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Nuestra historia. Llerena (Badajoz). Trotskistas jornaleros

M. Esther del Alcázar, 27 de abril de 2023




Llerena, en Badajoz, tenía algo menos de 5000 vecinos, jornaleros y yunteros (1). El latifundio dominaba: sólo 12 propietarios poseían la mitad del municipio. Al otro lado, una masa de jornaleros malvivía entre el paro y salarios de miseria. El PSOE y la UGT eran las organizaciones obreras mayoritarias. La llegada de la II República en abril de 1931, despertó grandes expectativas en una reforma agraria radical. Los jornaleros esperaban sueldos dignos y solución para los períodos de paro forzoso y los yunteros el principio del fin de la falta de tierras y caros arrendamientos… La Asociación de Propietarios de Fincas Rusticas de Extremadura, por el contrario, defendía la dehesa (2), como modelo de explotación con grandes extensiones para que fuese rentable. Mientras que los diputados discutían lentamente sobre la reforma agraria, estalló la revuelta de unos campesinos exhaustos a fines de 1931.

Por esas fechas, Luis Rastrollo, estudiante de derecho en Madrid, es ganado por el trotskista gallego Enrique Fernández Sendón, Fersen, y se integraría, con el seudónimo de L. Siem a la dirección de la Oposición Comunista de España (OCE) -integrante de la trotskista Oposición de Izquierdas Internacional- y sería redactor en “El Soviet” y “Comunismo”. Pronto se le uniría, Eduardo Mauricio. En sus vacaciones, Rastrollo daba charlas sobre la Revolución Rusa en la Casa del Pueblo de Llerena, ganando a un grupo de las Juventudes Socialistas, y terminando por instalarse en el pueblo.

En diciembre de 1931 el grupo impulsa, en su localidad y las vecinas, la huelga general provincial convocada por UGT. En agosto de 1932, se funda el radio (hoy diríamos equipo) trotskista de Llerena con 38 miembros, con Carlos Llarza (seudónimo de Julián Gómez Sánchez), Regino Marín, Romualdo Fuentes, Félix Galán… y el apoyo de Grandizo Munis, que tiene familia en Llerena. Las publicaciones del grupo se imprimen en el negocio de su tío, Pablo Fernández Grandizo, un izquierdista local que había proclamado la República desde el balcón del Ayuntamiento. Pronto se extendieron a las poblaciones vecinas de Maguilla y Berlanga.

Huelgas generales en 1932

La situación a principios de 1932 era insurreccional. En Castiblanco, el 30 de enero, una manifestación de más de 300 vecinos llamaba a la huelga general del día siguiente, pero la guardia civil había tomado la población y en los choques, resultaron muertos dos campesinos y 4 guardias civiles y varios jornaleros heridos.

La OCE se puso a prueba en marzo. Debido al hambre que padecían los jornaleros, exigían que la patronal asumiera el alojamiento de los parados durante 15 días. Los patrones ofrecían 10. Mientras estaban negociando, los obreros bloquearon el Ayuntamiento y saquearon las casas de los patrones. Obtuvieron una victoria, pero hubo 30 detenidos. Hasta que no fueron liberados, los obreros no aceptaron ser “repartidos” ni subsidiados. Rastrollo, como líder de los huelguistas, quedó preso hasta junio. Las revueltas fueron generalizadas, pero la UGT, con 48.000 afiliados a la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT), no estuvo a la altura. La OCE, recondujo la gran desafiliación que hubo en Llerena, a la fundación de la “Federación Local de Sindicatos Obreros”, mientras seguía creciendo en Manguilla (50 militantes) y Berlanga.

En agosto de 1932 se celebró en Llerena una gran manifestación impulsada por la OCE y el PSOE contra el intento de golpe de estado de Sanjurjo.

