El encarcelamiento de Pablo Hasel hizo surgir el agotamiento y la rabia acumulada ante la represión del estado que no sólo no se detiene, sino que se suma a la del propio gobierno catalán que, además de haber traicionado el mandato de ruptura del pueblo, se presenta en muchas causas judiciales como acusación particular. También ha servido, sin embargo, para mostrar el descontento ante políticas económicas y sociales que no hacen más que agravar las desigualdades de clase y que nos dejan a la juventud una falta de expectativas respecto a nuestro futuro: la privatización de los servicios y, en particular, de las universidades, la brutal precariedad laboral (más del 40% de paro juvenil), los inasumibles precios de los alquileres, los desahucios diarios, y el empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora.

La gestión de la pandemia, tanto por parte del gobierno del estado PSOE-Podemos como de la Generalitat JxCat-ERC, no ha hecho más que empeorar esta situación de extrema precariedad. Rescatan la tasa de ganancia de la burguesía pagando ERTEs a empresas con beneficios millonarios, mientras continúan sin regular los alquileres ni revertir los recortes en sanidad. A las medidas de rescate de las multinacionales y fondos buitres se han sumado medidas represivas como el estado de alarma, el toque de queda y miles de multas, que sólo están al servicio de preparar el aparato represivo ante una posible respuesta social.

Y esta respuesta ya ha comenzado; lo hemos visto en Cataluña y en el resto del estado: con la juventud por delante, hemos dicho basta! Los cuerpos policiales han reaccionado desde el primer día con una brutal represión encabezada, aquí, por los mismos Mossos d’Esquadra. Por otro lado, los Mass Media han reanudado su campaña de criminalización del movimiento, aislando los hechos de todo contexto político y obviando la profunda crisis económica y social que se está viviendo no sólo en España, sino en todo el mundo.

Acusan a la juventud de violenta por practicar la autodefensa y se olvidan oportunamente de la violencia estructural que vivimos cada día en Cataluña, Chile, Túnez, Argelia, etc. Una violencia perpetrada por un sistema desigual que nos condena a la más estricta precariedad y sumisión. Centran toda la atención en los disturbios y en el rapero, escondiendo así nuestras reivindicaciones sociales. Ya hemos tenido suficiente! Nos dejaron sin casa, sin trabajo, sin futuro y sin libertad. Por eso tenemos que seguir en las calles: ni su represión ni sus mentiras pueden detener nuestra lucha.

Pero, además de continuar saliendo masivamente a las calles, tenemos que desarrollar y fortalecer organismos de lucha y organización. Hacen falta espacios donde poder debatir nuestras denuncias y convertirlas en exigencias y donde, desde abajo y colectivamente, podamos decidir los pasos a seguir para ganar esta lucha. Es necesario que la espontaneidad que nos ha hecho recuperar las calles se transforme en un plan de acción y lucha concreto.

Es fundamental que los y las jóvenes nos organicemos en nuestros barrios, en los centros de estudio y en los centros de trabajo. Y, por eso, es necesario que los sindicatos de trabajadoras y de estudiantes tengan iniciativas asamblearias; no es suficiente convocar una huelga de estudiantes de un día para otro (como ha hecho el SEPC el pasado 19F) sin ni siquiera convocar a los estudiantes a movilizarse en bloque. Si nuestra rabia no se organiza corremos el riesgo de perder esta nueva oportunidad de conseguir nuestros derechos y defender nuestras libertades. Ya hemos vivido esto con la respuesta ante la sentencia, donde la intervención del llamado "Tsunami Democràtic" -que sólo daba indicaciones a la gente, pero que nunca le daba la voz- ha acabado con el impresionante ascenso que habíamos protagonizado, poniendo nuestro cuerpo en decenas de ocasiones ante la represión policial. Allí tampoco los sindicatos tuvieron una orientación de contrarrestar el Tsunami con herramientas organizativas.

Desde Lucha Internacionalista estamos participando activamente en las movilizaciones. Del mismo modo, proponemos a los diversos espacios donde intervenimos la convocatoria de asambleas abiertas para organizar nuestra rabia. Es necesario que los CDRs aprovechen esta oportunidad para volver a aparecer con fuerza en la escena política, es necesario que los sindicatos y asambleas de estudiantes hagan convocatorias de asambleas y columnas propias para organizar a los y las estudiantes también entorno a sus demandas, y es necesario que los sindicatos, en particular el sindicalismo alternativo, haga lo mismo para organizar a la juventud y al conjunto de la clase trabajadora.

Si hay algo que hemos aprendido en los últimos años es que, del mismo modo que no es posible una respuesta de fondo a nuestras demandas sociales sin romper con este régimen heredero del franquismo, es igualmente imposible romper con este régimen sin el protagonismo de la clase trabajadora.

Los y las jóvenes de Lucha Internacionalista llamamos a continuar en las calles, pero también a la organización desde abajo. Y llamamos a los y las jóvenes de los barrios, estudiantes y trabajadoras, a hacer junto con nosotras este reto tan importante.

Libertad Pablo Hasel, detenidas y todas las presas políticas. Amnistía total YA.
Disolución de la BRIMO y ARRO.
Basta de precariedad. Por nuestros derechos sociales y libertades, por nuestro futuro: asambleas y plan de lucha desde abajo!

Jovenes Lucha Internacionalista
6/3/2021