión.

PSOE: el peor resultado de su historia… pero podría gobernar. Parecía que más no podían caer tras Rubalcaba, pero sí, pueden seguir cayendo ahora perdiendo 1,5 millones de votos. Si Almunia dimitió la misma noche electoral con 125 escaños y Rubalcaba lo hizo con los 110, Sánchez, ahora con 90… Además, como el PP, el retroceso es aún más significativo en las ciudades y sólo aguanta por las zonas rurales de Andalucía –única CCAA que mantiene- y de las dos Castillas.

IU logra salvar dos escaños por Madrid, aunque no desaparece. Los demás diputados que obtiene proceden de las Mareas galegas, Compromís o En comú podem donde iban «de tapadillo». Éstas –como ERC- aspiran a tener grupo propio en el Congreso, mientras IU como tal se queda sin.

Remontada de Podemos. Del auge meteórico de las Europeas y la rentabilización del éxito de Syriza en Grecia que todavía le sirvió en municipales y autonómicas –especialmente en Andalucía, Podemos empezó su caída en expectativa de votos con la traición de Tsipras y llegó a la campaña electoral con un retroceso significativo. La entrevista de Pablo Iglesias con Albert Rivera vino a coincidir con uno de sus picos más bajos. Sin embargo hubo otra meteórica subida desde mitad de campaña con un voto urbano que supera en las grandes ciudades al PSOE. Si sumamos las 4 demarcaciones más pobladas (Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla): Podemos obtiene 24 escaños -1 menos que el PP- frente a PSOE (19) y C’s (15). La inclusión apresurada en el programa electoral del «olvidado» referéndum catalán el 25 de noviembre, fue tan escandalosa que situó el derecho de autodeterminación en primera línea del debate en todo el estado. Y no le penalizó, sino que, al contrario, refleja que más de 4 millones de personas ven de buen grado ese derecho democrático .

II. El voto Podemos por territorios

Galiza: desaparece el BNG. Sólo En Marea (Podemos, Anova y Esquerda Unida con apoyo de las mareas municipalistas), ha cumplido sus objetivos. El PP se mantiene como primera fuerza, pero baja 15,4 puntos perdiendo cinco escaños. El PSOE queda relegado a la tercera posición, empatado con En Marea pero con 60 000 votos menos. C’s, -sin saber explicar, ya empezada la campaña, el programa para Galizase lleva un varapalo con un único parlamentario. Pero lo más significativo, es la desaparición del BNG que aún yendo en la coalición Nós-Candidatura Galega (BNG-CG-FOGA-PCPGPG) pasa de ser la 3ª fuerza a 5ª, perder 115.000 votos y los dos diputados. De hecho, ya en las autonómicas de marzo, fue desplazada por AGE (Anova con EU galega) y en las municipales por las Mareas – con y sin Podemos, pero con Anova y EU junto movimientos-. Pareciera que con estas elecciones se sentencia la caída iniciada con las rupturas con el ala izquierda de Beiras que rompió y creó Anova en 2012.

Euskadi. Desplome de EHBildu. Podemos obtiene 7 escaños y será la mayor representación de Euskal Herria en el Parlamento, mientras EHBildu baja de 7 a 2 escaños. Si lo desglosamos: en la CAV (Comunidad Autónoma Vasca) Podemos queda primera fuerza, mientras en la CFN (Comunidad Foral Navarra) queda segunda tras UPN-PP pero con los mismos 2 escaños. Por su parte EHBildu en la CAV pasa de 6 a 2 escaños (de primera fuerza a 4ª), y en la CFN y pierde el escaño que tenía (Geroa Bai desciende aún más y tampoco obtiene ninguno). Por la derecha, el PNV aunque baja en votos, sube de 5 a 6 escaños siendo el único partido de la estabilidad de la transición que se mantiene. En cambio el PP en la CAV cae 7 puntos, sin que C’s con el 4,2% ni lo compense ni pueda entrar con ningún escaño. Por contra, mantiene la mayoría en Navarra como UPN-PP, pero pasando de casi un 42% a un 29%.

