El pasado lunes 14 de noviembre se presentó David Harvey en la Conferencia Inaugural del Festival de Cine Independiente de Barcelona. Bajo el título «Cultura y ciudad: el reto del turismo», el intelectual marxista, catedrático de Antropología y Geografía, y de los académicos más citados en el ámbito de las Humanidades, expuso su opinión sobre las problemáticas actuales de las grandes ciudades, la crisis actual del capitalismo, y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, entre otras. Advirtió que hablaría del turismo urbano en la medida en que este fenómeno está conectado con otras dinámicas de circulación del capital más amplias.

Para Harvey «la estructura de la ciudad es el producto de la dinámica capitalista».
Respecto a las elecciones norteamericanas, señaló como uno de los principales factores que llevaron al triunfo del demagogo y derechista Trump a la propia candidatura de Hilary Clinton por parte del Partido Demócrata en tanto representante de las «políticas neoliberales y de Wall Street». Durante la campaña política fue desenmascarada y percibida por amplias capas de la población como una persona que «entró a la política para hacer dinero», a la inversa de Trump, quien consiguió presentarse como un candidato que hizo dinero fuera de la política para, a posteriori, «entrar y cambiar las cosas». En la misma línea de esta reflexión, Harvey apuntaba como otro problema en la estrategia del Partido Demócrata que dirigió su campaña a las grandes ciudades de las costas Este y Oeste, que en los últimos años fueron convirtiéndose cada vez más en «burbujas y espacios de clases acomodadas y cada vez menos de las clases empobrecidas» que fueron expulsadas de los centros urbanos fruto de las políticas económicas y sociales. Las ciudades se han convertido en «tierra de inversores y capitalistas», aseguró el geógrafo. Lo mismo habría sucedido respecto de antiguas zonas industriales que sufrieron un desmantelamiento total por las consecuencias de la «globalización neoliberal». De este modo, el pensador marxista conectó diferentes dinámicas urbanas, como los cambios en la composición de clase de algunas ciudades, con los resultados electorales. Expuso que para entender el funcionamiento del capitalismo, hay que pensar su relación con la cuestión urbana, o dicho de otra manera, cómo las fases de desarrollo económico y las crisis están estrechamente relacionadas con transformaciones en las ciudades y los modelos urbanos.

Para ejemplificar esta idea, reflexionó sobre los posibles planes de Trump para reactivar la economía en decadencia en base a un ambicioso plan de infraestructuras que tomaría como referencia lo hecho durante los últimos años en China: un gigantesco «programa de desarrollo infraestructural». Por supuesto, la licitación de las obras caerá en manos de inversores amigos y la otra cara de este «proyecto» sería el movimiento forzoso de personas: «No puedes construir una nueva red de transporte sin afectar a poblaciones» ejemplificó. Al mismo tiempo anticipó sobre la posible profundización de la crisis medio ambiental, la postergación de derechos democráticos como el aborto, y el racismo durante el próximo período.

Por último, destacó la existencia de importantes movimientos locales organizados en torno a las problemáticas habitacionales y medioambientales y la necesidad e importancia de construir una coordinación a escala internacional de todo el «movimiento anticapitalista» que reconfigure un modelo de ciudad diferente sobre nuevas bases económicas y sociales.

Rosario Dem y Kike Prada