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ERE Panrico: Sentencia contra los y las trabajadoras

El Supremo facilita la venta de Panrico a Bimbo

Carlos Rodriguez, Josep Lluis del Alcazar, 13 de septiembre de 2016




Muchas advertencias se habían leído por parte de Panrico/Oacktree y Bimbo sobre las consecuencias que podría tener una sentencia en favor de los y las trabajadoras. El caso es que el Tribunal Supremo en pleno, con un voto particular de 4 magistrados/as, resuelve dar la razón en todo a la empresa y desestimar todas las reclamaciones sindicales, menos una, pues acepta el derecho de CGT de estar en el litigio. Al día siguiente Bimbo anuncia que hace efectiva la compra de Panrico, preparando un pomposo saludo a los trabajadores/as, mientras Carlos Gila, para no perder su actitud provocadora, escribe una cínica carta de despedida.

Oaxtree, Carlos Gila, la Generalitat, UGT, CCOO con su doble juego y ahora los jueces del Supremo, cada uno a su manera han sido necesarios para doblegar la voluntad de lucha de poco más de 200 trabajadores/as en 8 meses de huelga, la más larga en décadas. Toda nuestra admiración a esos y esas trabajadoras que defendiendo sus puestos de trabajo con la huelga indefinidia abrían un nuevo rumbo a la acomodación y el conformismo que imponen las direcciones sindicales mayoritarias en la mayoría de expedientes. Quedan pendientes juicios, por la vulnerción del derecho de huelga y los despidos. Con ellos vamos a estar en esas luchas.

La sentencia a favor de la empresa.
Basta con leer la sentencia y el voto particular para ver que los elementos determinantes para declarar nulo el ERE eran dos: la reiterada vulneración del derecho a la huelga y la desproporción de despidos en la única factoría en huelga, la de Sta. Perpètua. Llegando al insulto la sentencia afirma que es de «extraordinaria pobreza» los hechos aportados para la llegar a la conclusión de que hay vulneración del derecho de huelga, citando como una única actuación «aislada» la presencia un dia de una inspectora que encuentra un camión que llega de la fábrica de Paracuellos.

Pero sólo hay que leer el informe de inspección de trabajo, sólo basta con las denuncias por reiteración del comité, que el hecho salió públicamente en el Parlament de Catalunya, que tenemos videos gravados sobre la presencia diaria de producción Panrico en todos los supermercados. Y este era motivo por si sólo para determinar la vulneración del derecho de huelga y para declarar el ERE nulo y obligar a la readmisión. Cualquier ciudadano catalán que va a bares o supermercados sabe que no han faltado nunca los productos Panrico, ¿cómo es posible que estos argumentos que están recogidos blanco sobre negro en el voto particular, los obvie la sentencia? No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refranero.

El segundo es la desproporcionalidad de los despidos que castigaba a los trabajadores/as en huelga de Sta. Perpètua. Como dice el voto particular, la planta de Sta. Perpètua cargó con el 32’75% de los despidos y, si no contamos con el caso de Murcia que se quemó la fábrica, el 41’77%. Tampoco hay mucho más que aportar a las conclusiones de de la magistrada del voto particular, pues es evidente la voluntad de la empresa de castigar duramente a la factoría que saltó a la huelga y es por ello que, a diferencia del resto de factorías todos los despidos se concentraban en los años 13, 14 y 15, justamente los que la Audiencia Nacional aceptó como justificados.

¿Porqué Coca-Cola sí y Panrico no? Si de hechos se tratara y con la vulneración del derecho de huelga se obtenía el nulo, es evidente que si justificado estaba en Coca-Cola, no menos lo estaba en el de Panrico, y los dos ERES debían declararse nulos. La respuesta no esta en esos hechos, incuestionables, sinó en el conjunto de realidades que los acompañan.