También sigue cayendo el PSOE que sólo obtiene 3 escaños. A la hora de explicarse ese giro en la izquierda, parece que habría que tener en cuenta diversos factores. Algunos favorables a la imagen de Podemos en Euskadi, como la repercusión mediática y la «utilidad del voto» para echar a Rajoy desde la izquierda o la incorporación del derecho a decidir, tras la rectificación del 25N, que cayó muy bien en el electorado. Pero hay otros desfavorables para Podemos como la debilidad que tuvieron en Euskadi los 15M o las Mareas en defensa de los servicios públicos, que han sido base social de la formación en otros lugares. Y tampoco lo compensó haciéndose eco de las 8 huelgas generales desde 2009 (4 desde 2012) con protagonismo del sindicalismo nacionalista, sino que al contrario pasó absolutamente de ellas. Tampoco ayudaban unas listas que no tenían nombres conocidos en los movimientos sociales, ni siguieron un proceso de confluencia como en Valencia o Catalunya, acompañadas de la dimisión de toda la dirección en la CAV en protesta por la imposición de las listas desde Madrid. Así que más que su mérito habría que analizar los problemas de la izquierda abertzale –especialmente en los dos temas centrales de la campaña de Podemos: reforma del Estado y contra la corrupción y por los problemas sociales- porque el traspaso de votos es evidente. Aquí hay dos elementos que surgen del giro de Batasuna (hoy Sortu) iniciado con el Pacto de Lizarra en 1998 –y alertamos en aquellos momentos- y que culminan en 2011 con la conformación de un frente vasco para avanzar hacia la independencia de Euskadi que llevó al acuerdo de Sortu, con formaciones burguesas como Eusko Alkartasuna (procedente del PNV, con Garaicoechea al frente), Aralar (escisión por la derecha de Batasuna) y Alternatiba (escisión de la IU vasca, Ezker Batua-Berdeak).

La primera consecuencia era que el frente imprimía un giro drástico con la anterior política que se había expresado en las europeas de 2009 con Iniciativa Internacionalista que intentaba organizar la respuesta de los pueblos a nivel estatal: el eje pasaba a ser los vascos contra el Estado. El segundo en el propio Euskadi, limando las aristas rupturistas del programa de Batasuna (abogando por la pertenencia a la UE, por ejemplo) hacia un reformismo que permitiera la convivencia con sus otros socios de coalición. Toda la combatividad de las bases de Sortu desde los movimientos sociales, el feminismo, o los sindicatos seguía existiendo pero relegados del discurso político monocolor de la patria frente al Estado. Reflejo de ese retroceso a la derecha sería cuando en las últimas europeas Bildu propone coalición a ERC en Catalunya. Podemos se hace fuerte, desde ese perfil autodeterminista que adopta el 25N, y como mínimo en los discursos de campaña –aún con todo el reformismo que denunciamos cuando pedimos el voto crítico- en esas dos debilidades de EHBildu: que lo que pase en el Estado importa, y que las cuestiones sociales son centrales. Seguramente en otras elecciones municipales o autonómicas, los resultados no serían así, pero pensamos imprescindible el balance y la reacción de Sortu.

Andalucía: a pesar de las burocratadas. Andalucía dibuja un mapa electoral opuesto al estatal y se mantiene como el gran feudo del PSOE que gana las elecciones aun perdiendo votos, como el PP que queda como segunda fuerza. Podemos suma 10 diputados y Ciudadanos 8. IU desaparece, perdiendo los 2 escaños que tenía. El tercer lugar de Podemos es casi con el mismo porcentaje de las andaluzas: 16% frente al 14,8% de marzo, y queda por debajo de la media estatal de la formación de 16,84%. Por eso, si bien los resultados de conjunto son buenos, no lo son si analizamos sus propias expectativas. Desde ese punto de vista, salvaron los muebles, pero como en las autonómicas, estuvieron cruzados de rupturas, y los resultados no siguen la progresión de voto ascendente de otros lugares del estado a pesar que la formación lo considera su mayor caladero de votos potenciales. ¿Qué pasó, cuando además el paso decidido de la CUT-BAI y tras él el SAT hacia Podemos hacía presagiar un salto aún mayor? El controvertido sistema de primarias elegido por el aparato de Podemos estalló en Andalucía, sumiendo al partido en una nueva crisis regional tras las de Euskadi y Catalunya. La elección de candidatos por circunscripción única hizo que la lista denominada Equipo de Pablo Iglesias –tanto porque unos eran «fichajes» resueltos por Pablo Iglesias en los últimos tiempos, como porque aparte de elegir circunscripción, era precisa una entrevista con Pablo Iglesias para obtener la plaza- copara los cabezas de cartel de las ocho provincias andaluzas indistintamente de la circunscripción a la que pertenecían, desplazando a los candidatos provinciales: tres sevillanos encabezaron las listas en Huelva, Córdoba y Almería provocando la renuncia de los más votados en ellas.

