El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, fueron asesinadas por la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana. Además de ser perseguidas para enfrentarse en el gobierno de facto, fueron brutalmente muertas por el hecho de ser mujeres que se rebelaron también contra los mandatos patriarcales de su época. Hoy, casi sesenta años después de aquella masacre, volvemos a gritar con fuerza: basta de violencia política y patriarcal contra las luchadoras que se enfrentan en los gobiernos ajustadores!

En Chile, la movilización revolucionaria que puerta adelante el pueblo chileno contra el gobierno asesino y genocida de Piñera está resistiendo heroicamente la represión policial de carabineros y del ejército, con un alto coste: más de 60 personas muertas y más de 2200 personas heridas, de las cuales más de 200 han perdido parte de su vista. Pero las violaciones de derechos humanos de este gobierno se exacerban en el caso de las mujeres y las personas con identidades disidentes que son, además, violadas y sufren todo tipo de agresiones sexuales al ser detenidas. Como el caso de Daniela Carrasco alias "la mimo" secuestrada, violada, torturada y colgada (asesinada) en una plaza pública, hecho que demuestra la violencia brutal que existe por parte de fuerzas especiales de carabineros. En Bolivia, el gobierno ultrareaccionario de Áñez y Camacho, ya está avanzando con todo tipo de actos violentos contra las “mujeres de pollera”, las trabajadoras, las indígenas y las campesinas, especialmente golpeadas y denigradas a los enfrentamientos a las calles. Igual que el gobierno de Lenin Moreno en Ecuador, servil al FMI, estos gobiernos capitalistas y patriarcales se ensañan especialmente contra las mujeres que salen a luchar, que enfrentan el alza del coste de vida, planes de explotación y entrega de los recursos naturales.

Además, en países como los Estados Unidos, Brasil, Polonia, Panamá, República Dominicana, entre otros, los reaccionarios gobiernos continúan intentando avanzar sobre los derechos conquistados de las mujeres como el derecho al aborto, el acceso a métodos anticonceptivos, el reconocimiento de la violencia de género o la no discriminación. Mientras que en otros países del mundo como Argentina, México, Turquía, Perú, el Estado Español, entre otros, continúan creciendo o se hacen más visibles las tasas de feminicidios y transtravesticidios.

Pero si grande es el ataque, tan o más grande es la organización y la resistencia de las mujeres que, desde el 2015 son pioneras en las movilizaciones en todo el mundo. Con la cuarta oleada de luchas feministas, no solo se puso al descubierto la violencia patriarcal que golpea, viola y asesina a las mujeres por el solo hecho de serlo; sino que en el mundo capitalista y patriarcal es a las mujeres a quienes no se los reconoce el trabajo de cuidados, las que son las más pobres entre los pobres, las más discriminadas en los puestos de trabajo y espacios sociales, las que tienen los trabajos más precarios, las que cobran menos salario por igual trabajo que los hombres, las que son mayoría a cargo de las familias con menos recursos, las primeras en ser despedidas durante las crisis económicas y a las cuales se los niega el derecho a decidir sobre su vida y sus cuerpos.

Por eso, desde el grito de #NiUnaMenos, el reclamo de la #MareaVerde por el aborto legal en todo el mundo, el #MeToo contra la violencia sexual hasta el #ParoMundialdeMujeres contra la discriminación laboral y el ajuste, se ha ido demostrando que la única manera de acabar con la violencia patriarcal en todas sus formas es saliendo a las calles y enfrentando en los gobiernos capitalistas que se sirven de ellas para garantizar los superganancias de los empresarios, organizándonos de manera independiente de los partidos patronales.

Al Estado Español al día de hoy son 93 los feminicidios, es decir, el asesinato de mujeres por el hecho de serlo. Son la máxima expresión de una larga cadena de violencias machistas y patriarcales: discriminación, insultos, golpes, precariedad, desahucios. Muchas de ellas llevadas a cabo y perpetradas por los gobiernos y las instituciones, como la justicia. El ascenso electoral de VOX, es una alerta a todos los derechos que hemos conquistado con la lucha feminista y LGBTI, por eso, como hemos hecho desde el principio, más que nunca hay que ser en las calles y organizadas. Y hay que hacerlo de manera independiente, no podemos tener ninguna expectativa en quienes dicen combatir y ser la opción ante la derecha mientras siguen sin destinar el dinero necesario para combatir las violencias, mantienen las reformas laborales precarizadoras y financian a la Iglesia Católica. Y también tenemos que luchar contra la represión y en defensa de las libertades democráticas que hoy están en riesgo, porque acabar con este régimen heredero del franquismo es una necesidad también para nuestra lucha.

En Cataluña, apoyamos a la campaña por el aborto y la sanidad universal, porque hoy se los niega el derecho a la atención sanitaria y a la interrupción voluntaria del embarazo, a miles de mujeres y personas gestantes migrantes. Y alzamos un grito para parar en las calles la Ley Aragonés, contra la privatización de los servicios y la precariedad que esto significa y que afecta particularmente a las mujeres trabajadoras como se ha visto con el Servicio de Atención Domicialiaria (SAD). Recuperemos los servicios públicos! Ninguna agresión sin respuesta! Seguimos en las calles y organizadas!

Este 25 de noviembre gritamos: Fuera Piñera en Chile!No al gobierno reaccionario de Añez en Bolivia! Basta de violencia sexual contra las luchadoras! Basta de feminicidios y transtravesticidios! Abajo los planes de austeridad y entrega de los gobiernos capitalistas de todo el mundo! Dinero para combatir la violencia de género, no para el FMI! La deuda es con las mujeres! Por la organización independiente de las mujeres trabajadoras del mundo para ganar todos nuestros derechos.

Lucha Internacionalista