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Balance de las elecciones turcas:

Sigue la mayoría islamista, pero debilitada

, 15 de abril de 2009




En las elecciones municipales
del 29 de marzo, el Partido de
Justicia y Desarrollo (AKP, en
sus siglas en turco, partido del
Primer Ministro Tayyip
Erdogan) ha sido el partido
más votado, con el 38,8% del
total, aunque no pudo repetir
sus victorias anteriores (42,6%
en las generales de 2004, y
46,6% en 2007). Por otra parte,
el CHP (Partido Republicano
del Pueblo, nacionalistas de
origen socialdemócrata) con
23,1% y el MHP (Partido del
Movimiento Nacionalista,
extrema derecha) con 16%, no
han alcanzado a su objetivo de
desplazar al partido gobernante.

De un total de 81 provincias,
AKP ha sido el primer o el
segundo más votado en 77, y
en el resto ha quedado en
tercer lugar. En las ciudades
donde se concentran las
industrias, y también donde las
consecuencias de la crisis
económica son más
devastadoras (por ej.
Estambul, Kocaeli, Bursa), la
mayoría optó por AKP. En las
ciudades kurdas, aparte del
DTP (Partido de la Sociedad
Democrática), AKP fue el único
partido que obtuvo voto
significativo. En este sentido, a
pesar de su retroceso, el AKP
ha sabido defender sus trincheras.

En los últimos 6 meses 1,5 millón
de trabajadores han perdido su trabajo.
Decenas de miles de empresas
se han cerrado. No solamente
no hay señales de superación de la
crisis, sino que más bien todo apunta
a su empeoramiento. El hecho
de que AKP conservara su mayoría
se debe principalmente a que sus
alternativas (CHP y MHP) no pudieron
convencer a los votantes de que
ofrecían una ruptura de las políticas
neoliberales del gobierno. Además,
según los actuales resultados, si la
barrera de 10% se mantiene en las
próximas generales, muy probablemente
el AKP saldrá otra vez como
mayoría absoluta.

El CHP, que lleva más de 6 años
criticando al gobierno por corrupción,
fundamentalismo, y de maquinar
calumnias y juicios contra los
laicos y nacionalistas, intentó convertirse
en el punto de convergencia
de toda la oposición contra el
gobierno. No obstante, no pudo incrementar
sus votos más que 2,3%
y luchó simplemente por quedar
como el primer partido de oposición.

El CHP en estas elecciones
queda borrado en las provincias
kurdas y arrinconado en las grandes
ciudades del oeste. Parece más
un partido regional que nacional.
Por eso, la oposición que quiere
una ruptura radical de las políticas
del gobierno puede, en un futuro
próximo, cambiar su rumbo hacía
el MHP, que se está consolidando
silenciosamente. No obstante, el
MHP aún no se presenta como una
alternativa real y creíble al gobierno
por su programa y discurso semifascista.
Aún no es capaz de extender
su apoyo popular a las capas
obreras de las provincias más
grandes y determinantes, tanto en
la vida política como en cualquier
elección. Por otra parte, tanto la burguesía
como la burocracia militar y
civil no ven al MHP como un partido
que pueda representar un consenso
entre las elites dirigentes para poder
liderar el Estado. El MHP intenta, por
el momento, sustituir al CHP como
el primer partido de oposición.

Sin embargo, la extensión de las
consecuencias de la crisis actual que
está destruyendo sectores sociales
y provocando acumulación de rabia
y desesperanza, junto a la falta de
una alternativa de izquierdas que
ofrezca un cambio radical en las
políticas neoliberales del gobierno,
puede colocar al MHP en una posición
que le abriría nuevas perspectivas
para luchar por el gobierno. El
MHP había recogido el 17,7% de los
votos en las generales de 1999, y el
10,4% en 2004; y ahora, con el 16%
del sufragio, otra vez se ve capaz
de movilizar sus bases pequeñoburguesas
y nacionalistas para amenazar
la supremacía del partido islamista.

Valorándolo en función de los objetivos
fijados para las elecciones,
el partido con más éxito ha sido el
DTP que conservó todas sus alcaldías
en Kurdistán derrotando al AKP
en varias otras ciudades como Van.
El AKP, que había puesto en marcha
toda la maquinaría del Estado
para ganar en la capital del Kurdistán
(Diyarbekir), no solamente no lo logró,
sino que perdió votos en el conjunto
del sureste del país. Todos los
partidos nacionalistas y el gobierno
que convirtieron las elecciones de
29M en un referéndum para descalificar
el DTP, salieron derrotados.

AKP obtuvo menos de la mitad de
votos que el DTP en Kurdistán, y
DTP, ganando 58 alcaldías en la
zona, ha sido el ganador indiscutible.
Lo más lamentable de estas
elecciones ha sido la falta de una
alternativa obrera y popular que pudiera
exigir las necesidades y demandas
de los trabajadores ante la
crisis económica y contra las políticas
de la burguesía. La izquierda
no pudo construir una plataforma
que se pudiera presentar como una
fuerza que se opone seriamente a
los islamistas y nacionalistas. Aparte
de algunas pequeñas alcaldías
donde los candidatos unitarios sacaron
algún voto destacable, la alternativa
obrera y popular ha perdido
en los escrutinios.

Sin embargo, la izquierda pudo y
puede hacerlo mucho mejor. Las
movilizaciones que se están extendiendo
entre la clase obrera contra
las políticas del gobierno y la patronal
forman la base desde donde la
izquierda pueda construir la alternativa.
El próximo periodo será clave
para esta tarea para los socialistas
revolucionarios.

Oktay Benol

Frente Obrero. Turquía

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