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Catalunya. Aún y con la investidura de Torra sigue abierta la crisis del régimen

Lucha Internacionalista, 2 de junio de 2018




El Estado Español está impulsando un recorte generalizado de derechos y libertades, la imposición de un pensamiento único y controlado desde el poder, y reaparecen los viejos rasgos del franquismo con los que nunca se había roto Así se evidencia con la situación en Catalunya pero también con la sentencia contra el rapero mallorquín Valtonyc o la represión contra los y las vecinas de Murcia que luchan contra el muro y por el soterramiento de las vías del AVE. En particular, el Estado pretende la derrota total del pueblo que se reveló el 1 y 3 de octubre en Catalunya y con ello dar un mensaje disciplinador al resto de pueblos del Estado y a cualquiera que se atreva a cuestionarlo. Una escalada represiva que se hace en el marco de la continuidad de la crisis económica y los planes de recortes y privatizaciones. Así lo demuestran los mínimos históricos en los presupuestos en educación y sanidad, y las pensiones amenazadas por el vaciado de la caja de reserva.

Pero la respuesta en las calles crece en todas partes. Así se ha visto con la lucha de los y las pensionistas de todo el Estado que protagonizaron importantes jornadas de movilización contra el miserable aumento ofrecido por el PP (con apoyo de Ciudadanos) y en defensa de un sistema público de pensiones dignas. Esta lucha evidencia también la situación de precariedad que sufre la clase trabajadora, en gran parte por los efectos de las Reformas Laborales. Los y las trabajadoras del Aeropuerto por sus condiciones laborales, de Amazon contra la precariedad, o de Titanlux que con la huelga indefinida lograron detener los despidos, son ejemplos. El movimiento feminista está teniendo un rol muy importante también, protagonizando una histórica jornada de huelga general el pasado 8M y con manifestaciones masivas contra la vergonzosa sentencia de La Manada, denunciando la justicia patriarcal y la responsabilidad del Estado para con la situación que padecemos la mayoría de las mujeres.

No hay que olvidar la situación del Gobierno Rajoy que encabeza la ofensiva, que se sigue debilitando, con el PP en caída en intención de voto y con los casos de corrupción que rodean la dirección del PP y al propio Rajoy. C ‘s amenaza con el sorpasso en encuestas y enciende la guerra entre las dos formaciones por el predominio en la derecha española. Ahora el PSOE, amenazado por una crisis que abarca a toda la socialdemocracia europea, se suma también a esta carrera pidiendo, entre otras cosas, la modificación del código penal para los delitos de rebelión para poder aplicarlo a la situación catalana o similares. Todo ello amenaza la delicada estabilidad del gobierno.

La situación en Catalunya ha hecho tambalearse al Régimen. Ahora, esto se combina con el ascenso de movimientos de lucha en todo el Estado. Cada vez se abren más frentes contra el Régimen del 78. Hay una crisis que no consiguen cerrar.

Ningún retroceso detendrá la represión

La persecución contra los dirigentes independentistas, es la punta del iceberg del macro proceso contra bomberos, profesorado, mecánicos, concejales, estudiantes, y que ahora ataca con fuerza a los Comités de Defensa de la República (CDR) como ocurrió hace unos días con las citaciones por la huelga del 8N o con el caso de Adri de Esplugues acusado de terrorismo y buscado por la Guardia Civil desde el 1 de abril. Al mismo tiempo, el Estado suspende la ley catalana de sanidad universal o renueva vía 155 casi 2.000 conciertos. La ofensiva se hace en todos los frentes. Asimismo, continúa el accionar de grupos de ultra derecha y de fascistas, crecidos por la ola represiva y criminalizadora y protegidos por la impunidad que les da el Régimen.

El objetivo del Estado monárquico es una ofensiva recentralizadora y reaccionaría del Régimen para continuar aplicando recortes de derechos y libertades. Por eso continuamos afirmando que cada paso atrás hecho por la dirección de JxCat y ERC no detiene la represión, al contrario, porque el Estado no busca un acuerdo sino una derrota para salvar la Monarquía. Y ha creado los instrumentos para tener atadas las instituciones. Ni la represión ni la intervención del Estado se limitan al 155: en diciembre del 2017 el TC había suspendido 46 leyes aprobadas por el Parlamento de Catalunya. La intervención de la economía fue anterior al 155 y ya han dicho continuará después, al igual que la represión o los ataques a la escuela pública.

Por ello, el permanente acatamiento a la legalidad del Estado y el intento de regreso al autonomismo de JxCAT y ERC representada en la investidura de Torra es una utopía reaccionaria. Utopía porque el Estado de las autonomías, tal y como lo conocimos, es cosa del pasado. Y reaccionaria porque no detiene la represión y desgasta y desconcierta al movimiento. El último anuncio de PP, C ‘s y PSOE sobre la continuidad del artículo 155 es la muestra más evidente de ello. El Estado no quiere ningún rastro relacionado con el 1 de octubre y por eso no quiere publicar en el DOGC los nombramientos de los consejeros, negando los derechos políticos de los presos y exiliados. Está dispuesto a todo para tener gobierno e instituciones domesticadas por el Régimen. Torra ha enviado una carta pidiendo «diálogo sin condiciones» pero es evidente que no hay diálogo posible. ¡Basta! O avanzamos de verdad hacia la República Catalana, no con discursos vacíos de realidad sino con hechos concretos que hagan efectivo la ruptura con el Estado, o avanzará el modelo cada vez más centralizado y autoritario que quiere imponer.

