La lucha contra la extrema derecha no es solo una batalla ideológica contra el machismo, racismo, españolismo... porque no se esconden y hacen bandera. Cómo es equivocado intentar aislar a la extrema derecha con un pacto de las “fuerzas democráticas”. Para enfrentarse a la extrema derecha es necesario hacerlo desde la independencia de clase, combatiendo las políticas de los gobiernos que ponen la alfombra a su desarrollo.

Carlos Flores, se había erigido en el protagonista de la política valenciana y, incluso, del debate mediático estatal. Con pasado a la franquista Fuerza Nueva e investido durante años de una aura de experto en derecho constitucional, en 2002 fue sentenciado por violencia psíquica contra su ex mujer.

Ignacio Gil Lázaro, quien tuvo una larga carrera como referente de Alianza Popular y del PP. Afiliado a la formación tardo franquista en 1980, fue miembro del círculo próximo al exalcaldesa de València, Rita Barberá, junto con otros regidores del consistorio como por ejemplo Vicente Igual y Silvestre Senet.

El torero Vicente Barrera, quien se afilió al partido de la gaviota en 2008 para pasarse a UPyD en 2012. Cuatro años más tarde, se integraría en la galaxia política de Vox. Antes de convertirse en referente social de Vox, el torero participó en manifestaciones ultras.

Cristina Seguí nace en València, y después de una breve irrupción en el mundo de la política debida, principalmente, a su actividad contra el nacionalismo catalán y la ideología de género, empieza una frenética actividad en los principales medios de comunicación nacionales a través del periodismo.

Juan García Santandreu

Militó en su juventud en sindicato estudiantil falangista Sindicato Español Universitario (SEDE) y en Falange Española de las JONS, y es expresidente de la fundación Nuevo Valencianismo y de la organización Grupo de Acción Valencianista.

José María Llanos, profesor de Derecho Romano en la Universidad de València, entusiasta del secesionismo lingüístico. Ha destacado durante su trayectoria vital por un activismo ultracatólico, formó parte de la plataforma València Educa en Libertad y ocupó la vicepresidencia de la Federación de Educación y Desarrollo en Libertad, simpatizan con entidades marginales neonazis o con España 2000, un partido de ideología neofascista.

Miriam Turiel, anti catalanista, negacionista de la brecha salarial entre las mujeres y los hombres y revisionista de la memoria democrática, fue delegada a Castelló de la Plana de la plataforma antiabortista Derecho a Vivir y del lobby ultraconservador Hazte Oir.

Ana Vega, con un discurso xenófobo, protagonista de incontables exabruptos a las Cortes Valencianas durante la anterior legislatura y uno de los perfiles más viscerales de la llanura mayor de los ultraderechistas en el territorio valenciano.

Julia Llopis, su activismo ultracatólico se ha combinado en una defensa del negocio de la enseñanza privada y concertado. Llopis llegó a tildar de «comunista» el modelo educativo del ex consejero Vicent Marza (Compromís).

José Luis Aguirre, vocal de mérito de la entidad gestora del centro Grande Asociación ha sido delegado regional de la Asamblea Española de la Orden de Malta, una de las organizaciones que ha practicado una oposición sin tregua al papa Francisco y con una ideología marcadamente conservadora.

David García, antiguo vigilante de seguridad y delegado en las tierras meridionales valencianos del sindicato amarillo impulsado por los de Abascal, ha practicado un lenguaje obrerista para captar votantes de las clases trabajadores en el programa económico de Vox.

Marisa Pérez, presidente de "Defendemos València" que en una entrevista define a la entidad como «apolítica», que nació para «perseguir el catalanismo» y «echar a los catalanistas del Ayuntamiento de València».

Enrique Escamilla líder de Libertadores de València y su Reino (sic), su actividad consiste a denunciar el supuesto plan imperialista catalán para usurpar las señales de identidad valenciana.

Carlos Rodriguez (País Valencià)