La elección de este domingo es parte de un gran fraude, lo seguimos sosteniendo. Los cambios a la constitución de Pinochet, como todo el proceso
constituyente, ya están totalmente resueltos por todas las fuerzas políticas del congreso, desde el Partido Comunista hasta los republicanos de Kast. Es el Comité de Expertos quien redactó estos cambios, y en ellos están todas estas
fuerzas. El Consejo Constitucional no tiene poder para hacer ningún cambio sustancial a ese texto. Esta votación fue el intento de darle legitimidad a esta mentira. Por eso, lo primero que debemos resolver es si pudieron cumplir con esta tarea, y en qué condiciones se dio.

El éxito de este fraude constituyente no es una cuestión secundaria para los dueños del país. Por ejemplo, Bernardo Larraín Matte, representante del grupo económico Matte, uno de los más importantes del país, sostuvo que el éxito de este proceso ayudará a desaparecer la incertidumbre para la inversión de privados abierta por la rebelión popular de 2019. Desde la otra vereda, Jadue llamó a un buen proceso constituyente para “evitar un nuevo estallido social”. Ambos acuerdan que se debe evitar una nueva rebelión, y que, para eso, el fraude debe ser aprobado masivamente en diciembre.

Los datos hablan por sí mismos

De un universo de más de 15 millones de personas en el padrón electoral chileno, asistieron a las urnas 12.484.109 (81,9% del padrón). Desde ese punto
de vista, se ha sorteado el primer obstáculo, porque la participación fue alta, sólo superada por el plebiscito de salida en el que participaron un poco más de 13 millones. Sin embargo, y a diferencia de esa y otras votaciones, una sombra de rechazo al fraude se instaló con fuerza. Cabe agregar que el voto obligatorio, en las últimas dos votaciones, es una maniobra para evitar un mayor vaciamiento de votantes. Sin esta obligatoriedad, es muy probable, que la cantidad de personas que hubiesen acudido a las urnas hubiese sido marcadamente menor.

Los votos nulos alcanzaron la impresionante cifra de 2.119.506 votos (16,98% de los votos), una histórica cifra de nulos. Si a eso sumamos los 568.673 votos
blancos (4,56%), dan 2.688.179 (21,54% del padrón). Estos números se tornan más relevantes si contrastamos con los resultados de listas y partidos, puesto que en términos de listas nulos y blancos son la tercera fuerza nacional, superando a la derecha tradicional y la ex Concertación. Puesta contra los partidos, nulos y blancos son la segunda fuerza nacional, sólo superada por los republicanos.

No se trata de creer que nulos y blancos son una fuerza política organizada, o con acuerdos políticos que lo transformen en un sector uniforme. Sería incorrecto suponer algo así. Lo que realmente expresan esta cantidad impresionante de votos, es que más del 20% de quienes fueron a vota r, rechazaron apoyar a cualquiera de todos los partidos que hoy están presentes en el congreso, que van desde un partido abiertamente pinochetista y de ultra derecha como el Partido Republicano, hasta el Partido Comunista. Es una gran cifra, que, sumada a la abstención, hace al 38% del padrón que no se siente representado por los partidos, y que a través de nulos y blancos, fue a expresar activamente su repudio.

Este resultado es aún más relevante, si lo contrastamos con el Apruebo y Rechazo del plebiscito del 4 de septiembre. En esa instancia, los votos válidos (a una de las dos opciones) llegaron a 12.750. 518 votos, mientras este domingo los votos a listas de partidos sólo alcanzaron 9.795.930, o sea, 2.954.588 (casi 3 millones de votos) perdieron ambos sectores. La derecha, por ejemplo, si sumamos republicanos, PDG, RN, UDI y Evopoli obtuvo este domingo 5.532.165 votos, y con el rechazo obtuvo 7.891.415 votos, esto quiere decir que perdieron 2.359.250 votos. Por su parte, las dos listas del gobierno de Boric obtuvieron 3.678.182 votos, mientras el Apruebo obtuvo 4.849.103 votos, perdiendo 1.170.921 votos. Básicamente, el nuevo proceso constituyente significó la pérdida de ¡3 millones de votos en apoyo a los partidos!

Este fenómeno, que trata de ser invisibilizado o criminalizado por todos los partidos del congreso, por los medios de comunicación, por el gobierno y la oposición, es un duro golpe contra el fraude constituyente que están empujando conjuntamente. No son cifras menores, y el empresariado lo sabe con total claridad. De cara al plebiscito de salida de diciembre, que validará este proceso, su situación es de mayor debilidad que hace unos meses.

Decimos que esta votación le da una clara expresión al descontento social, porque se opone a todos los partidos, a todas las alternativas presentadas por el empresariado, desde el Partido Comunista hasta el pinochetismo de Kast. Sobre todo, se opone al proceso constituyente actual, sus mentiras y maniobras. Muestra una ruptura con el gobierno de Boric, que viene gobernando con la agenda de la derecha, y en ese sentido es un voto castigo, pero que no ha sido capitalizado mayoritariamente por la oposición. No sólo por su masividad es un peligro para los empresarios y sus políticos, sino que es un voto de descontento que no logran controlar. Fue correcto organizarnos en la campaña para llamar a votar nulo y blanco.

No nos cabe ninguna duda, esta nueva expresión de descontento que se ha expresado en la votación, es la única fuerza capaz de asumir la tarea de derrotar el fraude constituyente. Por eso, era fundamental darle vida activamente, organizándonos junto a organizaciones, compañeras y compañeros independientes, en el Comando del Anulo que fue la única organización que activamente llevó a cabo una campaña. Saludamos a quienes votaron nulo y blanco, y los llamamos a organizarnos en el Comando, que ahora tiene por tarea asumir la organización de la campaña llamando a votar En Contra este diciembre, y nos oponernos férreamente a un Consejo Constitucional dirigido totalmente por el pinochetismo, y a partidos de gobiernos que han declarado su apoyo a continuar con este fraude. Somos la única alternativa que deberá llamar a quienes votaron por las listas de gobierno, pero ya no están dispuestos a seguir apoyándolos en este fraude, y a quienes votamos nulo blanco o nos abstuvimos.

La existencia de esta alternativa es la más clara muestra de que el espíritu de la rebelión popular de 2019 sigue presente, y que debemos darle forma no sólo electoralmente contra su fraude constituyente, sino como una alternativa política que retome las demandas expresadas masivamente en las calles, la necesidad de transformar profundamente al país en beneficio de los pueblos y la clase trabajadora, solidarizando con todas las movilizaciones y disputándole en todos los escenarios a la ultraderecha y la derecha, así como a sus socios de los partidos que componen el patronal gobierno de Boric.

Opción Anticapitalista
MST
Sección chilena de la UIT-CI