En Coca-cola la reacción de los trabajadores, particularmente en Fuenlabrada arrastra todos los sindicatos, ni UGT se atreve a firmar. La misma presión y la de la sección sindical de Fuenlabrada obliga a la dirección de CCOO a acompañar la lucha y no la boicotea como en Panrico. Esto ayuda a que todo Fuenlabrada está en pie de guera y que sean multitudinarias las manifestaciones contra el cierre: el conflicto toma una dimensión social política. Ese no es el caso de Panrico, con UGT declaradamente en contra, con CCOO aislando la lucha pero sin soltar la dirección del comité de empresa y de huelga, la lucha consigue una simpatía general (que permite por ejemplo mantener la caja de resistencia), pero no ganar un apoyo significativo en la calle.

El Tribunal Supremo, al que llegan las presiones de los sectores implicados también actúa de forma distinta. Ha dejado pasar más de dos años desde los recursos, un tiempo que inevitablemente iba a hacer ceder la presión de los trabajadores/as más activos y despedidos/as y les obligaba, con la finalización del paro, a buscar alternativas que objetivamente les desconectaban de lo que ocurriera en Panrico. Sólo actúan las presiones favorables a la patronal, con varias declaraciones de Panrico advirtiendo del posible cierre, Bimbo de la renuncia a la compra si la sentencia es favorable a los trabajadores/as, y de UGT apoyando –como siempre- la empresa. Dirigentes significativos de CCOO advierten de consecuencias nefasta si ganan los y las trabajadoras. Por descontado que CCOO que sigue dirigiendo el comité de empresa no mueve un solo dedo, ni una nota de prensa ni una mínima concentración ante la fábrica. Pero tampoco hace nada el SU que ha crecido en la huelga y consigue tres delegados en las recientes elecciones sindicales. CGT no ha estado a la altura en este tiempo.

Nada tiene que ver llegar a la resolución -como llegaron los y las compañeras de Coca-cola en pie de guerra- a la situación actual de Panrico, y en este marco 10 sobre 14 magistrados resuelven completamente a favor de la empresa, peor aun que la Audiencia Nacional. Los jueces, con las dos empresas y los dos sindicatos mayoritarios de parte de la empresa, facilitaron el negocio a Oaktree y Bimbo y pagaron los trabajadores/as.

Demasiados y poderosos caballeros a los que hacer frente. Los y las obreras en huelga se enfrentaron al fondo buitre Oaktree que tiene contabilizados alrededor de 60.000 millones de dólares de capital, que contrató al experto sepulturero de empresas como es Carlos Gila (el de Sintel o La Seda), quien no dudó en envenenar el conflicto con sus declaraciones y provocaciones.

Pero quienes debían garantizar el juego limpio, el Departament d’Ocupació i empresa de la Generalitat, en lugar de pararles los pies le ponían alfombra de terciopelo. El mediador de Treball actuó como portavoz paralelo de la empresa, el Conseller Felip Puig criminalizó la lucha obrera, no dudaron en mandar los Mossos a apalear a los trabajadores mientras callaban ante la evidente vulneración de derechos fundamentales, finalmente le facilitaron 8 millones con los que completar el pago de los despidos del ERE, ¿quizás porque Joan Mas, hermano del president ocupaba un alto cargo en el grupo Panrico? O simplemente porque son un partido de la patronal.

La empresa contó con el apoyo permanente e incondicional de UGT, mientras el sindicato recibía un aporte complementario de 30.000 euros anuales y dos liberados estos años de EREs para asegurar la paz social, esto es a pesar de las dificultades financieras de la empresa. Como remate de esa sumisión a la empresa, los delegados de la UGT callan cuando -ante la impunidad con la actua la empresa- la dirección amenaza primero al comité de empresa y más tarde advierte que no perdonará a los que significaron en la huelga, declaraciones que al hacerse públicas obligan al Secretario General de la UGT de Catalunya a pedir la intervención de la fiscalía.

Y por último el doble juego de CCOO, peor aun para los trabajadores/as porque se hacía desde dentro, boicoteando la huelga. CCOO no iba a permitir que estos trabajadores/as en huelga –aunque la mayoría fueran afiliados/as a CCOO- pudieran suponer un precedente para otros conflictos. Con las cartas que su abogado Enrique Lillo filtró con las presiones y amenazas que recibía él de la dirección de Federación de Agroalimentaria para no seguir defendiendo los trabajadores/as de Panrico, citando además posibles donaciones dinerarias de la empresa, no hay mucho más que demostrar. Si denunciar cómo la CONC participó en la criminalización de la lucha con declaraciones que han sido utilizadas por la empresa.

