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Ayuntamiento de Barcelona

Municipalicemos. Por el empleo público

Carlos Rodriguez, Marga Olalla, 7 de junio de 2016




Trabajadores y trabajadoras de servicios externalizados –subcontratadas-, junto a trabajadores de plantilla del Ayuntamiento de Barcelona, hace un par de meses empezaron a organizarse conjuntamente para luchar por la reintegración de los servicios a la gestión pública y la reabsorción de los trabajadores. Compañeras externalizadas de servicios sociales –como las trabajadoras familiares y atención a domicilio-, de telemárketing –como el 010, de comunicaciones –como BTV-y del propio Ayuntamiento, presentaron recientemente la plataforma Municipalitzem, Per l’Ocupació Pública en rueda de prensa. Ellos mismos nos cuentan el porqué.

En la administración pública y más concretamente en el Ayuntamiento de Barcelona y como excusa de la imposibilidad de crear empleo público por los recortes presupuestarios de los gobiernos del Estado se ha cubierto las necesidades de personal y de servicios mediante la concesión en múltiples formas a empresas privadas. Estas hacen negocio sin escrúpulos de los servicios que nuestra administración publica da al ciudadano sea la sanidad, la enseñanza, los servicios sociales, o el resto de los servicios públicos. Y es que en general, los servicios públicos son utilizados por el capitalismo como una fuente inagotable de beneficios especulativos en contra de los intereses de los usuarios y aumentando la precariedad laboral de sus trabajadores que cada día ven como sus condiciones son más extremas. Aún desde antes, los gobiernos municipales del PP, PSOE y en algunos casos ICV o ERC han defendido las bondades de las externalizaciones de los servicios públicos, sobre todo en el ámbito local, con una serie de argumentos que en ningún caso se sostienen y demuestran que el único interés es el de dar las mejores tajadas de los servicios públicos a aquellas empresas amigas y que no tienen escrúpulos a mercadear con las necesidades de las clases populares. Éstas ven en muchos caso mermados unos servicios básicos de calidad, mientras ven como otros hacen negocio de los servicios públicos y como los responsables políticos no responden a las necesidades – son los mismos que lo potenciaron- de revertir esta situación denunciada desde muchos foros sindicales y sociales.

Los gobiernos surgidos de las últimas elecciones municipales están trabajando por la remunicipalización de algunos servicios públicos. En municipios pequeños algunos servicios como el agua o recogida de basuras están siendo devueltos a la competencia municipal, pero en otros municipios más grandes esto se realiza de forma lenta y en otros gobernados aun por el PP esta municipalización se debe mas a problemas económicos que políticos. Por cierto que aquella premisa de que lo público era más caro e ineficaz, cada día se está viendo que era solo un envoltorio para vender políticamente la cesión de lo público a la empresa privada. Fórmulas para que los servicios externos y sus trabajadores/as pasen a estar bajo el manto directo de los Ayuntamientos hay muchas. Y está estudiado que significan un abaratamiento de los costes, un aumento de la cali
dad del servicio y la posibilidad de que este dinero ahorrado repercutan en la cartera de nuevos servicios a dar al ciudadano y a un aumento de las plantillas mediante la oferta pública de empleo que engendra a medio plazo un mejor servicio de todos los servicios públicos y su universalidad. Pero no nos engañemos, no es oro todo lo que reluce en este afán
de volver a la propiedad municipal aquellos servicios arrebatados en su día. Desde estos mismos gobiernos municipales del mal llamado cambio, tenemos un ejemplo claro en el Ayuntamiento de Barcelona donde Barcelona En Comú está realizando un estudio sobre los pasos a dar y la situación real de las externalizaciones. Pero la solución pasa por la municipalización de los servicios públicos, por el reconocimiento y la absorción de las trabajadoras y trabajadores actualmente de esas empresas externalizadas: no valen algunas propuestas que se visualizan y ya van apuntando -aunque no concretadas todavía- de continuar trabajando con empresas que asuman unas condiciones que llaman «socialmente responsables» o con cooperativas. Esto no es más que una continuidad de las políticas de externalización, no es más que un cambio de empresa privadas que tienen servicios públicos en sus carteras por cooperativas o empresas «socialmente responsables», que
también son privadas: sería cambiar solamente empresas que se rigen por el sistema de beneficios a supuestas «sin ánimo de lucro». En verdad solo unos pocos elegidos se podrían beneficiar de esta bicoca que son los servicios públicos y volvería a alejarnos de la premisa que los servicios públicos deben ser gestionados a toda costa por el municipio y sus trabajadores/as y sin más interés que el servicio público, porque las cooperativas o las empresas no son la solución: es la misma fórmula de apartar lo público de la gestión directa. No se necesitan intermediarios ¿o es que las cooperativas o empresas sin animo de lucro y o «socialmente responsable no ganarían nada con la gestión de lo público?. Unas anotaciones para valorar la ineficacia entendemos nosotros del cooperativismo en el sistema capitalista: hace 150 años Rosa Luxemburgo ya escribió sobre lo que significaban las cooperativas y C. Marx también escribió sobre este tema y dijo que solo se podrían salvar aquellas que fueran de consumo.

De hecho, y en respuesta a esa necesidad de remunicipalización, formamos parte e impulsamos la Plataforma Municipalitzem. Per l’0cupació pública .

Carlos Rodríguez y Marga Olalla.
Delegados sindicales de los y las trabajadoras del Ayuntamiento de Barcelona

Para profundizar el análisis de las cooperativas: Suplemento de Lucha Internacionalista Cooperativismo y anticapitalismo . http://luchainternacionalista.org/spip.php?article2032

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