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En polémica con Corriente Roja

¿No votar en estas elecciones?

Josep Lluis del Alcazar, 12 de diciembre de 2017




Ante las elecciones del 21 de diciembre se abre el debate: ¿hay que participar? Corriente Roja en su declaración « Elecciones del 21-D? «Yo ya voté el 1-O » en la que concluye:


" La presión por el voto es enorme antes de empezar la campaña electoral y lo será mucho más. No votar será criticado como una especie de crimen. No obstante esto, ni votaremos ni llamaremos a votar. No queremos legitimar con nuestro voto el retorno al redil constitucional. Nosotros ya votamos el 1 de octubre»

Estamos de acuerdo en los argumentos para caracterizar a estas elecciones de ilegítimas, y sin embargo, nunca han sido estos los argumentos para determinar la participación o no de los revolucionarios en las elecciones. Hace dos años en las elecciones del 27 de septiembre del 2015 teníamos la misma discusión con la posición abstencionista de Clase contra Clase (ahora CRT). Ahora CRT llama a participar de un frente alrededor de la CUP- CC. En el 2015 fue Corriente Roja quien formó parte de CUP-CC.

La decisión de participar en unas elecciones no viene dada por la mayor o menor legitimidad de las mismas. El parlamento burgués es un sistema de defensa del capitalismo y del estado, como tal una maquinaria de opresión y explotación de clase. Cierto es que en ocasiones este carácter reaccionario del parlamento se puede ver más evidenciado –como esta vez- que otras, pero no porque las otras sean elecciones «legítimas» y el gobierno que sale de ellas también.

Los revolucionarios participamos en las elecciones cuando estas no pueden ser superadas por otro poder emanado de las fuerzas populares y cuando las clases populares aún creen que es a través de las elecciones que se pueden resolver sus reivindicaciones. No se trata de una polémica nueva en la izquierda. Lenin en polémica con quienes defendían la no participación en las elecciones «porque ya estaban superadas» les respondía: «Mientras no tengáis la fuerza para disolver el parlamento burgués y cualquiera otra institución reaccionaria, estáis obligados a actuar en el seno de dichas instituciones, precisamente porque hay todavía en ellas obreros idiotizados por el clero y por la vida en los rincones más perdidos del campo.» (1)

¿Y el boicot? Lenin lo justifica en 1905, cuando se estaba gestando la revolución con un gran ascenso de lucha y nacían los soviets. Escribe analizando el acierto al boicot 2 de 1905: «los bolcheviques conseguimos impedir la convocatoria del parlamento reaccionario por el poder reaccionario en el momento en que la acción extraparlamentaria de las masas (en particular de las huelgas) crecía con excepcional rapidez y en el que no había ni un solo sector del proletariado o del campesinado...». También la Oposición de Izquierdas defendió el boicot a las últimas elecciones de Alfonso XIII, las del General Berenguer de marzo de 1931. Un alza del movimiento obrero y popular imposible de contener con la dictadura de Primo de Rivera había forzado el cambio de Gobierno y un proceso de reorganización republicano burgués y socialista que exigen el fin de la Monarquía (Pacto de San Sebastián 1930). De nuevo la posibilidad de superar el régimen y la ruptura del movimiento de masas con las elecciones eran los dos elementos determinantes. Pero,

¿Cuál es la situación hoy en Catalunya? ¿Hay una fuerza obrera o popular en ascenso capaz de superar el marco electoral burgués? La propia C. R. nos responde en otro artículo posterior Del referèndum de l’1-O al 155 i a l’ensarronada del 21-D:

" En pleno regreso al redil constitucional no tiene mucho sentido plantear un irreal «proceso constituyente de base popular». Ahora hay que reconstruir el movimiento sobre nuevas bases. La lucha contra la represión continuará por los cargos encarcelados y procesados, pero también por la ofensiva que anuncia contra los activistas de los CDR. También habrá que organizar la defensa de la enseñanza pública y los maestros ante la embestida que se prevé."

Es decir, CR no ve ninguna posibilidad de superar el marco electoral, compartimos que estamos a la defensiva, pero no al extremo de presentar una práctica derrota como hace el artículo. Entonces, ¿por qué no utilizar las mismas elecciones para reagrupar la resistencia? También es indiscutible que en estas elecciones -más posiblemente que en ninguna otra elección autonómica- el pueblo va a ir en masa a votar, porque creen que allí se juega su futuro. Y, en un sentido es cierto, porque si ganan las fuerzas unionistas la ofensiva reaccionaria se va a redoblar. Y, desde esa posición defensiva en la que nos ha colocado la traición de la burguesía catalana, hay que poner el pie en la puerta para que no puedan terminar de cerrar la crisis que abrimos en las jornadas del 1 y del 3.

Ante las primeras elecciones republicanas se volvió a debatir sobre el boicot. Trotsky en mayo del 31, 3 tras analizar por qué iba a haber una amplia participación de la clase obrera y sectores populares se pregunta: "¿Hay algún motivo para pensar que la convocatoria de estas Cortes será impedida por una segunda revolución? De ninguna manera. (...) La consigna de boicot, será en la actualidad una consigna de autoaislamiento. Hay que tomar parte lo más activa posible, en las elecciones».

¿Cuál es la responsabilidad exigible a la CUP-CC? No el hecho de que se presente, no el hecho de que dijera que lo lógico era el boicot, para concluir que es incoherente, sinó que no llamara a la resistencia de las instituciones ante el 155, que callara ante la entrega sin lucha de JXS, que no exigiera a ERC, CeC y PDECAT, a ANC i Òmnium el boicot a las elecciones, que no hubiera defendido resoluciones en los CDR’s por el boicot. Esto es por lo que hemos peleado dentro y fuera de la CUP-CC, porque esta política podía haber determinado la situación como ha hecho en otros momentos y, sino al menos, se hubiera colocado claramente como alternativa ante la traición de JXS.

Nosotros defendimos el boicot mientras esa batalla tuvo posibilidades de ser efectiva, pero no vamos al autoaislamiento y vamos a pelear con todas las fuerzas por la derrota de los partidos unionistas, por el giro a izquierda más profundo posible (incluido también el retroceso de la burguesía catalana) y porque las fuerzas que siguen luchando por la república catalana del 1 de octubre y que quieren un giro social a favor de la clase obrera tengan un referente lo más fuerte posible. Y esos objetivos los conseguimos parcialmente si el día 22 de diciembre estamos en mejores condiciones para resistir y reorganizarnos.

Y quien cataliza hoy ese espacio (como en el 2015) es la CUP-CC, que reagrupa buena parte de la juventud y el activismo. Con todas las contradicciones sí, con la necesidad de una polémica continua, pero sigue siendo un espacio vivo. Pero CR decidió abandonar la CUP-CC y darla por sentenciada prematuramente en febrero del 16. Sería más fácil rectificar y volver a pelear por apoyar lo que será el referente de ruptura y hacerlo junto a las fuerzas que trabajamos para que se desarrolle desde una política de clase.

Josep Lluís del Alcázar

Notas
1 Lenin. La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo.
2 Como también del error que tuvieron de intentar el boicot el 1906.
3 La revolución española y los peligros que la amenazan 28 de mayo de 1931. L Trotsky.

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