Para completar CCOO tuvo la cara dura de exigir de la empresa el pago de los mismos 30.000 euros anuales y los dos liberados, la empresa argumentaba que no había cumplido su parte del acuerdo, pues no pudo impedir la huelga y mantener la paz social, pero el supremo -el mismo que hoy no encuentra motivos para decir que la empresa vulneró el derecho de huelga-, le dio la razón a CCOO y obligó a la empresa al pago de esas cantidades más un complemento por daños y perjuicios. Por fin nos faltaba la sentencia y el poder judicial que, lejos de suponer un arbitro neutral, no sólo por las leyes que están aprobadas, sino por la lectura sesgada e interesada de las mismas acaban, de costumbre del lado patronal.

La Sentencia es un golpe muy duro para los trabajadores/as y de Panrico y, por extensión para los trabajadores que vimos en ellos un referente para la lucha estos largos tres años, pero la lucha no está acabada, quedan los juicios por vulneración de huelga y los despidos. Hasta el final estaremos apoyando la lucha, y vamos a hacer lo posible para que esta lucha no quede en el olvido. La lucha de los y las trabajadoras de Panrico se han ganado un lugar destacado como referente de lucha en la historia del movimiento obrero.

Carlos Gila: se despide un provocador
Gila escribe su carta de despedida llena de cinismo: habla de valor, generosidad, compañerismo, entrega a los demás, cariño, ilusiones, sueños... es decir todo lo que ha destrozado este experto enterrador de empresas y violento ejecutor de despidos.

Pero es particularmente cínico cuando da las «gracias también a los que siempre se han opuesto a todo. Sin ellos no hubiéramos trabajado tan duro, y tan bien para garantizarnos un futuro viable y sostenible» Seguro que él se ha garantizado un buen futuro, dejando en el paro a cientos de trabajadores/as y hundiendo las condiciones laborales de los que siguen en la empresa. Sintel, La Seda, Panrico... hasta la próxima.

2 años intentando mantener la lucha
El 13 de junio de 2014 se acabó la huelga y una cantidad innumerable de juicios quedaron pendientes a la resolución del ERE en el Supremo. Inmediatamente la empresa impuso un ERTE a toda la plantilla e impuso despidos.

Un grupo de trabajadores/as de Panrico, con el apoyo de militantes de Lucha Internacionalista, estuvimos haciendo lo posible para mantener viva la lucha. Se continuaron las acciones de la denuncia por calumnias contra Gila. Se hizo seguimiento a la denuncia presentada en Fiscalía por miembros del comité de huelga contra las amenazas de la empresa de represaliar con despidos los y las trabajadoras más activas en la huelga. Se pidió con firmas de afiliados de Panrico a CCOO una clarificación a la CONC sobre las cartas que publicó Lillo, sin respuesta; más tarde se hicieron concentraciones pidiendo una reacción de apoyo entre los sindicalistas de CCOO ante unas cartas que no tenían precendentes, pero estuvo limitado sólo al apoyo del Corrent Per un Gir a l’esquerra de les comarques Gironines. Se localizó la entrega de los 8 millones de la Generalitat a Panrico, con los que la empresa procedió a nuevos despidos en octubre. Distribuimos escritos de denuncia en la puerta de la Conselleria, se presentó una denuncia ante el fiscal anticorrupción. Estos hechos se presentaron en rueda de prensa en el Parlament y ante el Síndic de Greuges. Esto motivó una reunión con trabajadores/as de Panrico en el Parlament con Felip Puig y las directores generales de relaciones laborales e industria.

Pero dos años son mucho tiempo y el grado de actividad ha ido bajando inevitablemente. Por fin, se trabajó para ayudar a impulsar una candidatura unitaria de todos y todas las que estuvieron implicados en la huelga y contra las maniobras de la dirección del comité de empresa en manos de CCOO, pero no fue posible.

Carlos Rodríguez
Josep Lluís del Alcázar

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