La convocatoria a Madrid del 28 de octubre se hizo en un momento político convulso con la formación de un nuevo gobierno, con todos los poderes políticos en contra, con los mensajes del gobierno de coalición (PSOE, SUMAR, PODEMOS, IU, PCE), que con sus constantes globos sonda desmovilizan y con la constante colaboración de las direcciones de CCOO y UGT con el gobierno, más la propaganda de las entidades financieras y los medios.

Aun así, el movimiento pensionista acudió a Madrid a defender el sistema público de pensiones. Pudimos contar con el apoyo de varios comités de empresa, secciones sindicales, movimientos sociales y de algunas figuras conocidas que apoyaron esta movilización. Hemos de resaltar la extensa participación del sindicalismo combativo que sigue apoyando las reivindicaciones del movimiento pensionista.

Esta movilización no es un elemento aislado dentro del movimiento pensionista. Siguen las concentraciones de los lunes al Sol, se hacen campañas en defensa de los derechos frente a los bancos, se sigue haciendo charlas y recogidas de firmas, se sigue apoyando las luchas en defensa de los servicios públicos, al movimiento feminista y a la defensa del medio ambiente, también a Palestina.

No tenemos que dejar de lado el número de manifestantes este 28 de octubre. Es cierto que veníamos de concentraciones recientes en Madrid delante del congreso y la cumbre de Granada, pero sin saber a ciencia cierta el número, la del 28 de octubre ha disminuido la cantidad de manifestantes. Es cierto que cada vez somos más mayores y nos cuesta viajar (en Canarias y Baleares también hubo manifestaciones) que cuesta que los más jóvenes se impliquen en esta defensa de las pensiones y que existe una gran desmovilización de la clase obrera en general. No obstante, nos toca ser imaginativos y proponer formas de acercamiento a estos colectivos.

El ejemplo de los compañeros de Francia nos había dado un plus de fuerza, pero a su vez la no continuación de esas luchas por parte de los sindicatos oficialistas dio también una sensación de derrota al movimiento pensionista nuestro y la imposición por decreto de las medidas contra los pensionistas franceses fue otro jarro de agua fría.

Es necesario enfrentarnos con firmeza a estas políticas, que tienen por objeto garantizar el pago y reducción de la deuda con el aval de las pensiones, a las políticas que intentan desmontar el sistema público de pensiones y por eso es urgente la unificación del movimiento pensionista, dejando de lado los personalismos y afianzar la colaboración con el sindicalismo combativo que es el único que puede entrar en las fábricas, desmontar el mensaje de la debilidad del sistema público de pensiones, explicar la verdad de las reformas de pensiones, la necesidad de salarios y pensiones mínimas que saquen a trabajadores y pensionistas de una pobreza que se extiende entre la clase trabajadora y organizar una respuesta contundente.

Esta firmeza que proponemos debe ser asumida por buena parte de la
clase obrera para que se sienta llamada a movilizarse. Deben ser apoyadas
y discutidas desde la base de los y las pensionistas y decidida desde los
trabajadores y las trabajadoras para que puedan tener éxito.

Pensionistas LI