En marzo, con la COVID-19, fuimos testigos del colapso en la sanidad pública, en las residencias, en los centros y servicios de atención social, la falta de personal, de material de protección sanitaria, de camas en los hospitales, imposición de unas ratios, en todos los servicios, verdaderamente inhumanos... En definitiva, pagamos las consecuencias de la privatización de los servicios básicos en beneficio del capital. La solución debía pasar por políticas realmente progresistas (aparentemente tenemos uno de los gobiernos más progresistas de los años de democracia en el estado español: PSOE-UP). Era y es necesario recuperar aquello que nunca debió privatizarse. La solución pasa, por la nacionalización de la sanidad y la municipalización de los servicios sociales, actualmente externalizados, es decir, privatizados.

Concretamente, algunos sectores de atención a las personas, que ya antes de la pandemia denunciamos repetidamente, por las nefastas condiciones profesionales y laborales de las y los profesionales que deben atender a la población más vulnerable de nuestras ciudades y en concreto de Barcelona, como del Servicio de Ayuda a Domicilio-SAD, los diferentes servicios de atención a los sin techo, en asentamientos, ...(SIS, SISFAM, ..), el SAIER servicio de atención a las personas inmigrantes, el CUESB centro de urgencias y emergencias, los Albergues municipales para las sin techo…, todos ellos Servicios Públicos de responsabilidad Municipal externalizados a manos de supuestas empresas sin afán de lucro unos, otros no y los más grandes, como el SAD, en algunas zonas con empresas como la de Florentino Pérez -ACCENT SOCIAL- o falsas cooperativas -SUARA-.

Sectores de intervención social a los que se les aplican convenios laborales de mínimos unas veces y otras muchas sin ni respetarlos, como tampoco las medidas de seguridad laboral. La Pandemia mostró sin tapujo la fragilidad e invisibilidad de un sector de profesionales y de población, los más vulnerables, a los que Buñuel hace algún tiempo reflejó y nombró «los olvidados». El estado de alarma y el confinamiento han demostrado aún más que son Servicios Esenciales, responsabilidad directa de las administraciones públicas, sin intermediarios, antes, durante y después de la pandemia.

Las políticas de contratación de servicios de los diferentes gobiernos municipales socialistas del Ayuntamiento de Barcelona y el de CIU por 4 años, ha consistido en la privatización sistemática de los servicios municipales. Trabajadores de las empresas externalizadas, sus sindicatos, o los propios representantes sindicales, han denunciado sistemáticamente la situación de precariedad en los servicios prestados, así como la laboral de los y las trabajadoras y de sus condiciones profesionales en servicios de atención esenciales, como los servicios sociales y reivindicando condiciones laborales y profesionales dignas, igualdad de derechos en los servicios municipales y municipalización de los servicios.

Las ilusiones de algunos con la llegada de Ada Colau, luchadora por el derecho a la vivienda contra los desahucios, no han dado los frutos esperados. Necesitó de acuerdos políticos para aceptar alguna municipalización, y protestas de las trabajadoras delante de su puerta, para lograr el reconocimiento y la asimilación de algunos servicios como municipales: un número mínimo para la realidad privatizada del consistorio.

A pesar del desastre de la gestión de las empresas privadas durante esta pandemia, el gobierno municipal de Ada Colau continúa adjudicando, servicios sociales esenciales como el SAD a Servisar filial del grupo Domus Vi, que tiene como principal accionista al fondo de inversión Intermediate Capital Group, cuya matriz se encuentra en la isla de Jersey -Canal de la Mancha-, un paraíso fiscal, según la agencia tributaria y denunció ERC. El contrato de Servisar es de 96,3M por 2 años. Esta adjudicación muestra las políticas para continuar facilitando los beneficios al capital, ya sea los Florentinos Pérez o, un paso más, los de los defraudadores en listas de la agencia tributaria.

Junto a trabajadores, sindicatos y entidades sociales, exigimos la municipalización del Servicio de Ajuda a Domicilio-SAD.

Municipalización de los servicios de atención social externalizados.

Basta de beneficios al capital a costa de los y las trabajadoras y la población más vulnerable: «los olvidados»

Margarita Olalla