Es una evidencia que, a partir de este mismo septiembre, el gobierno central y el de la Generalitat, comenzarán a concretar medidas de las que nos han ido "informando" en los últimos meses. También es evidente que estas medidas, lejos de ser cómo nos las han querido vender, irán, si no lo evitamos, en perjuicio de las clases trabajadoras y populares y estarán al mismo servicio que los gobiernos de aquí y de allí, es decir, de la burguesía.

Los fondos europeos Next Generation son un buen ejemplo: presentados para la "recuperación económica" son principalmente rescates e inyecciones económicas a los poderes empresariales y financieros y, además de un aumento de deuda pública, supondrán un recorte y endurecimiento de las pensiones y una reforma laboral, pero no en el sentido que prometió el gobierno PSOE-UP-IU, sino aún más favorable a la patronal que la actual. La "transición ecológica" la quieren concretar en forma de ampliación de los aeropuertos de El Prat y Barajas -o del puerto de Valencia-, a costa de más destrucción medioambiental, aunque los últimos informes de la ONU ratifican que estamos en el tiempo de descuento para que el cambio climático pueda ser parcialmente reversible y evitar o reducir un aumento drástico de sus consecuencias.

Se sigue apostando por una economía al servicio de un turismo insostenible (y que ya ha tenido graves consecuencias en términos de vivienda, laborales o medioambientales), mientras en los últimos meses se han ido destruyendo miles de puestos de trabajo, permitiendo el cierre de Nissan y otras empresas de forma impune, en lugar de nacionalizarlas y ponerlas al servicio de un verdadero plan público de reindustrialización sostenible y con mantenimiento de los puestos de trabajo. Se permiten EREs masivos en la banca, con beneficios multimillonarios mientras ésta ahoga, especula y desahucia, en lugar de convertirla en una banca pública al servicio de la gente. Se permiten récords continuos en el precio de la luz y la especulación energética e inmobiliaria mientras no se han parado los desahucios y se prevé un incremento exponencial de éstos a partir de septiembre. Se quiere permitir que muchos de los ERTEs que hemos ido pagando con dinero de todas y todos acaben siendo despidos y las propias administraciones puedan acabar haciendo EREs masivos encubiertos de personal público interino aplicando el llamado Icetazo (con apoyo de ERC).

Para hacer efectivas todas estas medidas, los gobiernos de la Generalitat y central también están de acuerdo en mantener y extender la represión. La cara mediática de los indultos a los líderes del proceso, a cambio de vender el 1-O -evidenciado el sometimiento de ERC a la Monarquía y al autonomismo-, esconde los miles de represaliados por luchar por la autodeterminación de Catalunya o por derechos sociales, por el mismo Gobierno de ERC y JxCat presentándose como acusación particular en decenas de casos. No es casualidad que sea en cuerpos policiales donde quieren aumentar plantillas uno y otro gobierno.

La Ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, en una de sus primeras intervenciones, y para empezar el "diálogo" con Catalunya, decía que los "independentistas deberían haber aprendido la lección": la represión y los 3300 compañeras y compañeros que esperan juicios. Por activa y por pasiva el estado y su gobierno PSOE-Podemos-IU reiteró que ni la amnistía ni el derecho de autodeterminación estarán más sobre la mesa. Por ello, el margen de dos años que ERC reclama, no es más que el intento de convertir la desmovilización del movimiento del 1 y el 3 de octubre en derrota, sobre la que asentar el nuevo autonomismo y sometimiento a la Monarquía.
Si, en vez de quedarnos sólo con las palabras del gobierno "más progresista de la historia" y del "de izquierdas y republicano" analizamos hechos e intenciones, es evidente que estamos ante un momento en que nos pueden imponer medidas que dañen aún más los derechos sociales y democráticos de la gente trabajadora. Y, lo que es peor, que se apliquen estas medidas en nombre de gobiernos de "izquierdas", supone prepararle otra pista de aterrizaje a la derecha y ultra derecha de VOX a la que se le está permitiendo nutrirse con gente trabajadora desesperada ante la ausencia de una alternativa rupturista y que confronte los gobiernos por la izquierda.

Hay que unir las luchas y se necesitan pasos adelante de la CGT y de la CUP
No es cierto que no ha habido luchas los últimos meses ante los ataques sufridos y los que son inminentes. Pero es cierto que no han sido masivas, sino solo sectoriales/parciales y/o que han terminado, en algunos casos, con acuerdos contra los y las trabajadoras afectadas. En este sentido, es una evidencia la responsabilidad de CCOO y UGT. Pero esta obviedad la sigue viendo un sector minoritario de la gente trabajadora. O al menos, es obvio que no los/as hemos convencido para salir a la calle masivamente desde otros espacios sindicales y políticos. Esto ha servido a algunas direcciones para decir que no se puede ir más allá ni convocar movilizaciones más contundentes o postularse más claramente como alternativas políticas y sindicales, y también para adoptar roles pasivos a pesar de la inminencia de los recortes de derechos y libertades y de la escalada represiva que ha afectado cada vez más a su propia militancia. Pero, ¿y si es justamente al revés? Las bases han respondido en conflictos laborales, como respondió la juventud ante el encarcelamiento de Pablo Hasel -o ante el asesinato de Samuel- ligando la lucha antirrepresiva a reivindicaciones por sus condiciones materiales de vida. Pero en estas luchas ha faltado una continuidad, una progresión, un programa... una implicación abierta y con todas las fuerzas de las organizaciones de la izquierda que dicen querer ser la alternativa a las que ya son parte del problema.

Desde la CGT se han convocado los últimos meses muchas huelgas sectoriales con diferentes resultados. Sus bases han sido coherentes con la combatividad que quiere representar el sindicato y han dado muestras de que seguramente hablamos de la mayor alternativa sindical a CCOO y UGT. Pero esto no se ha traducido en una respuesta de conjunto de la organización. Se han ido convocando huelgas en el sector público (enseñanza, sanidad y servicios sociales) y en innumerables empresas privadas. Pero en el actual contexto, como sindicato combativo, asambleario y de clase, hay que transformar toda esta presencia en las luchas laborales y sociales en una respuesta de conjunto y postularse verdaderamente como principal alternativa sindical a CCOO y UGT. Y dada la gravedad de los ataques mencionados, pero también la cantidad de respuestas parciales, y el vacío sindical dejado por los sindicatos del poder, hay que poner a debate del conjunto de la organización la herramienta de la huelga general.

La CUP firmó hace unos meses un acuerdo con ERC para la investidura que, además de ser insuficiente para más del 80% de su militancia, se ha ido incumpliendo sistemáticamente por parte de Esquerra que, desde el primer día, ha enfocado su acción política en contentar a JxCat, financiar la F1, impulsar juegos olímpicos de invierno, acordar la ampliación del aeropuerto del Prat, votar a favor del Icetazo, abstenerse ante las recomendaciones del Pacto de Toledo, seguir desahuciado, etc.

En el actual contexto, si se quiere mantener un pie en la calle, no se puede mantener el pie en la institución siendo la muleta de un Govern que (además de traicionar el 1-O y cualquier voluntad de autodeterminación) recorta, privatiza y reprime. Es urgente que la CUP-UNCPG haga un giro público y consecuente de 180 grados en este sentido anunciando el cese de cualquier apoyo al Govern, empezando por los próximos presupuestos. Justamente, la lucha contra la Ley Aragonés muestra el camino a retomar: estar al lado de la gente trabajadora y de las clases populares significa enfrentarse sin matices a este gobierno. Y esto no es sólo ponerse puntualmente ante un desahucio, sino oponerse a todas sus políticas (incluyendo justamente la obediencia ante la anulación de la ley de regulación de los alquileres por parte del TC o tantas otras). Basta de blanquear a los cómplices del régimen y los herederos de las políticas de Convergència. Hay que mostrarse como alternativa política diferenciada rompiendo cualquier acuerdo e impulsando y apoyando las movilizaciones en contra de sus medidas, en la calle y en el Parlament.

Tanto la CGT como la CUP tuvieron un papel importante en el acto de las 3 chimeneas que, con cerca de 300 colectivos, respondió a la fotografía de la patronal de días antes, diciendo que "Somos Mayoría" y con voluntad de erigirse como "contrapoder" ante la violencia de las instituciones al servicio del capital en forma de precariedad laboral, falta de derechos sociales y democráticos y de represión a la protesta. Pues bien, la diferencia debería ser que si ellos pueden hacerse la foto y salir en los medios, nosotros, si somos mayoría, debemos poder parar la producción y llenar las calles. Posiblemente CGT y CUP solas no podrían hacerlo. Pero sus direcciones sí pueden hacer algo más para convertir las palabras del encuentro de las 3 chimeneas en hechos, llamando a asambleas para organizar una respuesta conjunta y a la altura. Somos muchas las organizaciones y colectivos que estuvimos allí y que hemos ido coincidiendo en espacios y plataformas como la 3 de octubre (contra la represión), el Plan de Choque, la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos o la Coordinadora Obrim Fronteres, entre otros. Es el momento de hacer una llamada abierta y consecuente, que vaya más allá de un solo acto, que tenga la continuidad necesaria para definir una plataforma reivindicativa de conjunto y llevar a cabo un plan de lucha unitario para hacerla posible.

Asimismo, por la referencia que ha sido Catalunya como mayor amenaza al Régimen Monárquico del 78, también es necesario plantear un llamamiento para la creación de un espacio de coordinación permanente con las principales fuerzas de izquierda de todo el Estado como el SAT (el sindicato más represaliado de Europa y ejemplo de combatividad) o IZCA (amenazada de ser ilegalizada por el Ministerio del Interior), entre otros, para hacer un frente común ante la represión, organizar una respuesta conjunta ante los ataques a la clase trabajadora que son de ámbito estatal y avanzar hacia un frente de izquierdas verdaderamente anticapitalista y antimonárquico que pueda convertirse en un referente que, hoy por hoy, no tiene la gente trabajadora a nivel estatal.

Desde Lucha Internacionalista seguiremos impulsando y participando activamente en espacios conjuntos y buscando esta unión de las luchas y la construcción de este frente de izquierdas. Además de llamar al resto de organizaciones de la izquierda a hacer los esfuerzos necesarios para avanzar en este sentido, llamamos a todas y a todos los trabajadores y jóvenes que también lo consideren necesario y urgente, a participar activamente con nosotros para hacerlo posible.

Lucha Internacionalista
8/9/2021