Artículos de actualidad de la UIT-CI




Artículos de actualidad sobre Ucrania



8M en Lleida y Barcelona: OTRO AÑO LAS CALLES FUERON FEMINISTAS!



Estás aqui : Portada » Temas » Ecomomía

La crisis financiera

Lucha Internacionalista, 9 de abril de 2023




Las palabras sobre la estabilidad financiera que no dejan de proferir todos los dirigentes políticos y bancarios no pueden esconder el terror a un nuevo crack. La quiebra de 4 bancos Norteamericanos, seguido por la del Crédit Suisse y conectando con la caída de más del 8% del valor del Deustche Bank, uno de los gordos, ha hecho saltar todas las alarmas. Las bolsas han vivido varias sesiones de pérdidas generalizadas. No sabemos si las medidas aplicadas por la RF y el BCE taparán esta fisura, pero ni de lejos, la crisis del sector financiero está resuelta. La cuestión no es saber si habrá otro estallido en el sector financiero, sino cuándo y cuál será el eslabón más débil por donde empiece. Y, sobre todo, si será de dimensiones lo suficientemente grandes como para arrastrar a todo el sector productivo detrás en una nueva depresión.

Los dirigentes del BCE y la RF intentan la cuadratura del círculo frente a la estanflación. Su debate es qué hacer: si dejar una inflación que sigue muy elevada tanto en la zona euro -8’6% (hace un año estaba en el 5’9%), y la subyacente en el 5’3%- como en EEUU –un 6% de inflación y 5’5% subyacente-. En la lógica monetarista, si optan por el control de la inflación con la subida de tipos de interés que frene el acceso al crédito, amenaza una recesión, y de hecho, han ayudado a precipitar la crisis bancaria, que al intentar evitar la inflación, han escapado a todo control.

El problema es de fondo, de la masa de capital enorme que busca dónde ganar, y que, ante la bajada de la tasa de beneficio de los sectores productivos infla burbujas en el sector financiero (bancos, acciones, papel moneda, bonos...) que en un momento u otro estallarán, como lo hizo la burbuja inmobiliaria y los créditos asociados en 2008. El volumen de este capital parasitario no ha dejado de crecer, si en 2000 los capitales financieros movían 51 billones de euros, veinte años después movía casi cinco veces más, y suponía tres veces el PIB mundial. Por eso, los movimientos de estos enormes capitales hacían caer las bolsas y los valores de los grandes bancos en el mismo momento en que éstos estaban haciendo beneficios. Todo mientras las familias obreras ven como no llegan a fin de mes, y los ahorros caen a la mitad en un año por la subida de precios, sobre todo de los alimentos.

En la crisis del 2008 se hizo famosa la frase “demasiado grande para caer” que fue la pantalla para un robo mayúsculo de dinero público. El principio intenta convencer de que dejar caer un banco o una gran empresa “demasiado grande”, podía arrastrar al conjunto de la economía y que “por el bien común”, era mejor poner el dinero público necesario para reflotarla y recuperar las ganancias. Con esta trampa se hizo el rescate bancario, es decir, salvar las ganancias de los grandes capitales a expensas de un endeudamiento masivo que pagaremos todos y todas. El mensaje estaba claro, si eres de los grandes puedes hacer el juego que quieras, aunque sea de mucho riesgo, es decir, con muchas ganancias rápidas, que si vienen mal dadas ya vendrá el estado a tu rescate. La verdadera fórmula aplicada era: los beneficios son privados y las pérdidas son públicas.

La deuda pública ha seguido creciendo estos años de pandemia y guerra y alcanza ya los 1,5 billones en España. La UE comienza a exigir que se acaben las políticas de ayudas públicas y empiecen de nuevo los recortes y planes de ajuste. Hay dinero para los bancos y los grandes capitales, no para la población trabajadora.

Lucha Internacionalista

Ir a la versión en catalán