Entrevistamos a Mónica González, Noemí Castaño y Laura Martínez del AMPA de la escuela Can Clos, que después de un año de lucha han conseguido parar el cierre de la escuela de este barrio trabajador de Barcelona.

Laura Martínez - El 25 de febrero de 2020, en una reunión con la gerente del Consorcio. Nos dice que tenemos un proyecto educativo puntero, que somos una comunidad educativa con mucha fuerza, pero que la escuela sufre daños estructurales en el edificio, que tiene baja matrícula y han decidido hacer una fusión con la escuela Enrique Granados. En otra reunión, el consejero de distrito Sants-Montjuïc nos dice que apoya la fusión. Le respondimos que era muy cuestionable que un partido que trabaja por los derechos nos planteara una decisión unilateral y por motivos económicos.

Noemí Castaño -La educación no debe ser rentable. Las deficiencias estructurales son porque no han invertido. Les decimos que dejen el despacho y vengan a conocer la realidad de la escuela y la función que hace en el barrio. Ratios de 27 no es una educación de calidad, y menos con el Covid. Estamos por un máximo de 20-22.

Mónica González - El proyecto educativo no se podía mantener con la fusión, como no se podía bajar nuestro huerto al Paseo de Zona Franca. No era una fusión, era un cierre.

LI: ¿Cuál es su reacción?

LM - Primero se informó en asamblea a las familias.

MG - Tengo que decir que estoy muy orgullosa porque aquella tarde de la asamblea, por el trabajo llegué un poco tarde y estaba lleno hasta arriba con todas las familias. Y hablaron muy bien ante la gerente del Consorcio. Esta asamblea fue la base del movimiento.

LM - Hubo maestros que salieron emocionadas de cómo las familias explicaban que la escuela era mucho más que donde sus hijos recibían formación, era una parte de la familia y les agradecían el esfuerzo.

NC - Y nos organizamos: entrevistas, radio, cartas a todo el mundo. Nos hemos unido a otras escuelas de Catalunya a la Plataforma Ninguna escuela se cierra. Se constituyó la Plataforma contra el cierre de Can Clos. Valoramos la escuela y nuestro barrio, que es pequeño, estigmatizado y que no podía perder el referente educativo. Si a un pueblo lo dejas sin escuela, lo dejas morir ... si Can Clos lo dejaban sin escuela, dejábamos morir el barrio.

MG El AMPA de la escuela Mediterrània, que habían llevado una lucha similar, nos aportó muchas ideas.

LI- ¿Y comienzan las movilizaciones?

MG.- La manifestación fue crucial, con muchas familias y gente del barrio. La Plataforma había trabajado mucho.

NC- Necesitábamos visibilidad. Unos días antes habíamos empapelado el Consorcio. El día de la manifestación había familias de cuatro generaciones de ex alumnos.

LM - Los domingos hacíamos pancartas. Habíamos hecho también camisetas rojas y recogíamos firmas. Y el día de la mani todo el mundo iba de rojo. Estaba emocionada.

NC - La prensa se hizo eco. No fue una lucha difícil, porque difícil no es defender lo que crees, pero sí fue dura.

LM.- El 7 de enero pedíamos reunión al Conseller Bargalló. Y el 27 de enero en la reunión, nos informan que no se cerraría la escuela y que el Ayuntamiento aportaría un millón y medio para potenciarla. Lo pedimos por escrito. Hasta que no vimos el comunicado de prensa no nos lo creímos.

MG.- Ha sido una lucha muy dura, principalmente por las familias del AMPA. También dolía que una minoría y la Asociación de Vecinos se opusiera.

NC.- Hemos pasado momentos difíciles, pero siempre había un comentario positivo.¡ Quien no lucha seguro que no gana!

MG.- Hemos luchado por la escuela, pero nunca hemos dejado atrás el barrio: es una lucha conjunta, la escuela y el barrio se han de dar la mano.

Entrevista: Josep Lluís del Alcázar