Compañeras

Hemos leído la Carta abierta a la juventud comunista (1) y también lo que habéis publicado en la web de Horitzó Socialista y querríamos abrir un diálogo con vosotros. Tampoco estamos en la Esquerra Independentista, somos socialistas, trotskistas y compartimos con vosotros "la actualidad de la revolución". Creemos que lo más general de vuestra posición está contenido en la carta, así que querríamos haceros algunas reflexiones relativas a ella.

Decís que os ha tocado vivir la “larga resaca de la derrota del proyecto comunista. Tras el complejo desarrollo del movimiento socialista entre la segunda mitad del siglo XIX y el inicio del XX, que permite construir con gran rigurosidad la teoría revolucionaria y contrastarla con una práctica revolucionaria creciente…”. Estamos de acuerdo, nosotros también nos consideramos herederos de aquel movimiento socialista, construido sobre los cimientos de Marx y Engels, desarrollado con rigurosidad por Rosa Luxemburgo, Lenin y Trotsky, con los hitos de la Comuna de París y el gran triunfo de la revolución rusa. Y si, venimos de una derrota.

Lo que no sabemos es si compartimos el punto de partida de la derrota: vosotros parecería lo ponéis en “la derrota militar e ideológica de la URSS cuando el comunismo entra definitivamente en la fase de barbecho de la que somos herederos”. Por nosotros, obviamente la restauración del capitalismo en la URSS; China, Vietnam, Cuba... hasta un tercio de la humanidad, fue un brutal retroceso. Pero estas restauraciones capitalistas fueron comandadas por los partidos comunistas de cada país y con la fuerza de los aparatos de cada estado, y en donde no cayeron y se mantienen como China, aplican todas las medidas económicas de un país capitalista. Por eso, el punto de partida de la derrota del comunismo, y desde el que reconstruirlo, creemos está más atrás. Con Stalin –como alertó Lenin en su testamento- y su teoría del “socialismo en un solo país” y la “coexistencia pacífica”, impuesta a sangre y fuego dentro de la URSS, que llevó a acuerdos como el reparto de Polonia con Hitler, o a la derrota de la revolución de 1936 aquí en casa... de la que también nos consideramos herederos. Para nosotros, la derrota comienza con la de la Oposición de Izquierdas en la URSS incluido el asesinato de Trotsky que defendían, contra el "socialismo en un solo país", la "revolución permanente" y el carácter internacionalista de la revolución. Somos trotskistas, y por tanto leninistas, por eso nunca hemos dejado de considerar que vivimos en la época del imperialismo, cuando las guerras y revoluciones están a la orden del día.

Y por la misma razón, también compartimos como imprescindible "una perspectiva de clase" desde la que comprender "el papel que juegan diferentes opresiones, como la de género o la nacional". Esa batalla política nos ha llevado a continuos debates dentro de las coaliciones con la CUP, como podéis comprobar en los múltiples escritos que hemos puesto a debate, criticando como vosotros “un proyecto impotente, que hace una crítica radical a las diferentes opresiones pero (...) sin capacidad real para confrontar este dominio -del capital-” Revistiéndolo de un discurso en zigzag que también hemos denunciado y que, como decís, “oscila entre las proclamas revolucionarias y las demandas reformistas”. Nosotros defendemos la metodología del Programa de Transición de la IV Internacional, que responde a las reivindicaciones más concretas con la lucha y siempre yendo un paso más allá, hacia la revolución, sin perder el norte de la toma del poder, la “dictadura de clase” y la “construcción del socialismo como única forma de superar toda explotación y opresión”, como también dice.

