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Magreb

¿Cuando dejarán de castigarnos por ser amazigues?

Aziz Baha, 20 de mayo de 2008




Los Amazigues (Bereberes) son los
habitantes históricos del norte de
África y del Sahara desde hace al
menos 10.000 años. Una realidad
histórica que ponen en evidencia las
investigaciones de antropólogos e
historiadores como Gabriel Camps,
David Harts y otros, y que es confirmada
hoy en día por la subsistencia
de más de 30 millones de
Amazigófonos y Amazigófonas sobre
este gran territorio repartido entre
una decena de países -Marruecos
(Rif, Atlas, Sous), Argelia (Cabilia,
Auras, Chawia, M’zab), Túnez,
Libia, Egipto (Oasis de Siwa), Canarias
y el país de los Tuaregs destrozado
por las fronteras de seis
Estados (Níger, Mali, Mauritania,
Burkina Faso, Libia y Argelia).

A pesar de las numerosas invasiones,
desde el siglo VIII A. C., en
el Norte de África (Tamazga) que
imponían su violencia para dominar
a este pueblo mediterráneo y
sahariano, los Amazigues siguen
componiendo el elemento étnico y
sociocultural fundamental de África
del norte.

Después del enorme sacrificio en
la lucha para la liberación y la descolonización
del norte de África, los
Amazigues se encuentran en una
situación de colonización interna.
Una situación en la cual la tradicional
aristocracia arabista con que ha
negociado el imperialismo europeo
el traspaso y la fabricación de los
Estados actuales sin tener en cuenta
los derechos históricos de los
Amazigues del interior, se perpetúa
en el poder.

Los Estados norteafricanos llevan
una política basada en la eliminación
de todo lo que se refiere a la
amaziguidad. En Marruecos, país
cuya gran mayoría de población sigue
amazigue a todos los niveles,
el régimen ligado artificialmente al
mundo árabe y al medio oriente, sigue
aplicando el proceso de
arabización del pueblo Amazigue
empezado hace más de catorce
siglos, imponiendo una sola lengua,
el Árabe, una sola religión, el Islam,
cerrando todas las puertas de la libertad
y la diversidad.

Con la misma estrategia de la
época de plomo, el sistema marroquí,
en su versión actual, opta por
diferentes vías para la supresión de
la identidad, la lengua y la cultura
amazigues del pueblo marroquí. De
estas vías, se destacan las siguientes:

- La vía diplomática, a nivel exterior,
ligando Marruecos a espacios
geopolíticos arabistas ajenos a la
realidad de los y las ciudadanas de
Marruecos (la Unión del Magreb
Árabe, la Liga Árabe…). Provocando
con ello el desconocimiento internacional
de la existencia y la legitimidad
de la causa amazigue.

- La falsificación de la historia y la
utilización de las mezquitas, los centros
religiosos, los centros de educación
y de enseñanza y los medios
de comunicación y la prensa
arabista como vehículo de la
arabización, y para sembrar sentimientos
de menosprecio y vergüenza
entre los bereberes.

- La asimilación forzada a través
de la prohibición de las organizaciones
amazigues (ejemplo del partido
Democrático Amazigue de
Marruecos) y de la expresión cultural
y política, así como de la
marginación de poblaciones enteras
en montañas y desiertos condenándolas
al aislamiento, la miseria
y las enfermedades, y también
mediante la violencia hasta crímenes
y agresiones contra los ciudadanos
(recientemente la manifestación
de Safru por el encarecimiento
de los alimentos básicos y
la manifestación de Bumalen-
Dades).

Así se confirma la falsedad del
discurso oficial sobre la transición
política, el Consejo consultivo de los
Derechos Humanos, la instancia de
equidad y reconciliación, el Instituto
Real de la Lengua Amazigue y
los demás inventos engañosos de
un sistema conocido por su tortura
histórica. Basta de mirar la maquinaria
de violencia y represión cotidiana
en Marruecos, que persigue
a ciudadanos y ciudadanas activistas
y no activistas en la universidad,
en la calle y en la tribu, lo que
no deja ninguna duda sobre la verdadera
cara del terror del poder de
este país. Hoy en día, 16 estudiantes
del Movimiento Cultural
Amazigue, detenidos en Errachidia,
Meknes y Agadi, permanecen desde
2007 bajo humillación y tortura
y con condenas desde siete meses
hasta 2 años de cárcel. Las
detenciones han pasado más allá
de las murallas de la universidad
para llegar al alto atlas en el pueblo
de Bumalen-Dades, donde la policía
intervino de una manera salvaje
arrestando arbitrariamente a 142
personas en el curso de una manifestación
pacífica, el 6 de enero
pasado, en la que los habitantes
desesperados reivindicaban una
carretera y un ambulatorio. Diez de
ellos, incluso un menor, son condenados
a duras penas que varían
entre un año y seis de cárcel sin
estatuto de prisioneros políticos reconocido.
Se trata de la tiranía del sistema
Marroquí para llevar a cabo su proyecto
arabista y diferencialista, que
visa la liquidación del componente
y del movimiento amazigues de la
escena sociopolítica de Marruecos.

A pesar de la indiferencia de las
organizaciones internacionales de
derechos humanos ante la violación
de los derechos fundamentales de
grupos e individuos, el ciudadano
Marroquí es más consciente que
nunca de que no habrá democracia
sin el reconocimiento oficial de
los derechos sociales, políticos, civiles
y de la identidad, lengua y cultura
amazigues de los ciudadanos
y ciudadanas. Está más unido para
defender a cualquier precio su derecho
a un cambio y un futuro mejor.

Aziz Baha

Asociación Cornellà Sense
Fronteres

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