Los y las jóvenes estamos sufriendo un empeoramiento de nuestras condiciones de vida que cada vez más se resumen en una palabra: precariedad. La tasa de desempleo de más del 40%; si tenemos trabajo, la mayoría de los contratos son temporales y aumentan los accidentes laborales; matrículas universitarias inaccesibles para muchos; falta de plazas públicas de formación profesional, entre otros. Mientras, hay en el Congreso una nueva reforma de pensiones que retrasa aún más la edad de jubilación, postergando consecuentemente la entrada de los jóvenes al mercado laboral y/o consolidando nuestra entrada con contratos cada vez más precarios. Que el suicidio sea la principal causa de muerte entre la población joven es la consecuencia de las políticas de los gobiernos capitalistas que pretenden borrar cualquier perspectiva de futuro.

Pero, además, la juventud estamos siendo criminalizados por parte de estos gobiernos y sus medios de comunicación. Se nos ha hecho culpables de las cifras de la pandemia, escondiendo su nefasta gestión y las consecuencias de sus recortes y la privatización de la sanidad pública y las residencias de ancianos. Somos conscientes de que esta criminalización es la misma que ha judicializado y reprimido a cientos de jóvenes por defender la educación pública o manifestarse por la libertad de las presas políticas como hemos evidenciado con campañas como "La Pública a Juicio", "Marcel libertad" , "Somos 27 y más", entre otras. Todo ello pretende deslegitimar nuestras reivindicaciones y nuestra lucha.

No podemos permitir que todo esto nos saque del camino de la movilización y la organización. Debemos denunciar los gobiernos que nos precarizan y que, con sus políticas hacen crecer sectores políticos, que tras un discurso vacío y superficial de "libertad", esconden una salida política reaccionaria y de enfrentamiento entre las que nos deberíamos encontrar luchando juntas en la calle. Hacer frente a partidos como VOX que pretenden, entre otras cosas, dividirnos como jóvenes por nuestro lugar de origen. Es denunciar también las deportaciones -del gobierno PSOE-UP- de menores en Ceuta y, exigir la derogación de la Ley de Extranjería. Y también es denunciar a los que hablan contra la represión del estado, pero aquí se presentan como acusación particular contra los jóvenes que luchan o envían la BRIMO a los desahucios, tal como hace el gobierno de la Generalitat de ERC-JxCat. Todos aquellos que nos plantean conformarnos con lo que hay porque los que pueden venir son aún peor, no hacen más que prepararles el terreno.

Como juventud, debemos reivindicar una salida de izquierdas y de fondo a nuestras necesidades. Para garantizar el derecho a la vivienda: expropiación de grandes tenedores y alquiler social; contra la carestía de vida: nacionalización de las eléctricas. Contra la precariedad laboral y el paro: derogar las reformas laborales y repartir el trabajo entre todas. Para garantizar el derecho a la educación: plan de becas y gratuidad de los estudios. Y contra la criminalización: amnistía y archivo de todas las causas. Y también en defensa de nuestro derecho a la actividad cultural y de ocio, desde una perspectiva sostenible, feminista y libre de la lógica del mercado. Más que nunca necesitamos retomar el camino de la lucha como hicimos tantas veces a lo largo de la historia, como lo hicimos en los últimos años en las diversas huelgas generales, huelgas de estudiantes o protagonizando grandes y combativas movilizaciones como contra el encarcelamiento de Pablo Hasél. Los y las jóvenes de Lucha Internacionalista llamamos a construir entre todas y desde abajo esta juventud de izquierdas y combativo. ¡Ven!
¡Basta de privatización! ¡Por una educación 100% pública!

La educación pública está en peligro. Los recortes y privatizaciones cada día alejan del alcance de la clase trabajadora este derecho fundamental. Este curso ha sido récord en falta de plazas para los y las estudiantes de formación profesional, promoviendo así el negocio privado: menos accesible y de peor calidad. En Catalunya tenemos el lamentable récord de precios de matrículas y másters que cada vez hacen más de barrera de clase. Aunque hace poco, gracias a la lucha hemos conseguido una rebaja de las tasas universitarias. En la Universidad la mayoría del profesorado está en situación de precariedad, con sueldos de miseria; los servicios como bar y copistería en manos privadas; y los bancos y empresas ganando influencia en nuestros planes de estudio y en las decisiones universitarias. Todo esto se verá agravado, en caso de ser aprobada, con la nueva Ley de Universidades impulsada por el ministro Manuel Castells.

Necesitamos dar un paso adelante como movimiento estudiantil, recuperar el debate en las aulas, profundizar la organización asamblearia y elaborar desde abajo un plan de lucha y acción para detener la Ley Castells y revertir las políticas de privatización. Es necesaria la unidad de estudiantes y trabajadoras, el verdadero motor para conseguir nuestros derechos. Por una educación 100% pública, gratuita, laica, de calidad y al servicio de la clase trabajadora. Estudiante: ¡organízate y lucha!

Jóvenes de Lucha Internacionalista