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Montornés del Vallés (Barcelona)

Parar el racismo, ¡soluciones ya!

Carlos Rodriguez, 4 de diciembre de 2016




Recientemente un grupo de 30 personas de etnia gitana provenientes del Barrio de la Mina de Sant Adrià del Besos (Barcelona) se asentaron en el municipio ocupando pisos vacíos de bancos y en un caso concreto una vivienda de una familia del municipio, que ha estado a punto de provocar un conflicto de convivencia y racista.

Esta situación creo un gran nerviosismo en una parte de los habitantes del municipio, en un principio por los rumores malintencionados de algunos elementos clarísimamente de extrema derecha, más el miedo atávico a los que son diferentes y la aparente pasividad del Ayuntamiento de EUIA-ICV que no daba señales de tomarlo en sus manos. Un número reducido de personas expresó su malestar en el último pregón de las fiestas y promovió la creación de una página en Facebook denominada Montornes Unidos que llego a la cifra de 2.300 usuarios. Al principio esta página recogía información sobre el hecho, pero poco a poco los comentarios que se empezaron a leer tenían claros signos racistas y proponiendo incidentes violentos que por suerte no ocurrieron.

Algunos ex-representantes políticos del municipio se añadieron a provocar confusión y a utilizar esta situación para atacar al Ayuntamiento y algunos otros con el interés únicamente de provocar miedo, confusión e inseguridad cuando no la había en el resto de la población. Durante esos días no se vivieron conflictos en las calles de este municipio convertido desde hace años en una ciudad dormitorio cercana a los 17.000 habitantes. Ante la falta de accionar del Ayuntamiento, ha sido la intervención de la AAVV del Centro la que actuó como interlocutor de las demandas vecinales pero desmarcándose de cualquier actitud violenta o racista. Dicha AAVV intentó varias veces hablar con el Ayuntamiento pero esta reunión se iba retrasando, hasta un masivo Pleno donde se plantearon las dudas y miedos de la población y se demandó una rápida solución. Por fin se consiguió esta entrevista, que entre otras cosas proponía mantener reuniones con los patriarcas del clan gitano para acordar normas mínimas de convivencia y la desocupación de la casa de los vecinos. Esto se ha conseguido recientemente lo que demuestra la voluntad de convivencia de su parte.

En esta situación de crisis económica, cualquier situación como esta puede provocar sensación de falsa inseguridad, ser utilizada por elementos de extrema derecha tanto organizada como sociológica – incluidos algunos ex representantes municipales-, para azuzar el miedo y el odio ante los que son diferentes. Cuando no se atajan los problemas sociales con soluciones, que nunca deben ser policiales, éstos se agravan. En muchos casos la rápida intervención calma los nervios y quita argumentos a estos elementos que solo intentan crear falsa sensación de inseguridad, por la venida al municipio de personas con necesidades de ubicación, menos cuando se fomenta el rechazo social por su color o por su etnia. La solución no era dejar pasar el tiempo y esconder la cabeza cual avestruz como se hizo en un principio, los problemas de la sociedad se solucionan y no se dejan morir: estar o no empadronados, no te quita ni te da derechos... el malestar social tiene otro trasfondo que hay que abordar porque se da el caso que este municipio tiene un índice muy elevado de paro (18% en el 2015) y son muchos los ciudadanos/as que han sido desalojados de sus casas por los bancos y por la crisis económica.

Porque a ello se le suma que son muchas las deficiencias que tiene el municipio: la perdida de las urgencias nocturnas, la falta de un centro de día reclamado por los/las vecinos/as, la falta de escuelas que sustituyan a los barracones, los barrios sin urbanizar y las soluciones reales al alto índice de paro, la mejora de aquellas zonas urbanas que con el tiempo se han deteriorado, la llegada real a todos los rincones del municipio de los servicios básicos...

Y porque frente a ello, la válvula de escape no pueden ser los recién llegados, sino la lucha y la pedagogía de las organizaciones sociales y políticas para lograr la compresión y la solidaridad para afrontar el conjunto de la situación. Porque un principio fundamental es que las casas no pueden estar vacías cuando hay gente que necesita una vivienda, sea de donde sea o tenga la raza o el color que tenga. No puede ser que los bancos hagan negocio de los pisos que han quitado a la gente: hemos de luchar para que no echen a nadie y porque, si hay pisos vacíos, sean utilizados. Después de la desocupación de la casa del vecino el nerviosismo se ha trasladado a otra parte del municipio.

No ha aumentado el número de personas de etnia gitana en el pueblo (siguen siendo unos treinta) pero ahora se están organizando patrullas de vecinos. Esto puede ser muy peligroso: el Ayuntamiento debe cortar esta situación, aunque solo sea puntual, de forma urgente. El peligro del conflicto sigue latente y debemos exigir para el conjunto de problemas que tenemos, soluciones ya.

Carlos Rodriguez

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