Podemos nació hace 5 años, en las anteriores elecciones al parlamento europeo. Surgió el manifiesto «Mover ficha», un manifiesto rupturista con el régimen constitucional de 1978 en el que Podemos afirmaba:

1o Derogación del articulo 135 de la Constitución, las deudas ilegitimas no se pagan, nacionalización de la Banca Privada.
2o Soberanía de los pueblos y su derecho a decidir, apoyar el Referéndum de autodeterminación en Escocia y el del 9 de noviembre en Catalunya.
3. Defensa de salarios y pensiones dignas.
4. Derecho a una vivienda digna, no a los desahucios.
5 . Rechazo de privatizaciones de los servicios públicos.
6. Contra la violencia machista y defensa del derecho de las mujeres sobre su propio cuerpo y, por lo tanto, el derecho a decidir si quieren interrumpir o no su embarazo.
7. Nacionalización de las empresas energéticas.
8. Derogación de las leyes de extranjería.
9. Salida de la OTAN.
10. Candidatura participativa, listas paritarias y rotación de los cargos.

Pocas veces hemos visto el nacimiento de una alternativa política con tanta fuerza y, pocas veces hemos visto el deterioro, falta de credibilidad y declive de esta alternativa en tan corto espacio de tiempo. Lo que nació como un proyecto rupturista con el régimen monárquico pronto se ha convertido en un instrumento al servicio de este régimen, pero desde el lado de la izquierda. ¿Qué ha sucedido en Podemos para este batacazo?

1. El 15M abrió una nueva situación política, fruto del hartazgo y desencanto con todo lo conocido, así se llegó a un proceso de participación masiva de luchas, y nació un Podemos que se quiso presentar como exponente institucional del espíritu de aquel 15M. En Podemos al igual que en el 15M, sus principales protagonistas fueron profesores universitarios, licenciados en paro, la juventud en general. Pablo Iglesias era un profesor universitario y presentador de un programa de televisión, y como él, ninguno de los cinco fundadores de Podemos tenía experiencia en las luchas de la clase trabajadora (construcción de sindicatos, participación activa en huelgas ni en los órganos de representación de los trabajadores en las empresas). Podemos no tuvo línea política que fomentara la organización de los trabajadores, y como consecuencia, la militancia en Podemos después de las elecciones europeas de mayo de 2014 se convierte en una pequeña guerra de guerrillas de unos contra otros: solo en la comisión de garantías de la Comunidad de Madrid había cerca de 600 casos hasta el año 2016. No se respetó la democracia interna ni el derecho de representación de las minorías en los órganos internos del partido, y resultado de ello es que en el primer congreso quedaron fuera de los órganos los anticapitalistas, en el segundo el errejonismo,... Los dirigentes de Podemos no fueron capaces de gestionar el éxito político, un aspecto a tener muy en cuenta en la crisis de Podemos ha sido el continuo escándalo de sus dirigentes, teniendo su máximo apogeo en la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero en Galapagar. Sin duda los dirigentes de Podemos no han sabido estar a la altura. La figura bonapartista de Pablo Iglesias castiga la crítica.

2. « Nosotros aprendimos en Madrid y Valencia que las cosas se cambian desde las instituciones, esa idiotez que decíamos cuando éramos de extrema izquierda de que las cosas se cambian en la calle y no en las instituciones, es mentira». Esta frase pronunciada por Pablo Iglesias en un curso de la UCM significa el abandono de las luchas en la calle por parte de los cargos públicos de Podemos. La «maquinaria de guerra electoral» diseñada para las elecciones de 2015 no ha sido otra cosa que vivir para el parlamentarismo. En Podemos hay muy poca vida sin elecciones, toda gira al ritmo de la urna. La nueva forma de hacer política de Podemos, poco a poco se fue convirtiendo en la misma de los demás partidos, alejarse de la vida diaria que lleva un trabajador.

3. La disposición a go- bernar con el PSOE en el marco de este régimen sustituye al proyecto rupturista con el que nació Podemos, el caso más significativo es el Gobierno de Castilla la Mancha, donde el vicepresidente segundo y la Consejera del Plan de Garantías Ciudadanas son de Podemos: la obsesión por gobernar ha convertido a Podemos en un corre, ve y dile del gobierno del PSOE. El papel jugado por Pablo Iglesias en su intento de convencer a ERC y PDeCAT para votar a favor de los presupuestos generales del estado, aun con sus dirigentes en el exilio y en la cárcel, demuestra el papel de «muleta» de Podemos respecto del PSOE. Se ha pasado de «asaltar los cielos» a seducir al PSOE para que cambie.

4. En la cuestión catalana es donde se aprecia con mayor claridad el cambio producido en Podemos: del apoyo al referéndum del 9 de noviembre de 2014 en Catalunya, al papel jugado no participando del del 1 de octubre de 2017. Se evidencia la adaptación de Podemos a la Constitución de 1978. Así del derecho de los pueblos a la libre autodeterminación se pasa al referéndum pactado, como si se pudiera pactar un referéndum en el terreno de un régimen heredero del franquismo, de la una, grande y libre, como si viviéramos en una democracia. Cada vez son más los discursos en el entorno de Podemos en el que hablan que en la transición «se hizo lo que se pudo», que la «democracia la trajeron los de abajo» o que «la monarquía pudo servir para frenar el 23F». Pese a las continuas reclamaciones republicanas de Podemos la realidad es que en los continuos referéndums que se están llevando a cabo sobre monarquía o republica en diferentes ciudades y universidades Podemos no participa de ellas, igual que no participó el 1 de octubre. En la transición el apoyo al régimen constitucional le valió al PCE para pasar de ser la fuerza hegemónica entre los trabajadores a acabar en crisis interna y ceder su papel al PSOE, lo mismo le está sucediendo a Podemos ahora, no se puede acabar con la «casta» y defender un régimen monárquico que dejó en las cunetas a 130.000. luchadores republicanos, no juzgó a ningún torturador franquista y niega el derecho de autodeterminación de Catalunya.

5. Así llegamos al «donde dije digo, digo Diego», ya no se habla de la nacionalización de la banca y las empresas energéticas. De la salida de la OTAN, se pasa a fichar como Secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid a Julio Rodríguez (Jefe de estado Mayor de Defensa y Consejero OTAN del Consejo de Estado en el gobierno de Zapatero), quien afirma que «la formación morada va a cumplir los compromisos que tiene España con la OTAN porque aboga por un refuerzo en la defensa europea potente y ese papel tiene que jugarse también en la Alianza Atlántica».

No se habló nunca más de la derogación del articulo 135 de la Constitución, ni de la Auditoria ciudadana de la deuda y del no pagar la deuda ilegitima se pasa a sacar músculo en «hemos sido capaces de reducir la deuda del Ayuntamiento de Madrid», que no fue otra que la generada por la corrupción y robo del PP, procediendo al pago de toda la deuda fuera ilegitima o no.

Todo ello lleva a una falta de credibilidad entre sus afines y votantes que no distinguen Podemos de cualquier otro partido al uso.

José Díaz Sánchez de la Blanca