La rebelión interna se expresó con gritos de «no nos representan» dirigidos a la dirección de Madrid. La puntilla a la crisis la protagonizó Andrés Bódalo como cabeza de lista por Jaén (el único cabeza de lista del SAT pues todos los demás ocupan a partir del número dos), que, al ser rechazado como candidato por la Comisión de Garantías de Podemos por haber sido condenado por la Audiencia Nacional a 3,5 años por agresiones en las acciones del SAT. Producto o no de esa polémica, provocó las renuncias en la lista que lo situaron a la cabeza. Finalmente fue bendecido por Iglesias cuando ya habían renunciado a ir en las listas de Podemos y hecha pública su decepción tanto Cañamero como Sánchez Gordillo que habían encabezado la lista «Utopía y Dignidad » junto a Rodríguez, se sumaban manifiestos públicos, recogidas de firmas en change.org... En último término, el llamado de Teresa Rodríguez a aunarse en la campaña, salvó como decimos los muebles, pero no pudo superar las barreras del burocratismo personalista impuestas por Pablo Iglesias.

Catalunya: arrasa Podemos con Colau. Desde el punto de vista de clase, es obviamente un giro a la izquierda el primer lugar de Podemos- Colau desbancando a CiU; desde el punto de vista nacional, los 17 independentistas, junto a los 12 autodeterministas son una amplia mayoría frente a los 18 unionistas. Así que en todos los sentidos, hay un giro a la izquierda, aunque sea con limitaciones. El hundimiento de la derecha es apabullante: PP perdiendo 6 diputados y 300.000 votos; CiU, que con DL reduce a la mitad su representación (de 16 a 8) y Unió que desaparece pasando de más de 1 millon de votos a 600.000 entre las dos; y C’s que se queda con sólo 5 diputados y pierde 300.000 votos en apenas 3 meses. Tampoco le va mejor al otro pilar del 78, el PSC que sigue en caída libre respecto las del 2011, perdiendo otros 350.000 votos y 6 diputados; y respecto al 27S, recupera ligeramente algo del voto perdido (60.000) tras el desenmascaramiento de C’s, aunque eso no impide perder su bastión histórico, el cinturón industrial. Y es que las ilusiones que demagógicamente despertó C’s como un partido de centro han caído en picado y así como algunos sectores vuelven a su voto PP –que no pierde tanto como en otros sitios e incluso recupera 70,000 respecto el 27S-, los sectores más de clase que habían teñido de naranja el antes cinturón rojo, lo abandonan para unos pocos volver al voto PSC y unos muchos girar hacia Podemos, lo que hace que el naranja ahora vire a morado. Junto a Podemos el otro gran triunfador es ERC que queda como segunda fuerza y más que duplica su voto de 2011.

Es quien más capitaliza el que fuera voto de JxS – especialmente en el cinturón industrial-, un voto que, por otro lado, no logran contener entre las dos fuerzas que se presentan con la bandera independentista (ERC y DL), puesto que juntas pierden 400.000 votos en apenas 3 meses. Todo ello ocurre en una situación diferente a la del resto del estado. La participación aumenta el 5% respecto al 2011, pero queda 3 puntos por debajo de la media estatal y a 7 de la del 27S (77,5%). Junto a ello se duplican nulos y blancos y crece en forma exponencial el PACMA. Por eso, aunque una parte de la abstención puede reflejar la incidencia del posicionamiento de la CUP de que las generales no iban con ellos, no explica todo y parece también reflejar la falta de opciones serias de ruptura ante la fragilidad probada apenas un trimestre antes de las alternativas de Podemos. Pero es que además, el llamado abstencionista de la CUP tampoco se cumple entre sus votantes, tal como habíamos alertado. Una parte se va a ERC, pero otra mayoritaria, se va a Podemos. Especialmente en el cinturón industrial que era donde más había crecido el 27S: allá la abstención sólo baja 2 puntos de media respecto hace 3 meses (no el 7) y ya hemos señalado el aplastante triunfo de Podemos a diferencia de su difícil situación del 27. De un lado, el grueso, procede de C’s tal como hemos indicado –cuando se quitan la careta y aparece claramente su papel de derechas que hace difícil a sectores obreros mantener ese voto-, pero otro viene de la CUP-CC. Así en L’Hospitalet: la abstención sólo baja un 1,5% y la CUP-CC había obtenido casi el 6, no es muy aventurado situar al 4,5% restante yendo a Podemos. Como en Cornellà, donde la abstención baja un 2, pero el voto de la CUP-CC era de casi el 6. O Terrassa y Sabadell donde la abstención baja 5 puntos, pero el voto CUP era del 7% y del 8 respectivamente. Y más que por debilitamiento de las siglas de la CUP-CC, el problema es el espacio que había ganado para posiciones de ruptura en términos nacional y social, y que ha dejado libre facilitando la recomposición del reformismo de Podemos-IC que tan golpeado había salido del 27S. Pero sobretodo, volviendo al marco general, las elecciones generales han significado un debilitamiento aún mayor de Mas también de cara a sus expectativas de ser investido en Catalunya. Pero sobretodo, volviendo al marco general, estas elecciones han significado un debilitamiento aún mayor de Mas también de cara a sus expectativas de ser investido en Catalunya.

