El pasado octubre se cumplían 31 años del asesinato de Sonia Rescalvo Zafra, el primer asesinato transfóbico del que se tiene constancia en el estado español. Sonia llegó a Barcelona con 16 años y siempre se identificó como mujer trans, hablando abiertamente de ello aun en la época de la Ley de peligrosidad social del franquismo –derogada en 1995 por el Código Penal.

En el momento de su asesinato, Sonia tenía 45 años y vivía en la calle. La madrugada del 6 de octubre de 1991, Sonia dormía con una amiga suya, Dori, en la glorieta del parque de la Ciutadella, cuando un grupo de neonazis entró en el parque y les propinaron una brutal paliza, dejando muerta a Sonia y gravemente herida a su compañera. Cuando los asesinos confesaron el crimen, lejos de arrepentirse, se mostraron orgullosos y calificaron a las víctimas como “escoria de la sociedad”.

Aunque el caso fue muy mediático, el trato que hicieron de él los medios fue denigrante, utilizando su deadname (NE: nombre de nacimiento) y refiriéndose a ella como “homosexual travestido”. Aun así, el asesinato de Sonia marca un punto de inflexión para el trato de los crímenes de odio, y ella es ahora un símbolo de lucha por los derechos de las personas trans.

Sonia es una víctima más de esta sociedad capitalista y patriarcal que nos sobreexplota, nos agrede y nos condena a la marginalidad. El asesinado es la punta del iceberg de toda la violencia LGBTfóbica que todavía hoy sufrimos a diario.

Como colectivo hemos de denunciar y enfrentar los discursos de odio de partidos de derecha y ultraderecha que legitiman la violencia hacia nosotras. Pero también debemos denunciar las políticas de partidos supuestamente progresistas que no hacen nada para garantizar nuestros derechos más básicos, como es el caso reciente del PSOE que, alineándose con PP y VOX, vota seguir postergando una ley Trans y LGBT que, aunque sabemos que no cambia de fondo la situación en la que vivimos, supondría un gran avance para el colectivo.

Por todas las que han sufrido la violencia de este sistema cisheteropatrialcal, hemos de seguir organizándonos. Porque sabemos que la única forma de conquistar derechos es luchándolos en las calles.

¡Por Sonia Rescalvo, ni olvidamos ni perdonamos!

Cris Darriba