Pero tras la siega, en octubre, volvió el conflicto obrero. Los jornaleros no encontraban trabajo, y los yunteros o no tenían simientes para sembrar, o habían sido expulsado de las dehesas por propietarios que dejaban las tierras para pastos. Pero, unidos los yunteros y jornaleros, iban a dar al movimiento campesino una fuerza y un carácter revolucionario que no había tenido hasta entonces, con huelgas generales y ocupación masiva de fincas.


En Llerena, con 800 jornaleros en paro, la OCE impulsa en octubre una huelga general para pedir aumento de salarios. La UGT se posicionó en contra y no acató la asamblea comarcal que vota por la huelga: sólo se hace en Llerena, Manguilla y Berlanga. El gobierno, la declara ilegal por “revolucionaria” –aunque pedían jornales de 4,5 ptas para la siembra-. La huelga empieza con fuerza y dura hasta el 15 en Berlanga. Aunque se forman mesas de negociación con la patronal, el gobierno detuvo a los comités de huelga y cerró Casas del Pueblo y sociedades obreras. Estuvieron presos hasta mayo del 33: les pedían 17 años de cárcel que quedaron en uno.

La huelga se perdió, pero los trotskistas llerenenses habían ganado un amplio apoyo tanto ante el PSOE y la UGT por su posición en el conflicto, como ante el PCE que había enviado dirigentes de Sevilla para plantear a la OCE que ingresara y se subordinase al partido. La OCE –como toda la corriente internacional-, se consideraba fracción del PCE y, por tanto, se planteaba re-ingresar al PCE para “enderezarlo”. Hubo un debate público entre Grandizo Munis, Llarza y Galán con representantes del PCE que, con buenas palabras, no aceptaban que el grupo entrara con sus posiciones trotskistas. El debate fortaleció a la OCE ante los obreros, frente al burocratismo del PCE y fue motivo de debate con la internacional. Aún y así, en las elecciones de aquel año hubo un trotskista (Pedro Corraliza) en la candidatura del PCE de Badajoz, y la OCE hizo campaña y pidió el voto. Los resultados dan cuenta de su fuerza: el 11% de los votos en Llerena, mientras que la media del PCE en la provincia fue del 0,77%.

Bienio negro: el frente único

Tras la victoria electoral de las derechas, con los radicales y la CEDA, se conformó -bajo impulso de los trotskistas- “el frente único de todas las organizaciones políticas y sindicales” que en febrero realizó un gran mitin antifascista. El 5 de junio 1934, UGT impulsó una huelga general campesina, que tuvo en Jaén y Llerena los centros más activos y violentos. Hubo 400 detenidos en el distrito de Llerena, 40 de ellos de la OCE. La huelga fue un fracaso a escala estatal –acentuada por la derrota de Asturias en octubre- y significó el desmantelamiento del movimiento campesino, pero la combatividad de los troskistas llerenenses se vio recompensada con el ingreso de un grupo de militantes del PSOE. En 1935 es uno de los núcleos más importante de la Izquierda Comunista de España (ICE), nuevo nombre de la organización al constituirse como un partido independiente del PCE, lo que es combatido por Trotsky. Grandizo Munis se opuso a dicha fundación, frente Rastrollo que la defiende. Pero éste, el principal dirigente, se traslada a Santiago para construir la ICE en Galiza. Eduardo Mauricio queda al frente en Llerena, y será miembro de la dirección del POUM cuando se funda en septiembre.

Ocupación de fincas y revolución

Llegadas las elecciones del Frente Popular, el POUM se integra y exige presencia en las listas de Catalunya, Asturias, Badajoz, Castellón y Huesca, proponiendo a Andreu Nin para la pacense. Ante la negativa de los demás partidos, no hubo ningún candidato del POUM en Badajoz. Pero “La Batalla”, su periódico, se vendía más del doble que cualquier otro periódico obrero en Llerena.

La FTT de la UGT, llama a ocupar fincas. El 25 de marzo, unos 80.000 campesinos extremeños ocupaban, con sus yuntas y aperos de labranza un gran número de ellas. Entre marzo y julio de 1936, se asentaron en Extremadura 81.297 campesinos en 238.797 ha. -quince años después de terminada la guerra, solo quedaban unas 8.000 has.- (3) . Al POUM le son adjudicadas 12 fanegas de tierra, que fueron explotadas colectivamente, su sindicato se fusiona con la UGT y en julio de 1936, alcanza los 230 militantes en Llerena.

