El pasado 14 de marzo se celebraban las elecciones sindicales del personal docente de la educación pública no universitaria de Catalunya. Los resultados de éstas, suponen entre otras cosas, un salto importante en la representación y expansión de la CGT Ensenyament que entra en la mesa de negociación sectorial. Ahora, este salto en votos debe traducirse en un salto en la organización de base en los centros de trabajo y en un fortalecimiento de la movilización.

La bajada de la participación general en estas elecciones en relación a las de 2019 (del 42% al 38%) seguramente puede explicarse por el crecimiento del número de profesorado llamado a votar (se ha pasado de 81.040 a 90.970) y por la proximidad de las elecciones anteriores al 1 y 3 de octubre de 2017 ya que la cuestión nacional estaba mucho más presente en todos los ámbitos. En 2019 significó la irrupción de la Intersindical-CSC, que pasaba de 0 a 47 delegados/as y 4.295 votos, así como un fuerte aumento de votos en USTEC. Con el reflujo del proceso, el bajón de la participación provoca que la Intersindical-CSC retroceda a 3.470 votos y pierda 15 delegadas/os, quedándose en 32. También USTEC pierde 2.700 votos y un delegado, pero vuelve a ganar ampliamente las elecciones, con 11.884 votos y 161 delegadas/os, manteniendo una hegemonía muy importante a nivel de todo el territorio.

Estas elecciones venían precedidas por la lucha interina por su estabilización (contra el acuerdo que habían firmado CCOO y UGT) y por las movilizaciones y huelgas unitarias del pasado curso, para revertir los recortes y que supusieron el acuerdo firmado entre sindicatos y Departamento a inicios de septiembre. Tanto CCOO como UGT, aun perdiendo en votos respecto a 2019, suben en delegados: CCOO sube de 58 a 69, UGT de 24 a 26.

El otro dato relevante en términos generales sería que el voto se ha polarizado: por la derecha lo canaliza Aspepc (sindicato corporativo de profesores de secundaria) que obtiene 6.130 votos y 81 delegados, desplazando a CCOO del segundo al tercer puesto. Aspepc, casi duplica sus votos y delegados del 2019: 3.983 votos y 43 delegados. Esta subida del corporativismo en secundaria está ligada al discurso de mayor orden y disciplina, pero no se percibe en primaria, donde candidaturas corporativas como las de ANPE o CSIF no obtienen resultados significativos.

Por la izquierda es la CGT la que también casi duplica el número de delegadas y pasa a ser la 4a fuerza a nivel de toda Catalunya. Pasa de 2.358 votos de hace cuatro años a los 3.327 de este año, lo que supone una subida del 41% y en delegadas, de 24 a 43. Una parte de este voto muy probablemente está relacionado con el buen trabajo realizado en defensa de las interinas, y del trabajo y acción sindical de estos últimos meses y cursos intentando organizar y movilizar a las trabajadoras. Al pasar del 10% en elección de delegados/as la CGT entra por primera vez en la mesa de negociación sectorial. Otro elemento cualitativo es la expansión territorial ya que se obtiene representación en 11 de los 12 servicios territoriales (queda fuera por pocos votos de los de Girona) convirtiéndose en 3ª fuerza en Tarragona, Barcelona Comarcas y consolidándose como tal en el Baix Llobregat, que vuelve a ser el territorio donde se sacan los mejores resultados acercándose a CCOO y USTEC y situándose como primera fuerza sindical en localidades como El Prat, Viladecans, Gavà y Vallirana.

Este crecimiento es también resultado de años de trabajo realizado por compañeras y compañeros (algunas de ellas también militantes de Lucha Internacionalista) y que es necesario reivindicar y valorar. Tanto porque merecen este reconocimiento personal como por aspectos de la línea sindical mantenida y que no hay que olvidar: la solidaridad entre territorios y de clase, el trabajo constante y la prioridad para construir desde abajo y fortalecer los organismos de base del sindicato y del conjunto de las trabajadoras.

El crecimiento en votos, delegadas y la entrada en la mesa de la CGT es una oportunidad para dar un salto sindical donde realmente es más importante: el incremento en la organización de base de los y las trabajadoras y que permita movilizaciones más participativas y, por tanto, más fuertes. Pero para ello es necesario que el sindicato sepa gestionar de forma adecuada ese incremento de recursos y esa expansión territorial. Por otra parte, los buenísimos resultados obtenidos recientemente por la CGT en el Ayuntamiento de Barcelona y diferentes colectivos sanitarios corroboran que el sindicato podría convertirse en la alternativa que cada vez más gente busca en CCOO y UGT. En este sentido, es necesario que CGT Catalunya sepa gestionar este crecimiento y unir todas las luchas y huelgas que ya convocan sus sindicatos a nivel sectorial.

Pedro Mercadé Toro
Delegado enseñanza pública