Criticáis a la Esquerra Independentista por una “falta de independencia política (…) que nos ha subsumido bajo el proyecto socialdemócrata e interclasista” y que “Este proyecto tiene, en la apuesta institucional, la vertiente que refleja los postulados de fondo de forma más evidente, pero se beneficia de la necesaria colaboración de la crítica impotente del resto del movimiento.” Sí, el problema es la falta de independencia política que conduce al reformismo y al interclasismo. No de la participación institucional. Aunque es cierto que en las instituciones del estado burgués la presión es mucho mayor y hace falta más firmeza ideológica, y no caras mediáticas que traigan votos. Las indicaciones de los cuatro primeros congresos de la III Internacional para la intervención en elecciones y parlamentos burgueses, concretan lo que siempre decía Lenin de no dejar pasar ninguna oportunidad para llegar a los y las trabajadoras, siempre consecuentes con el programa, como hizo Liebknecht votando en el Bundestag contra los créditos de guerra en la I GM.

Sobre las CUP, decís que “Cuando hablamos de Unidad Popular, podemos hablar de un bloque histórico revolucionario que necesariamente se ha tenido que construir mediante la independencia de clase del proletariado, que se convierte en clase hegemónica e impone su proyecto histórico al resto; o, por el contrario, podemos construir un bloque interclasista, a partir del sujeto «pueblo», que mantenga un discurso radical pero que en la práctica defienda el programa socialdemócrata. Es la indefinición de las categorías lo que permite este abanico y es el sentido común hegemónico el que hace que se imponga la segunda opción.” Estamos absolutamente de acuerdo con la conclusión, y por eso hemos mantenido siempre nuestra independencia política y de clase. Y también en la indefinición de las categorías que da para todo, como posturas tan interclasistas como las de entrar en gobiernos burgueses de la Generalitat. Ahora bien, también tenemos dudas en el concepto de Unidad Popular en la primera versión: ¿a qué “hegemonía” os referís? A la de Lenin (2), como sinónimo de la "conciencia en sí" y "conciencia para sí" de Marx que compartimos, o en la "hegemonía" de Gramsci, que se acompaña de la "guerra de posiciones", de un " cambio cultural a largo plazo", con la derivada de la "revolución pasiva" (3), que contraponía a la revolución rusa y ha dado lugar a tantas teorías de la transición pacífica al socialismo?. Nosotros creemos, como Marx, Lenin y Rosa Luxemburgo, que la revolución es violenta y no un tránsito democrático al socialismo, como planteaba la UP de Allende en Chile. La historia lo ha demostrado en bastantes lugares, siempre con resultados sangrientos para la clase obrera. Nuestra propuesta es unir fuerzas sí, pero con Frentes de Trabajadoras/es y de Izquierdas construidos sin ambigüedades, con la independencia de clase como esencial, tanto presentándose a elecciones como en las luchas del día a día, como el que ahora tenemos en Argentina. Pero incluso en este caso, creemos que la garantía es el partido revolucionario que impulse la lucha hacia la revolución y el socialismo.

Quisiéramos que esto sólo fuera el primer contacto, porque sobre todo compartimos vuestra convicción de que “la revolución es posible” –y necesaria- y la reivindicación “De una juventud que se mira a los ojos y siente el orgullo que dan la coherencia, la firmeza, la tenacidad y la ternura”. Esperamos vuestra respuesta.

Lucha Internacionalista
Saludos revolucionarios.
NOTAS:
(1) https://contracultura.cc/2022/03/31/carta-abierta-a-la-juventud-comunista/
(2) Lenin considera que ‘justamente la conciencia de la idea de la hegemonía’ ha de transformar ‘una suma de corporaciones en una clase’ (Obras completas, XVII)” (141)
(3) "El concepto de revolución pasiva me parece exacto no sólo para Italia sino también para los demás países que modernizaron el estado a través de una serie de reformas o guerras nacionales, sin pasar por la revolución política de tipo radical jacobina". Gramsci Cuadernos desde la prisión 2. https://uit-ci.org/index.php/2020/09/08/a-80-anos-de-la-muerte-de-antonio-gramsci-fundador-del-partido-comunista-italiano/