En la Comisión internacional de COESPE (Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones), recibimos el pasado 10/1/2023, el cartel de la convocatoria de una marcha a París contra la reforma de las pensiones del Presidente Emmanuel Macron, para el 21 de enero, impulsada por las organizaciones juveniles.

Me resultó sorprendente y emocionante que las asociaciones juveniles (desde los Institutos a la Universidad y personas jóvenes trabajadoras) fueran las promotoras de la convocatoria, ya preocupadas por una reforma que iba en contra de sus intereses a largo plazo, que tuvieron conciencia de la problemática que sufrirían 30, 40, 50 años después (no ocurre lo mismo aquí). Así que planteé unirnos a ellas y darles apoyo, aquellas personas que pudiéramos ir a París.

Pero la tensión iba subiendo contra la reforma de las Pensiones, y aunque las asociaciones juveniles habían tomado la iniciativa, las organizaciones sindicales no tardaron a reaccionar y, de manera unitaria, bajo el lema “No a la reforma de Macron”, convocaron huelga y manifestación el 19 de enero, para presionar
y conseguir la vuelta atrás de la reforma de las pensiones, que ya el 2019 habían conseguido paralizar.

Sin duda lo que más me sorprendió, y creo que a mis compañeros y compañeras también (porque aquí desgraciadamente no pasa), fue la unidad de acción de todos los sindicatos en defensa de los derechos de la clase trabajadora. Era un reto y, como activistas del Movimiento Pensionista, no podíamos faltar.

Las compañeras y el compañero que llegamos la víspera del 21 de enero, es decir, viernes 20, nos reunimos con Pensionistas de los sindicatos FO (Force Ouvrière) y CGT. El encuentro tuvo lugar en la Sede de todos los sindicatos, “la Bourse du Travail”, un edificio del siglo XIX.

A los pensionistas franceses les sorprende el hecho que nosotros, agrupados en el Movimiento Pensionista, combatamos la reforma de las pensiones, y no los sindicatos y la clase trabajadora, puesto que ellos, como nos explicaron, solos, no conseguirían nada. Continúan explicándonos que la reforma de la jubilación viene desde 1990. A lo largo de estos años, los sucesivos gobiernos han intentado deshacer el modelo de protección social de las pensiones que se adoptó el 1945, después de la Segunda Guerra Mundial. Un modelo de reparto, solidario e intergeneracional, bajo el control de los sindicatos.

Los diversos gobiernos, desde entonces, han intentado apropiarse de esta herramienta de solidaridad social, hasta que lo han conseguido. La actual reforma, que Macron cataloga como “la madre de todas las reformas”, plantea pasar de 62 a 64 años la edad de jubilación, de 42 a 43 los años cotizados para cobrar el 100% de la pensión. Pretende también eliminar las jubilaciones especiales del sector público, de los trabajadores del metro, del ferrocarril y de la energía. Pero sobre todo, pretende capitalizar, a beneficio de los bancos, miles de millones de euros y romper el Sistema Público de reparto de pensiones.

Para los sindicatos, esta reforma es “la madre de todas las batallas” por la pérdida brutal de derechos, el 80% de la población y el 93% de la clase trabajadora está en contra de esta reforma. Los pensionistas franceses tienen claro que sin el apoyo de la gente joven, tampoco lo conseguirían.

La huelga y la posterior manifestación del 19 de enero, fue un éxito. Más de 2 millones de trabajadoras y trabajadores secundaron la huelga y más de un millón de personas, las manifestaciones que tuvieron lugar en 250 ciudades, de estas, 400.000 en París. Sábado, 21 de enero, la manifestación convocada por los estudiantes,
estudiantes y jóvenes en activo, en París, contó con una participación de 150.000 personas. La huelga convocada para el 31 de enero, fue seguida por 2.800.000 trabajadores y trabajadoras y alrededor de 3 millones de personas movilizadas a posteriori en las manifestaciones.

El martes, 7 de febrero, de nuevo huelga y manifestaciones en 250 ciudades de Francia, cerca de 2 millones de manifestantes, de los cuales 400.000 en París, y un llamamiento a nuevas movilizaciones, el sábado 11 de febrero, hasta conseguir la retirada del proyecto de reforma de las pensiones.

Nosotros quedamos maravillados de la capacidad de los sindicatos franceses para ir juntos y unidos. Y a la pregunta que nos habían formulado a comienzos de la reunión, en lo referente a la ausencia de los sindicatos en el combate contra la reforma de las pensiones del estado español, les respondimos que aquí la reforma de las pensiones se ha hecho con el consentimiento de los dos grandes sindicatos UGT y CCOO.

La conclusión de esta reunión es que la unión hace la fuerza. Aunque los representantes de los pensionistas de los sindicatos franceses consideran que la cúpula no hace bien su trabajo, en este caso, la base ha empujado y a la cúpula no le ha quedado otra que seguir la demanda del pueblo.

Para nosotros también es el camino a seguir, y conseguir que la clase trabajadora empuje a estas cúpulas sindicales paralizadas, para revertir una reforma que las futuras generaciones van a sufrir.

Pilar Medrano PENSE PENSIONES DIGNAS