Per Pelai Pages*

El 16 de junio de este año se cumplen 86 años de la detención de Andreu Nin, una detención, recordémoslo, que se produjo al día siguiente de que el gobierno presidido por Negrín tomaba la decisión de paralizar toda la actividad del POUM, detener a sus dirigentes, suspender a su prensa, expulsar a sus militantes de ayuntamientos e instituciones donde todavía tenían representación, cerrar sus locales, etc. Era una política, inspirada por el Partido Comunista, en un momento en que se acusaba al POUM de haber provocado los hechos de mayo de 1937 y pronto se le acusaría también de haber organizado una red de espionaje. Evidentemente, detrás de todo estaba la URSS y el propio Stalin.

La detención de Andreu Nin se produjo sobre las 12 del mediodía, cuando tres agentes de policía se dirigieron al local del Comité Ejecutivo, con la orden de llevar a cabo la detención de Andreu Nin, Jordi Arquer, Julián Gorkín y Juan Andrade. El primero al que detuvieron fue a Andreu Nin, ya que tenía el despacho en el primer piso del nº 10 de la Rambla de los Estudios, mientras los demás todavía tuvieron tiempo de escabullirse.

Andreu fue llevado a la comisaría de policía, en la Via Laietana, donde justamente le fue a visitar Teresa Carbó Comas, una militante del POUM, esperantista, y que era la responsable del Socorro Rojo del Partido. Años más tarde explicaba su experiencia en estos términos:

“Yo pasaba por las Ramblas, venía de la visita de hospitales y me encontré con un compañero que ahora no puedo precisar quién era y me dijo: `¿sabes que han cogido a Nin?’, Yo digo `que han cogido a Nin?´ Dice sí. Y yo como sabía que si detenían a alguien le llevaban a la Jefatura de Policía, allá en la Via Laietana, pues yo fui hacia allá, hacia allá. Y me encontré a un muchacho que era de Esquerra Republicana y me dijo: "las cosas, mal para vosotros". Y a mí, aquí, me conocen mucho, porque había ido varias veces con el Socorro Rojo, porque había pasado algo... Y conocía incluso mucho al capitán de los guardias de asalto, pero no fui a ver al capitán, ni nada. Fui. "¿Le han cogido?" Sí, pero es mejor que te vayas, porque las cosas van mal por vosotros”.

Teresa Carbó no sólo no se fue, sino que fue directa a la Brigada Criminal. Llevaba una manta y comida para Nin. Abrió una puerta y se le encontró solo:

“No tuve tiempo de preguntarle nada, ¿eh? Sólo. ¿que te han cogido?, ¿te han cogido?’ Y él me dice: ’y tú, ¿qué haces aquí?’ Porque seguramente que entonces también él se encontraba tan tranquilo como yo misma, no pensando lo que podían hacer”.

De esta manera, Teresa fue la última militante del POUM que le vio vivo. Luego a ella también la detuvieron. Estuvo tres meses y medio detenida, de los que un mes y medio permaneció incomunicada. El único delito: haber visto a Nin en la comisaría de policía.

Hay que recordar esta situación, porque justamente el próximo martes, día 20 de junio, a las 7 de la tarde, por iniciativa de la Comisión de la Verdad y de la Assemblea Nacional Catalana, tendrá lugar una concentración ante la comisaría de policía - cómo ocurre cada 15 días- para recordar la detención de Andreu Nin. La finalidad de estas concentraciones no es otra que conseguir el cierre de la comisaría y su conversión en un centro de memoria histórica, donde se recuerde la represión política y la tortura que hubo en Cataluña.

15/6/23

*Pelai Pages es historiador