Desde hace ya más de cuatro años, con cobertura de la ONU, fuerzas militares están ocupando al país hermano de Haití. Básicamente de contingentes latino-americanos, estas fuerzas militares de ocupación están bajo mando brasileño.

Después de haber desestructurado y altamente empobrecido a la formación social entera del país, el imperialismo mundial, particularmente norte-americano, junto con las clases dominantes locales y sus gobiernos de turno, planean hoy en día explotar a su mano de obra barata de una manera descarada. Prueba de esto es que el salario mínimo de los trabajadores haitianos se mantiene el más bajo de América y uno de los más bajos del mundo. Estos objetivos están claramente expuestos en documentos que explicitan estos planes macabros.

La larga descomposición de la formación social haitiana ha dado lugar, entre otras plagas (pobreza extrema, falta total de servicios mínimos, vulnerabilidad permanente…) a una debilidad patente de sus clases dominantes, junto con una incapacidad crónica del Estado. De ahí la necesidad para los dominantes (imperialistas y locales) de una presencia política extranjera de tutela para suplir las carencias que deja el vacío producido. De ahí el pretexto de estar «ayudando»; de ahí el argumento de haber sido llamado por los gobiernos de turno (que no hacían más que rendirse a la auto proclamada «Comunidad internacional» ante de su propia incapacidad para organizar ellos la dominación); de ahí la utilización de procedimientos internacionales formales (artículos de ley de la ONU, mención de parecidas misiones anteriores, etc…).

La verdad es que ésta proyectada explotación extrema de los trabajadores de un pueblo brutalmente empobrecido, deja abierta una situación también ¡altamente explosiva!

Que hay que controlar. Con la represión necesaria. Como uno pudo darse cuenta con las operaciones de matanzas en los barrios populares durante los años 2005, 2006, 2007 por parte de la MINUSTAH (Fuerza multinacional de «estabilización» de la ONU) y, más recientemente, durante los últimos levantamientos frente al hambre producidos por el alza desconsiderada del precio de las mercancías de toda clase y con el papel de clara y fuerte represión que jugaron estos militares «amigos».

Además, este plan de ocupación / tutela política / represión en Haití, es parte de aquel, más general, de dominación de la región entera (bases militares, «consejeros» políticos, flotas…).

Haití es una de las puntas de lanza de este plan que proyecta doblegar a todos los pueblos de la región.

Finalmente, por la situación de los trabajadores de la región entera, sometidos ellos también a situaciones de explotación, pillaje, represión permanente e igual dominación global, un estallido en la incontrolable Haití representaría un serio y enorme peligro para estos sanguinarios opresores tanto internacionales como «nacionales». De ahí su ¡solidaridad de dominadores!

Por todo esto, nosotros, trabajadores y pueblos organizados de toda la región ¡REPUDIAMOS ESTA OCUPACIÓN CON TODAS NUESTRAS FUERZAS!

De la misma manera, exhortamos a que todo progresista consecuente, toda organización obrera, trabajadora y popular de lucha, la repudie también con la misma fuerza y se movilice de hecho para lograr hacer realidad su retirada.

Por esto, todos nosotros, los trabajadores dominados y explotados, y consecuentemente los pueblos sufrientes, nos levantemos con una sola voz para gritar:

¡Fuera las tropas militares de ocupación de Haití!

¡Hacia una segunda independencia, verdadera, de los pueblos!

Posición de las organizaciones del ELAC respecto a la ocupación de Haití por fuerzas militares extranjeras

Por el camino antiimperialista en este mes de octubre

El pasado 15 de octubre se realizó enfrente del Palacio Nacional de Haití una protesta contra la MINUSTAH. Aquella protesta fue acompañada por centenas de luchadores en América latina y el caribe que a su vez hicieron movilizaciones, actos culturales en ciudades como Montevideo, Buenos Aires, Brasilia, Asunción, São Paulo, Rio de Janeiro, La Paz, Quito, Bogotá... una de las consignas fue contra la ocupación de las fuerzas militares de la ONU que violan la soberanía del pueblo haitiano y aprovechan para controlar las masas hambrientas y explotadas por los capitalistas.

Pero estas protestas van más allá de la lucha por nuestra soberanía, los trabajadores y los más pobres de América latina están percibiendo que los capitalistas comienzan hablando de la crisis económica mundial para luego hacérnosla pagar con mayor empobrecimiento y pérdida de derechos. Como en otros momentos de la historia, comienzan a juntarse caminos de lucha por la soberanía, por el salario, contra la carestía, etc. La autodeterminación de los pueblos como en Haití, y también en Bolivia donde la burguesía fascista actúa en su beneficio con causas separatistas en la región de la media Luna asesinando campesinos e indígenas e intentando balcanizar la región.

Octubre en América Latina también significa recordar el exterminio de pueblos indígenas enteros por la conquista imperial de aquella época o de la esclavitud para los pueblos desplazados desde el África. En el sur de Colombia aguerridos indígenas enfrentan al reaccionario Uribe por el incumplimiento de elementales derechos.

