Tras los resultados de las elecciones gallegas, con la avasalladora mayoría del PP por 5ª legislatura, Sánchez queda grogui mientras no termina de cuadrar el acuerdo con Junts alrededor de la amnistía. Page ya pide “reflexión y rectificación”, aunque no parece que eso haya sido el eje del varapalo del PSOE; por más que un orondo Feijoo lo repita. Los excelentes resultados del BNG que también defiende la amnistía lo desmienten. Por el contrario, parece que los gallegos han castigado sin piedad las políticas del gobierno central y sus acólitos estatales, incluida su hija pródiga Yolanda Díaz y su Sumar, que como Podemos, se han hundido.

Por otro lado, tras la expulsión de Podemos que realizó Yolanda Díaz, y la asunción del PSOE de la cartera de igualdad, el único aporte hasta hoy es la Ley de Representación Paritaria aprobada por el Gobierno el 20 de febrero. Así, se llega a este 8M dividido por el tema trans, en continuidad con el 25N del 2023: PSOE con el Foro de Madrid y Sumar y Podemos con la Comisión 8M. En Catalunya, el PSC no tiene fuerza para esa división y, como otros años, formará cortejo propio, pero en la manifestación unitaria. Nosotras estaremos para defender los muchos motivos que tenemos para luchar, en defensa de Palestina, de las precarias, de las migrantes y contra los discursos de odio contra la mujer y personas LGTBI que hacen la derecha y la extrema derecha.

En política internacional, el gobierno PSOE-Sumar-IU, sigue agrandando la doble vara de medir. Mientras retira embajadora en Moscú por el asesinato de Navalny, la mantiene en Tel Aviv, tras el genocidio de más de 30.000 palestinos masacrados. Sánchez se ha negado a dar apoyo a la denuncia de Sudáfrica, su ministro ha mentido negando el envío de munición a Netanyahu, ha colaborado con los ataques británicos y yanquis contra los huties, … para garantizar la impunidad con que Israel masacra Palestina. Pero en estos días ha votado en la UE la aplicación de sanciones contra Rusia por la muerte de Navalny, mientras que sólo ha pedido a la UE que estudie si la situación en Gaza es incompatible con mantener el acuerdo de comercio preferente con Israel. Para Sánchez y el imperialismo, los crímenes de Putin se evalúan muy distinto a los de Netanyahu.

Las invasiones de ambos centran la atención internacional. En un solo fin de semana, se concentrarán las movilizaciones en defensa de los dos pueblos agredidos: Ucrania y Palestina. El 24 porque se cumplen dos años de la invasión del imperialismo ruso a Ucrania a quien, aunque el imperialismo de EUA y la UE dicen armar, les regatea el material militar necesario para que la heroica defensa del pueblo ucraniano pueda hacer retroceder la agresión rusa. El 25, una nueva convocatoria en 85 ciudades del estado, en defensa de Palestina. Estaremos en ambas, igual que preparando un quinto convoy en la medida que los y las trabajadoras ucranianas sigan resistiendo.

A buen seguro, nos encontraremos con toda la “izquierda” en la de Palestina, pero no en la de Ucrania, ni tampoco en la protesta de los rusos contra la guerra. Así, a esa “izquierda” no le cuesta reconocer en Israel al imperialismo, y en Palestina, un país agredido con derecho a defensa (aunque un sector lo limita a la resistencia no violenta). Pero, desde el principio, todo el neo stalinismo, vertebrado alrededor de Venezuela, se han negado a reconocer el derecho ucraniano a la defensa, ni a llamar a Rusia imperialista, bajo el supuesto enfrentamiento de bloques o campos. En uno estarían los EEUU y todos sus seguidores europeos, del otro Rusia, China y aquellos países que tengan buena relación con Venezuela: como Putin con quien acaban de firmar 16 acuerdos, o con el Irán de los Ayatolahs, con quien firmó 19 el año pasado, o con la Siria del sanguinario Bashar Al Assad de quien fue principal aliado en América Latina y a cambio es el único país latinoamericano que tiene línea aérea regular Caracas-Damasco… Y si algún pueblo se rebela contra esos dictadores, la “izquierda” le da la espalda, e incluso divulga las mentiras del agresor denigrando al agredido, como hizo con la revolución siria o paga con el silencio y el vacío la revuelta de las mujeres en Irán. Niegan a esos pueblos su derecho a defenderse por consideraciones que llama “geoestratégicas”, olvidando absolutamente la lucha de clases. Y así, hacen exactamente lo mismo que el imperialismo: aplicar una doble vara de mediar para dar su apoyo a los pueblos que luchan. Así, dan por buenas las armas estadounidenses -con sus comandos y unidades sobre el terreno- que empuñaron en Rojava los kurdos, pero denuncian las armas también yanquis que piden los ucranianos.

No, los pueblos tienen derecho a defenderse y enfrentar las agresiones y las opresiones, sea cual sea su agresor. Los sectores populares no pueden contar más que con la solidaridad internacional, negarla es, objetivamente, dejar pasar la agresión y debilitar a la víctima. Nosotros no lo haremos, tendrán toda nuestra solidaridad.