Como respuesta al golpe estalla la revolución: el ayuntamiento es sustituido por el “Comité Antifascista” que, ante la huida o boicot de la burguesía, toma el control de la vida y la economía del pueblo. Los derechistas locales son encarcelados (en Llerena, nadie es fusilado) (4). Se piden armas al gobierno civil de Badajoz que no llegan, y se expropia todo el armamento que encuentran para organizar las milicias de defensa: sólo armas cortas y de caza.

La Columna de la muerte de Yagüe

El 5 de agosto, la Columna Madrid del teniente coronel Yagüe, la Columna de la Muerte de legionarios y regulares, que va a Madrid desde Sevilla, se concentra en Llerena. El asalto es brutal, y aunque las milicias se defienden hasta el fin, es una masacre. Intentan volar un puente y son emboscados y fusilados, así como un camión con familiares que iba a pueblos vecinos, y otro grupo entregado -y fusilados- por la guardia civil del pueblo que se ha pasado a los sublevados. Los últimos milicianos se atrincheran en la torre de la iglesia y se niegan a rendirse. Las tropas pegan fuego a la iglesia con los milicianos dentro. Félix Galán o Jose Martín caen en combate. Centenares son fusilados, como Pablo Fernández Grandizo, que muere atado por las muñecas a otro fusilado. Se establecieron lugares fijos para los fusilamientos (5): la tapia del cementerio y el arroyo Romanzal, donde se abrieron grandes fosas para enterrar a los fusilados que caían en fila según les disparaban, enterraban, tapaban con cal y seguían, apilándolos... La orgía de violencia y terror lleva el sello del comandante Castejón: 330 asesinados constan en el registro civil, pero hay muchos que no fueron inscritos, aparte de los que fueron a la cárcel y fusilados después.

Rastrollo es fusilado en Santiago de Compostela en diciembre 1936. Eduardo Mauricio pudo escapar a Francia. Grandizo Munis, que siempre respaldó las posiciones de Trotsky, estaba en México cuando comenzó la guerra civil y volvió inmediatamente. Encarcelado por el gobierno del Frente Popular por trotskista, y dejado en una celda de castigo del Castillo de Montjuic, en Barcelona, para que fuera allí capturado por los franquistas, pudo escapar en el último momento. Tomó la palabra en el funeral de Trotsky y fue clave en el juicio contra su asesino. Antes, a pesar de sus diferencias, no dudó en autoinculparse para exonerar a sus compañeros del POUM, perseguidos por el PSUC desde el gobierno del Frente Popular. Y, en su libro “Promesas de victoria, jalones de derrota”, escribiría:

“A mis camaradas Luis Rastrollo, Félix Galán, José Martín, recios e inteligentes luchadores de la revolución socialista, asesinados por el verdugo Franco; a mi tío, Pablo Grandizo, asesinado por el mismo; a todos los muertos por la revolución durante las batallas de España, nobles representantes de una generación que supo emplear su vida.

Esta dedicatoria no es sólo un cálido recuerdo. En ella va la tenacidad combativa de quienes hemos quedado en pie. ¡Vosotros, los caídos generosamente: salvaremos vuestro esfuerzo con nuestro esfuerzo o con vosotros iremos a disolvernos a la tierra!”