La abstención de la CUP-CC en la investidura: una oportunidad perdida

La investidura de Quim Torra (JxCat) ha provocado un debate en la CUP- CC que, por petición de diferentes asambleas territoriales, convocó un encuentro para discutir su posición. Hemos compartido la posición de sólo dar los votos necesarios para llevar a cabo una hipotética investidura de Puigdemont, porque fue el President cesado por el 155 y porque habría supuesto un acto de soberanía ante las prohibiciones del Estado que ha negado sistemáticamente los resultados de las elecciones del 21D. También habíamos compartido la posición de abstención ante la investidura de Sánchez y Turull, porque todavía había elementos de posible choque con el Estado en tanto se trataba de candidatos o en la cárcel o amenazados de estarlo, y en este contexto particular de represión -sin nuestros votos ni ningún compromiso-, no poner palos en la rueda y si JxCat y ERC querían, pudieran formar gobierno. JxCAT.

Pero ante la política de JxCA T y ERC de seguir reiterando acatamientos a la legalidad estatal, para evitar el choque, al punto de presentar un candidato totalmente adaptado a los requisitos impuestos, la CUP-CC no debería haber permitido la formación de este gobierno y tenía que haber votado en contra. Hoy se puede ver con mucha claridad que era falso el planteamiento de «recuperar las instituciones», pues, con investidura hecha continúa el bloqueo, la intervención económica e incluso el 155.

El paso del tiempo y la acumulación de retrocesos va haciendo cada vez más evidente la falta de voluntad de la dirección mayoritaria del proceso de llevar a cabo el mandato popular del 1 de octubre y esto empieza a visibilizarlo también el movimiento de lucha. Llega un momento en que no hay más espacio para falsas jugadas maestras y simbolismos y, no se puede hacer ningún tipo de seguidismo a ello. En este punto de inflexión, facilitar una investidura de falso autonomismo y presentada por uno de los partidos responsables de los recortes en los últimos años, es contrario al necesario camino de postulación de una que nunca es necesario la presentación de una alternativa que pueda presentar un camino alternativo y una hoja de ruta independiente.

Sin embargo, rechazamos el oportunismo de la dirección de los Comunes-Podemos que, después de haber estado presionando para la formación de un Gobierno autonómico para «recuperar las instituciones y el autogobierno» han cargado contra la CUP-CC por su abstención, mientras ellos votaban en contra. Su planteamiento de Gobierno «autonomista pero social» es, en el contexto actual, tan utópico como el que venden defendiendo del referéndum pactado ya que niega la realidad del carácter del Estado.

Detener la represión, ganar nuestros derechos, y romper con el Estado con la movilización desde abajo

La clave de la situación es la movilización contra el 155, por la libertad de los presos, la intervención, la persecución política y todos los ataques represivos del Estado. El movimiento sigue vivo, lo que hace falta es un plan de lucha lucha, con convocatorias organizadas desde abajo, amplias y masivas, y no acciones de pocos que alejan a la mayoría. Este plan también debe incluir la discusión sobre la necesidad de una huelga general como herramienta indiscutible de lucha. En este sentido los Comités de Defensa de la República y el sindicalismo y organizaciones que convocaron a la huelga general del 3 de octubre tienen un rol muy importante. Pero además de la lucha anti represiva debemos impulsar con mucha fuerza la lucha por los derechos sociales y económicos pendientes, muchos de los cuales se encuentran hoy en suspenso. Ensanchar la base social no se hace retrocediendo hacia un autonomismo inexistente, sino conectando la satisfacción de las de las necesidades sociales de la mayoría obrera con la ruptura con el Estado. A yer como hoy Ayer y hoy, es en la calle donde ganamos nuestros derechos y libertades.

En este sentido, serán fundamentales las luchas para exigir al nuevo Govern de la Generalitat la reversión de los recortes pendientes así como medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. La aplicación de muchas de estas medidas, como las suspendidas por el TC pasan también por desobedecer al Estado. No tenemos ninguna confianza en que este Gobierno lo haga pero su exigencia debe evidenciar dos cosas: que el Estado no es sólo una prisión de pueblos sino también de derechos sociales, y que ningún Gobierno que lo obedezca podrá ofrecer a los y las trabajadoras mejoras sustanciales en sus condiciones de vida. Los derechos sociales y democráticos pasan, como el derecho de autodeterminación, por la ruptura con el Estado.

Y por eso mismo, la lucha por la República la ganaremos si hacemos de la solidaridad con el resto de pueblos del Estado una constante. Porque la lucha por la República Catalana es la lucha contra el Régimen del 78 que oprime a todos los pueblos y trabajadoras del Estado.

Lucha Internacionalista

22/05/2018

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