III. Gobierno incierto

La cuestión catalana y la reforma constitucional. Podemos declara que el referéndum en Catalunya es una de las líneas rojas que no traspasará. Los barones del PSOE ya han vetado cualquier acercamiento a ese discurso, dificultando así la posibilidad de un gobierno PSOE-Podemos. Pero aunque Podemos impusiera el otro criterio, el PP bloquea cualquier reforma constitucional tanto por su porcentaje en el Congreso como por su mayoría absoluta en el Senado. Así las cosas, Xavier Domènech al poco de las elecciones ya situaba el referéndum en un incierto futuro. Pero tampoco lo tiene tan fácil. Porque el programa que planteó para Catalunya no es el mismo que el de todo el estado. Presionado por la política de la CUP en el 27S y ansioso de recoger a sus votantes, la coalición En comú-Podem escoró el discurso a la izquierda cambiando la definición socialdemócrata de Podemos por la de anticapitalistas y la del federalismo y la unidad de España de Iglesias por el referéndum vinculante. Y así, con ánimo de recoger ese puñado de votos de la izquierda, los cabezas de cartel en Catalunya van más allá con referencias a la República Catalana o personas como Marta Sibina (número 2 en las listas) que en las municipales hizo campaña por la CUP en Reus.

El caso es que, una vez recogidos los votos, e incorporado el referéndum al programa estatal, barren en Catalunya y Euskadi ––estos dos grupos junto a las demás coaliciones con nacionalistas gallegos y valencianos, suman 36 de los 69 diputados electos- con lo que introducen ese elemento de presión en el conjunto de la organización. Pero además el cómo se hizo puso el tema en primera línea del debate electoral y empuja al conjunto del partido a poner la línea roja en un elemento que per se es de ruptura de las bases del régimen y no sólo de reforma como quería Iglesias. De esperar ser la nueva socialdemocracia que lavaría la cara al régimen, puede convertirse, aún a pesar suyo, en acicate de su sepultura.

La gran coalición o ¿futuro a la griega del PSOE? Embarrancado lo uno, queda la gran coalición como impuso la Troika en Grecia al Pasok en 2012, cosa que significó… el posterior triunfo de Syriza. De hecho el «pressing PSOE» está sobre la mesa desde el minuto uno, cuando Merkel dijo no saber a quién felicitar por los resultados. El esperado crecimiento de C’s que permitía augurar un PP apoyado en ellos, aunque fuera en versión «operación Menina» -cambiando Rajoy por Soraya Saéz de Santamaría- no funcionó y sus votos no alcanzan. Desde Bruselas, así como desde las grandes empresas del Ibex-35 eso fuerza a la gran coalición que garantizaría la estabilidad del régimen y la continuidad de los planes de austeridad. Pero el coste es enorme y la evolución del Pasok muy reciente, cuando además la campaña del PSOE giró entorno a votarlo para echar a Rajoy. El tiempo corre, y aquello que Rajoy achacaba a Mas, ahora le toca a él. La situación de ingobernabilidad catalana se extiende al gobierno del estado. Difícil salida porque ni al PP ni al PSOE les convienen unas nuevas elecciones pues corren el riesgo de perder aún más. Pero sobretodo no le conviene a la Monarquía y los poderes fácticos puesto que un ascenso de Podemos, podría repetir situaciones de inestabilidad aún mayores como ocurrió con Syriza.

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