Información extraída de:

Hinojosa Durán, José. “Un episodio original en el movimiento obrero extremeño: el núcleo trotskista de Llerena durante la II República”

Artículos de La Batalla, de 18/8/1936. “Las hordas criminales de Queipo asesinan en Llerena a nuestros camaradas”; 2/9/1936 “Lo que nos cuenta el camarada Julio Cid. En LLerena murieron más de seiscientos obreros asesinados por la Guardia Civil sublevada y los fascistas. La traición del gobernador de Badajoz”; 10/9/1936.” Llerena, que el fascio cubrió de sangre, recupera la libertad” publicados en https://www.foroporlamemoria.info/noticia.php?id_noticia=181

Notas:
(1) Yunteros: Jornaleros que poseen una yunta, generalmente de mulas, con muy poca tierra o la mayoría sin ella, habiéndola de arrendar.
(2) Dehesa: tierras que se cultivan parte del año, de las que también se aprovechan los árboles, generalmente encinas y alcornoques, y el resto del año, se destinan a pastos para el ganado.
(3) https://www.xn--agrupacionextremeaalcorcon-xrc.es/extremadura/historia/293-los-yunteros-extremenos-y-su-lucha-por-la-tierra.html
(4) https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2018/07/13/crimenes-franquistas-contra-la-poblacion-republicana-de-llerena-badajoz-en-1936/
(5) https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2018/07/13/crimenes-franquistas-contra-la-poblacion-republicana-de-llerena-badajoz-en-1936/
(6) https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2019/05/21/el-franquismo-mas-letal-desatado-en-extremadura-una-historia-de-maldad-crueldad-violencia-miedo-terror-y-muerte-la-columna-de-los-8-000/
(7) https://www.elsaltodiario.com/los-nombres-de-la-memoria/la-masacre-de-la-plaza-de-toros-de-badajoz-y-el-empeno-por-vaciar-de-la-memoria

Maria Esther del Alcázar i Fabregat

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Crímenes de Yagüe en Badajoz. La columna de los 8.000

La columna de los 8.000 (6) eran civiles, incluidos abuelos y criaturas, que venían huyendo de Huelva y el sur de Badajoz. Queipo de Llano había ordenado: “Que no quede nadie vivo”. Se encargaron de ello el comandante Castejón y el teniente coronel Asensio (como parte de la Columna de la muerte de Yagüe), junto a guardias civiles y falangistas. Primero los ametrallaron y dispersaron: unos 1.400 fueron auxiliados por el pueblo portugués, pero otros muchos que tomaron el mismo camino, fueron apresados por la PIDE y entregados a los franquistas que los fusilaban de inmediato. Otros, llegando a la vía del tren, al otro lado de la cual estaban los republicanos, fueron recibidos por las ametralladoras fascistas situadas en dos vagones. Unas 2.000 personas fueron hechas prisioneras por el capitán Tassara y ametrallados en Fuente del Arco. Más de un millar fueron apresados y conducidos a Llerena donde los encerraron en la Plaza de Toros y en “La Maltería”, los almacenes de la fábrica de cerveza. Empezó la “limpieza”: cada madrugada, un camión trasladaba presos al cementerio, en cuya tapia eran ametrallados y arrojados a fosas comunes cavadas por las mismas víctimas. El ritual se repitió todo un mes. Muchos de los cadáveres fueron quemados porque ya no cabían en las fosas. 

La plaza de toros de Badajoz

El último capítulo de las masacres en Badajoz de la Columna de la muerte de Yagüe, fue en la misma capital. El 14 de agosto, de una población de unas 40.000 personas, fueron masacradas 4.000, ¡el 10%!. Hombres y mujeres que fueron encerradas en la plaza de toros. El mismo Yagüe lo confirmó al corresponsal del New York Herald, J. Whitaker: ”Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Qué iba a llevar 4.000 prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”.

En total, en la provincia de Badajoz están documentados 11.034 asesinados por los fascistas (7). Fueron muchos más.

Y la puntilla es el olvido: en 1998, Rodríguez Ibarra, del PSOE, al frente del gobierno extremeño, ordenó derrumbar el coso y construir el Palacio de Congresos, sin nada que recuerde la masacre, sino una placa en su interior (que reza con cinismo “… en memoria de quienes perdieron la vida en los terribles días de la guerra civil española") y una enigmática Elipse cuya sombra, el 14 de agosto, dibuja una flor en el suelo.

No lo permitamos: ¡¡revivamos su memoria!!

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