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Ya hemos votado! Ahora hay que proclamar la República Catalana

Organicemos la continuidad de la Huelga General

Lucha Internacionalista, 29 de octubre de 2017




La movilización permitió la celebración del referéndum: un triunfo sobre el miedo y la represión, sobre el estado. La huelga general exitosa y las masivas movilizaciones del 3-O han sido la mejor respuesta a la brutal actuación policial de domingo. Tomando la calle, el pueblo y la juventud han demostrado firmeza y la dignidad que no se deja acobardar y que está determinado a defender sus derechos.

La convocatoria de huelga general por parte de CGT, IAC y COS tomaba bastante y protagonismo después de la represión policial del domingo. La huelga general introducía un elemento determinante: el llamamiento a la clase obrera catalana a hacer suya la lucha por la libertad y contra la represión. Esto hizo que CCOO y UGT, con patronal y gobierno tuvieran que recurrir a convocar una “paro de país”, para intentar tragar y diluir el contenido de clase e independiente de la huelga, introduciendo confusión. Un sector importante de la clase trabajadora salió a la lucha. Estibadores y bomberos abrían el camino. En SEAT, a pesar del llamamiento explícito de la patronal y de las direcciones de CCOO y UGT para no hacer la huelga, 800 trabajadores/as la secundaron. En empresas donde la mayoría son afiliados/as de CCOO, y la patronal no se acogió a “el paro”, los huelguistas se encontraron desprotegidos por su propio sindicato, teniendo que buscar cobertura en la convocatoria de otros: pero la hicieron. En el sector público las votaciones por la huelga habían arrancado con fuerza cuando llegaron las propuestas de la administración de sumarse al paro de país, que amplificó pero también desvirtuó la huelga. Las manifestaciones del 3-O fueron más masivas que nunca en una convocatoria sindical. Una parte de estos trabajadores/se sin ser independentistas salían a la lucha contra la brutal represión. Hacer posible la independencia está en ganar a la mayoría de la clase obrera para romper con la Monarquía.

Ante la serenidad y la contundencia de la respuesta popular, el régimen español ha tenido que sacar a escena el Jefe del Estado. El discurso amenazante de Felip VI - sin ninguna concesión para las víctimas de la represión ni ninguna mención al diálogo- ha puesto blanco sobre negro que el problema no es el gobierno del PP, sino el régimen del 78, que Franco dejó “atado y bien atado”. El rey de España ha tenido que dar la cara para avalar no sólo la disolución de la autonomía catalana por el 155 sino también una represión generalizada. A la vez allana el camino a los grupos de extrema derecha que ya actuaron en Zaragoza ante la reunión de electas convocada por Podemos.


El referéndum no puede acabar como en Grecia

Ahora toca defender el resultado del referéndum y acatar la voluntad popular. El resultado del referéndum, en las condiciones en que se tuvo que hacer, tiene mucho más valor que si se hubiera podido celebrar con normalidad, cosa que es imposible en el marco del régimen actual. El Parlament y el Govern, tal y cómo se comprometió, tienen que proclamar la República Catalana sin tapujos ni dilaciones. No podemos confiar en los Mossos, que, a pesar de no emplear la represión, se llevaron más de 200 urnas el 1 de octubre. Sólo la movilización popular permanente los próximos días lo puede conseguir.

No podemos permitir que pase como en Grecia. Syriza llegó al gobierno después de años de luchas del pueblo trabajador griego, intentó por todos los medios una vía dialogada para que no se ahogara más el pueblo pero la troica fue inflexible. Acorralado, preguntó en referéndum y el pueblo dijo no, a pesar de todas las amenazas, pero Tsipras dijo sí, traicionando las aspiraciones del pueblo y teniendo que aplicar el plan de austeridad más draconiano. El Estado español ha decidido, a pesar de las grietas que se le abren, imponer la represión como única respuesta al ejercicio de la autodeterminación del pueblo catalán. Y no se parará por mucho que ahora el govern renuncie a proclamar la independencia. Retroceder ahora es facilitar la represión y no al revés. En Grecia, aceptar –contra la decisión del pueblo- el Memorándum no hizo aflojar ni una brizna las medidas que querían imponer el pueblo griego, al contrario, fueron más duras que nunca. Sólo la proclamación de la república, acompañando la firme voluntad popular, nos pondrá en mejores condiciones para neutralizar la represión. Se encarar mejor lo que vendrá como un conflicto entre la República Catalana y la Monarquía española, que no desde el marco de una autonomía intervenida.

Ante la campaña del miedo impulsado por las grandes empresas, bancos y las instituciones burguesas sobre un empeoramiento de la situación económica en Cataluña en caso de proclamar la República, defendemos lo contrario. Es el mantenimiento de la subordinación a los intereses del capital, de la cual el Estado es garante, lo que garantiza la continuidad y el aumento de la miseria de los y de las trabajadoras. Y es la Ruptura con este Estado una oportunidad histórica de romper también con esta subordinación y de construir una República al servicio de los y de las trabajadoras y no al servicio de los capitalistas. Por eso quieren instalar en nosotros el miedo que tienen ellos. El govern también tiene que avanzar medidas para hacer posible la independencia, como la creación de un banco público catalán, ante los movimientos del Sabadell o la Caixa.

No tiene sentido tampoco confiar en una mediación, porque los poderes no la quieren, y si hubiera seria para intentar desmovilizar el pueblo catalán. La respuesta de las instituciones europeas ha dejado bien claro que la UE es un club de estados y multinacionales, no hay espacio para los trabajadores/as y los pueblos. Los mismos poderes que estaban contra el voto no al referéndum griego son los que hoy están contra el proceso catalán: la derecha, el Partido Socialista, todos los grandes poderes financieros y económicos y la Unión Europea y sus estados. Porque el futuro de los pueblos es el futuro de la clase trabajadora, y es opuesto a la unidad de los estados y de las grandes multinacionales.

Proclamar y mantener con firmeza la República catalana es mantener la movilización en la calle. Por eso nos tenemos que organizar desde abajo, en los centros de trabajo y estudio, y profundizar los organismos que fueron claves el 1-O: los comités en defensa del referéndum, ahora de defensa de la república. Su coordinación y fusión con las fuerzas sindicales y el movimiento estudiantil que hicieron posible la huelga general es urgente, con un plan de continuidad que incluya nuevas convocatorias de huelga.

En Catalunya se juega el futuro inmediato de la Monarquía en todo el estado. Por eso las protestas ya se han empezado a expresar con fuerza en las calles del País Vasco, Madrid o Andalucía. Hay que hacer un llamamiento a la solidaridad de los pueblos y trabajadores/se del estado español e internacionales. Habría que convocar en Barcelona un encuentro con organizaciones políticas, sindicales y sociales de todas partes para organizarla.

Organicémonos y movilicémonos. Por un plan de continuidad de la huelga general!
Proclamación ya de la República catalana ya!
Fuera la Monarquía
Por una relación libre entre pueblos en una Federación de repúblicas de trabajadores y trabajadoras

6/10/17

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