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Debates en Europa Occidental. Armamento a Ucrania y gasto militar

M. Esther del Alcázar, 1ro de mayo de 2023




Nuestro 3er viaje a Ucrania, fue a caballo del primer año de guerra. Con este motivo se realizaron reuniones dentro del marco "Catalunya per la pau" donde, entre otros, estaba "Aturem –paremos- la guerra" que había sido un protagonista muy potente en la guerra de Irak. Pero ahora no fue igual: lo que entonces era clarísimo, que las tropas yanquis se retiraran, ahora no lo era y la plataforma se negaba en redondo a exigir la retirada de las tropas rusas. Esto se agravaba porque había convocada otra manifestación de refugiadas ucranianas, el día 24 que, habiendo aceptado no poner nada respecto a la OTAN que ni nosotros ni la plataforma, podíamos aceptar, sólo pedía que la plataforma pusiera la retirada de las tropas. Esto llevó a dos manifestaciones, una el 24, que pedía la retirada, y la otra el 25, que no lo hacía. Nosotros fuimos con las compañeras ucranianas.

Este debate se repitió en toda Europa. En Berlín, hubo dos manifestaciones también, una convocada con las ucranianas pidiendo una paz justa y la retirada de tropas, y otra convocada por una ex-parlamentaria de Die Linke, apoyada por la ultraderecha de Alternativa por Alemania, contra el envío de armas a Ucrania. En París, sólo hubo una, porque todos los sindicatos que están protagonizando la lucha contra las pensiones de Macron, pedían una paz justa con la retirada de las tropas ocupantes.

¿Por qué esa dificultad que en el caso de Irak no estaba? Por un lado, están los que se envuelven con la bandera del «No en la OTAN» para acabar recogiendo todos los argumentos de Putin, desde la reivindicación del Donbás como parte de Rusia, o llegar a un ofensivo cartel en el que se identifica Ucrania con los nazis. Nosotros estamos por la disolución de la OTAN, pero esto no puede negar el derecho de Ucrania a armarse para defenderse, tomando las armas de donde quiera que vengan. Igual que los kurdos sirios tenían todo el derecho a coger las armas que les ofrecían EEUU para hacerlo: y entonces ninguno de estos partidos lo cuestionó.


Por otro lado, están los que apelan a la paz, diciendo que si se entregan armas a los ucranianos o no se cede a la ocupación rusa no habrá paz: piden un alto el fuego sin exigir la retirada de tropas. Quieran o no estos compañeros, esto lleva a la paz de los cementerios, la que avala el derecho de conquista. Estos compañeros también ponen el acento en el incremento del gasto militar. También estamos de acuerdo: hay que detenerla. Pero el enorme agujero de inversión militar viene de hace 25 años, desde 1996, con el gobierno de Aznar que disparó la inversión en armamento, sobre todo para fomentar una industria armamentista en aquellos momentos muy escasa. Y lo mantuvieron todos los gobiernos posteriores, incluido el gobierno de PSOE-IU-UP, que, en plena pandemia, en 2020-2021, aumentó el gasto militar en casi un 10%. Una política que en 2022 -antes de la guerra- hacía de España el séptimo exportador de armas del mundo y el 17º en gasto militar. Con clientes preferentes como Arabia Saudita, ser cómplices de catástrofes humanitarias como la de Yemen, o proporcionar hoy las armas con las que reprime y asesina la policía de Perú.

Sí, el gasto militar es enorme, impulsado por el gobierno más progresista de la historia que en diciembre de 2021 lo aumentó significativamente avanzando la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional y poniendo 1 de cada 5 euros que invertía la Administración central a fines militar. Y ahora, ¿es peor? Sí, es ahora el 2,17% del PIB, por encima del compromiso de Sánchez con la OTAN. Son 3 de cada 10 euros que invierta el Estado en 2023: 27.617 millones de euros.

¿Pero son para armas para Ucrania? No. Los Leopard operativos de que dispone España están en Melilla y solo se enviarán los inutilizables de Zaragoza que se usen como piezas de repuesto,... cuando estén recompuestos. La ayuda que ha enviado España son ametralladoras, munición, defensas antiaéreas, cascos y chalecos, ambulancias, carros de transporte, y poco más: en ningún caso justifican el gasto militar. Y los países occidentales, de conjunto, todavía no han decidido el envío significativo de tanques y niegan absolutamente los aviones de caza, las armas que permitirían que Ucrania recuperara sus territorios.

La inversión responde al rearme de occidente. El gasto militar global ya estaba en una dinámica ascendente antes de la invasión rusa: 2020 -pese a la pandemia- marcó el nivel más alto desde que se tienen datos, en 1988, según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Y esto en Europa, todavía se ha incrementado más en el informe de 2023 cuando, además, con la agresión de Putin, se reforzó una OTAN que Macron había definido "en muerte cerebral". Cuando se dice que el gasto militar no permite más gasto social o aumentar la pensión mínima, no es porque el dinero se va a Ucrania, sino por una criminal política del gobierno de PSOE-IU-Podemos que favorece a la industria militar y al ejército, y por la incapacidad de los movimientos sociales de conseguir suficiente movilización como para detenerlos.

Pero volviendo a los debates, los dos razonamientos, más o menos intencionadamente, están contra Ucrania y favorecen a Rusia, al apoyar la exigencia de Putin de un alto el fuego que mantenga sus conquistas, y por tanto sin retirada de las tropas rusas. Occidente, desde EE.UU. a la UE están por la negociación. Hasta ahora, los ucranianos no, si no se retiran las tropas y se garantiza su integridad territorial. Veremos lo que puede o quiere resistir el pueblo ucraniano. Mientras lo haga, nosotros estaremos a su lado.

M. Esther del Alcázar i Fabregat

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