El 25 de noviembre, en el instituto La Salle de Palma una profesora de catalán pedía a los alumnos y alumnas de 1º de Bachillerato la retirada de banderas españolas del aula para empezar la clase. Ante la negativa de los alumnos y la actitud contra alguna compañera que daba la razón a la profesora, ésta pidió la intervención de la dirección, que decidió suspender las dos clases que quedaban. Inmediatamente la extrema derecha puso en marcha una campaña publicando la identidad de la profesora, fotos con su hija... A través de las redes cayeron de todo el estado todo tipo de difamaciones, insultos y amenazas. Desde el comité de empresa del centro, los representantes sindicales denunciaban la campaña. Publicamos la carta que docentes y ex docentes de El Palau enviaron para mostrar su solidaridad.

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“Leyendo lo que está sufriendo la profesora de catalán del Colegio La Salle de Palma, es inevitable que nos remueva otra vez lo que sufrimos en el IES El Palau de Sant Andreu de la Barca desde octubre de 2017, y nos sentimos solidarios con ella.

Por eso compartimos los términos del comunicado del comité de empresa de La Salle, que como representación sindical de los y las trabajadoras del centro, recoge el sentimiento del profesorado que hace suyo “el dolor que sufre la profesora a la que se ha sometido al linchamiento mediático” por parte de “algunos medios de comunicación y en redes sociales”. También que “genera un rechazo indescriptible que se hayan hecho públicas fotografías suyas para hacer de ella un blanco mediático. Nos produce un asco nauseabundo que haya recibido amenazas de muerte. Condenamos a todos aquellos que han creado y coordinado una trama de alcance estatal con el fin de hacer de la profesora un blanco contra el que disparaban los sectores radicalizados de la sociedad”.

Es obvio que otra vez existe una voluntad clara de instrumentalizar políticamente lo que ocurre en los centros educativos. Tan obvio que si los alumnos de 1º de Bachillerato hubieran desplegado una bandera de las islas o del Principado, los mismos que hoy agreden a la docente denunciarían el caso como una demostración más del adoctrinamiento que se vive en la escuela catalana. La extrema derecha manipula los hechos porque han declarado la guerra a muerte a la escuela catalana. Pero lo más grave es la impunidad con la que actúa la extrema derecha, la impunidad para amenazar y para agredir. Y esa impunidad, si no se responde, genera impotencia y desmoralización.

En el instituto de El Palau los y las profesoras fueron denunciados por un grupo de guardias civiles padres de alumnos del centro y sometidos a todo tipo de insultos y amenazas en medios de comunicación y en las redes. Con la publicación de sus fotografías y nombres por Javier Negre en El Mundo bajo el título de “Los 9 maestros catalanes de la infamia”, escaló al grado de intimidaciones. Albert Rivera, entonces presidente de Ciudadanos, retuiteó las fotos en una clara incitación a actuar, sabiendo quiénes eran. Fue cuestión de horas que en las paredes del instituto aparecieran pintadas con graves acusaciones al profesorado, insultos y amenazas. Llenaron programas y programas para condenarnos anticipadamente y cuando los casos quedaron archivados provisionalmente, simplemente se aparcó el tema mediático. Y nadie pidió disculpas ni pagó por todo el daño que había hecho... ¡No pasa nada!, si acusas desde posiciones políticas cercanas al propio jefe del Estado, con el “a por ellos” del 3 de octubre de 2017.

Todavía hoy el caso del Palau no está definitivamente cerrado. La fiscalía y una acusación particular, en ocho de los nueve casos recurrieron contra el archivo provisional, y han pasado más de cuatro años y nada se mueve; la herida sigue abierta. Tampoco el juez aceptó borrar, de forma cautelar, las publicaciones que a día de hoy todavía aparecen en internet con los nombres y caras del profesorado, injustamente acusados. Es decir, cinco años después no hay más que impunidad de quien tanto daño ha hecho. No debe sorprendernos, pues, que vuelvan.

Es muy grave lo que está ocurriendo hoy en Palma, como fue muy grave lo que ocurrió en El Palau. Grave que la fiscalía, que hace poco actuaba con celeridad por unos tuits de familias del Turó del Drac de Canet, no hiciera nada ante el acoso recibido en El Palau, ni actúe con inmediatez ante el sufrimiento de la compañera de Palma. Son evidentes las dos varas de medir de la fiscalía y los poderes judiciales.

Por eso, no nos quedamos pasivos ante la noticia. Es necesario solidarizarse con la compañera y con el resto de docentes del centro, desde los claustros, entre todos y todas las docentes. Hay que levantar la voz y no aceptar el chantaje del miedo en las aulas, el chantaje que pretende la autocensura, que quiere erradicar la enseñanza crítica y en catalán. El chantaje que anima a amenazar a cualquiera que, ideológicamente, no comparta el discurso de la extrema derecha”.

2 de diciembre de 2022.

Rosa Alberich, Cinta Rosales, Albert Domènech, Anna Morelló, Andreu Mitjans, Mireia Rivera, Carlos Amigó, Josep Lluís del Alcázar. Docentes y ex-docentes del instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca