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¿De qué crisis hablamos?

Cristina Mas, 21 de octubre de 2008




Marx fue el primero en analizar en profundidad la
crisis como un elemento intrínseco del funcionamiento
del mercado. Estudió de dónde proviene el beneficio
capitalista. ¿Cómo se genera la riqueza? El único
que crea riqueza es el trabajo y el valor de los
productos al mercado se determina por la cantidad
de trabajo que ha sido necesario para producirlas.
Los diamantes no valen lo que valen por sí mismos,
sino el coste del trabajo que supone extraerlos.

Pongamos como ejemplo una camiseta. Para fabricarla
son necesarias tres mercancías, que el capitalista
compra: maquinaria, materias primas (ropa,
electricidad, etc...) y fuerza de trabajo. Pero el papel
de cada una para determinar el valor de la camiseta
es diferente: las máquinas y las materias primas
transfieren al producto final su valor sin ninguna variación
(por ello Marx las llama capital constante). En
cambio, en el proceso de fabricación, el trabajador
añade a la camiseta no sólo el valor de su fuerza de
trabajo (el salario que recibe por las horas de trabajo
que han dedicado para producirla) sino un plus, que
se conoce como plusvalía. Es lo que se llama capital
variable. Esta plusvalía es la diferencia entre lo
que recibe el obrero por cada hora de trabajo y el
valor que su trabajo añade al producto. La plusvalía
es la fuente del beneficio capitalista.

El capitalista compra las horas de trabajo en el
mercado, como otra mercancía, y le paga al obrero
lo que necesita para vivir en la sociedad aquel día (o
sea, el coste en horas de trabajo de la reproducción
de la fuerza de trabajo como mercancía). Pero el
valor añadido por el trabajo en la camiseta siempre
será superior al valor que el trabajador recibe por
cada hora de trabajo. En el capitalismo, la costurera
genera el valor de lo que necesita para subsistir sólo
con unas horas del total de su jornada, de forma
que el valor de la producción del resto de la jornada
se lo apropia el capitalista. Y cuanto más se desarrollan
los medios de producción, mayor es esta
plusvalía: un trabajador puede coser a mano diez
camisetas en una jornada, pero si le dan una máquina
podrá coser un millar en el mismo tiempo... y
recibirá el mismo salario, aunque el valor de su trabajo
se haya multiplicado por 100. El beneficio del
capitalista es pues la relación entre la plusvalía y el
capital total invertido.

La tasa de beneficio tiende a caer

Cuando el empresario el quiere vender la camiseta
al mercado, se encuentra con la competencia. Y
aquí necesita un producto “competitivo”. Para poder
competir, el capitalista tiende a introducir mejoras
en los métodos y los medios de trabajo, aumentando
la mecanización y reduciendo los costes de
mano de obra. Con la tecnificación consigue aumentar
la productividad de cada hora de trabajo y
reducir el número de trabajadores. Así aumenta la
plusvalía, pero no la tasa de beneficio, porque ha
incrementado también el capital total invertido.

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