En calles de Montevideo centenares de «candombe» al son de tambores «afro», ahora latino-americanos, recuerdan de la explotación de negras y negros en el todo continente.

La reacción de los ricos y de los imperialistas en medio de la crisis económica mundial es la misma de siempre, salvar sus lucros. A pesar de que hablen de modificaciones en el mercado financiero, de cambios en el modelo económico no existe otra regla que procurar mantener o incrementar la tasa de ganancia, eso intentarán robar de nuestro bolsillo, de nuestro salario.

En este momento renovamos nuestro llamado para todos los luchadores y luchadoras que se unieron en julio en la ciudad de Betim, Brasil en el ELAC, ahora, para intentar aprovechar la crisis e intervenir para cambiar el capitalismo.

Estamos convencidos que podemos ayudar en la unidad de las luchas actuales y planear próximas, para resistir y reafirmar que nuevamente queda comprobado que no existe posibilidad de capitalismo «bueno» o con «rostro humano»; debemos intentar cambiar la situación a nuestro favor con la lucha clasista y anti-imperialista.

Uruguay. A pesar de que sectores de las direcciones de los trabajadores convocaron un paro parcial para el 9 de octubre, profesores y estudiantes fueron a paro todo el día contra la política educativa del Frente Amplio de Tavare Vasquez. Fueron unos 15.000 trabajadores en protesta, ocurrieron bloqueos de taxis en el centro de la ciudad. Y los tambores del «candombe» acompañaron las consignas de Fuera tropas de Haití.

Argentina. Una centena de personas asistieron al auditorio de la Asociación de Trabajadores del Estado ATE en la capital argentina. El llamado se realizó con la consigna Fuera las tropas de Haití como marco de la situación latinoamericana y caribeña agravada por la crisis económica mundial y sus consecuencias para los trabajadores y el pueblo. La criminalización de las protestas sociales, de años atrás, y que seguramente va a recrudecerse por la reacción de miles de trabajadores en la medida que el imperialismo descargue el costo de la crisis sobre los hombros de los más pobres.

Brasil. En Porto Alegre la Conlutas y Via Campesina enfrentan a la policía que impedía la culminación de la protesta. También por la salida de las tropas brasileras de Haití, las organizaciones como la Coordinación Nacional de las Entidades de Servidores Federales (CNESF) y sindicatos de servidores de todo el país participaron del acto enfrente del Ministerio de Relaciones Exteriores. En São Paulo la Conlutas hizo una marcha frente a la bolsa de Bovespa y de otros bancos combinando consignas de la huelga bancaria y en solidaridad con los pueblos de Haití y de Bolivia. El día 10, en Caçapava (estado de São Paulo), ocurrió otra protesta. Casi 2.500 trabajadores paralizaron la producción en la General Motors GM de São José dos Campos porque la empresa anunció vacaciones colectivas a partir del 20 de octubre por la disminución de exportaciones para África del Sur y México, como reflejo de la crisis económica mundial. En Rio de Janeiro, juventud por el passe-livre (pasaje gratuito de bus urbano), estudiantes y profesores contra la reforma universitaria (Reuni), el MST y Conlutas hicieron protesta también.

Boletín ELAC. 22 a 29 de octubre de 2008.

Desde Haití

A pesar de los trágicos desastres sufridos por la población haitiana con los huracanes del verano, unos 40 representantes de organizaciones progresistas, nos manifestamos el 15 de octubre, fecha de la renovación del contrato de la ocupación militar del país, frente al Palacio Nacional. Con cantos y pancartas, denunciamos la presencia de la MINUSTAH. Nadie vino a dirigirnos la palabra a pesar de nuestros intentos de poner en discusión el tema. demás Cuatro organizaciones firmaron un mensaje (a continuación) que fue entregado en las embajadas de los países latinoamericanos que tienen sus fuerzas armadas en el país y que tienen representación diplomática acá, aunque está dirigido a todos. Son las de Brasil, Argentina y Chile. Este texto es el mismo que circuló para las firmas amplias en los países latinoamericanos.

Varios de estos mismos delegados participaron en emisiones de radio sobre el tema el 17 de octubre. Paradójicamente es la conmemoración del asesinato de Dessalines (general en jefe de las fuerzas de liberación en la revolución del 1804) fecha que cae siempre en la misma semana que la renovación del contrato con la MINUSTAH. Este año (¡por fin!) la prensa burguesa le encuentra cierta contradicción. Eso es lo que entre los firmantes concordamos hacer resaltar, analizar más a fondo y denunciar.

Por otra parte, por medio de los boletines del ELAC, igual que directamente también, hemos tomado conocimiento de las distintas movilizaciones en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia... y demás, todas con el debido carácter anti imperialista y llevando siempre la consigna de la retirada inmediata de las fuerzas militares de la MINUSTAH de Haití. Poco a poco se hace el camino.

Batay Ouvriye