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La lucha por la construcción de un partido revolucionario hoy

Moreno: 20 años después

Josep Lluis del Alcazar, febrero de 2007




El 17 de febrero se realizó en Barcelona un acto de homenaje a Nahuel Moreno. El acto sirvió no sólo para recordar la lucha incasable de quien fue fundador de nuestra corriente internacional (ver suplemento en LI 76) sino para abordar la realidad actual y las dificultades que tenemos para construir un partido revolucionario internacional.

Veinte años después de su muerte, la LIT-IV Internacional es una organización mucho más debilitada numéricamente de lo que era en los últimos años de la vida de Nahuel Moreno. Se impone un balance que explique los motivos de esa reducción de fuerzas en torno a la LIT y que ayude a proyectar el futuro de su construcción. Hay quien explicaría lo ocurrido como producto de la muerte de Moreno, del mismo modo que explican la degeneración estalinista por la muerte de Lenin, o la crisis de la IV Internacional en la posguerra por el asesinato de Trotsky; pero esta forma de explicar la historia por el peso de los dirigentes no es la nuestra.

Ciertamente la política la acaban haciendo mujeres y hombres de carne y hueso y la pérdida de grandes dirigentes debilita la capacidad de los partidos de responder en momentos difíciles.

Pero lo determinante son esos sucesos, y en este caso los que llegaron tras la muerte de Moreno.

Restauración y revolución política

El último tiempo de su vida lo dedicó Moreno a impulsar un acuerdo con el WRP que permitiera a la LIT-ci tener una presencia en Europa, consciente de que ese continente estaba en el centro de la lucha de clases mundial. Moreno murió en enero del 87. En el 85 Mijaíl Gorbachov había sido elegido secretario general y en abril presentaba la perestroika ante el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Que el texto hablara de democratización y de profundizar el socialismo, levantó falsas esperanzas.

El SU de la IV Internacional aplaudió la iniciativa, pero no fue ésta la posición de la LIT, que vio en la perestroika la decidida actuación de la dirección burocrática rusa para restaurar el capitalismo en la URSS.

Efectivamente, desde arriba y después de haber esquilmado el país para mantener sus privilegios y haberlo desangrado con una represión interminable, la burocracia estalinista se disponía a convertirse en nuevos propietarios de los ingentes recursos de la URSS. Pero la perestroika formaba parte de una contraofensiva reaccionaria que se inició a principios de los 80.

A finales de los 70 el movimiento de masas estaba en alza, perduraba la derrota de los EE.UU. en Vietnam, el ascenso alcanzaba de lleno a Europa y se producían los procesos revolucionarios de Nicaragua e Irán. En el Este europeo y la URSS crecía el movimiento antiburocrático, en la orientación de la revolución política que había definido el trotskysmo: para echar a la burocracia contrarrevolucionaria del poder y defender el carácter social de la propiedad.

Los ojos de la clase obrera internacional se giraron hacia Polonia, donde un sindicato, Solidarnosc, contaba con diez millones de afiliados y ponía en cuestión el poder de la burocracia.

En la dirección de Solidarnosc, la izquierda revolucionaria pugnaba con el imperialismo y la iglesia.

Edmund Baluka el dirigente indiscutible de los levantamientos del 70 era ya militante trotskysta y participaba de esa izquierda revolucionaria frente a Lech Walesa, el hombre de la Iglesia. Pero un golpe de estado en 1981 dirigido por Jaruzelski, con el apoyo del Kremlin y el beneplácito del imperialismo americano y europeo, cortó ese proceso e ilegalizó Solidarnosc.

Hubo fuertes resistencias, Walesa fue a prisión, pero desde el primer momento y mientras las fuerzas represivas se empleaban a fondo contra los activistas obreros, se empezó la transición pactada... hacia la restauración capitalista. En esa transición Walesa iba a jugar un destacado, pero Solidarnosc ya no volvió a ser lo que era.

Contraofensiva imperialista

La derrota de Solidarnosc en Polonia en 1981 cerraba un periodo de ascenso del movimiento de masas.

El imperialismo, con la ayuda inestimable de la burocracia estalinista ya decidida a la restauración capitalista, retomaba el timón de la lucha de clases mundial e imponía una fuerte contraofensiva: la llamó globalización, o también se la conoce como neoliberalismo, con Reagan y Thatcher como principales impulsores, pero que fue aplicada por gobiernos de todos los colores contra los trabajadores.

Dentro de esa ofensiva se encuentran los planes de restauración en los regímenes estalinistas, impulsados a menudo de forma conjunta y pactada entre burocracia estalinista e imperialismo, como fue el caso de Gorbachov y la perestroika.

Los movimientos de masas en la URSS y el Este europeo (Berlín 53, Hungría 56, Polonia 56, Checoslovaquia 68, Polonia 70 y 80) habían tenido un carácter eminentemente socialista, además de antiburocrático, con la clase obrera en un lugar central del mismo. Tras la derrota de Solidarnosc, los movimientos antiburocráticos que siguieron en el Este, incluida la caída del muro de Berlín (89), albergaban ya esperanzas en la “democracia” en sentido burgués e ilusiones en el restablecimiento de la economía capitalista.

La juventud y sectores de las clases medias ocuparon el centro de la escena. Sin embargo y a pesar de que esos movimientos no enfrentaban directamente el proceso de restauración capitalista, acabaron con el odiado régimen estalinista que lo imponía.

La ofensiva política imperialista se completó con una campaña ideológica reaccionaria, apoyada por la iglesia, la socialdemocracia y el estalinismo reconvertido: “no hay otro sistema posible que el capitalista” y que a lo más que se puede aspirar es a la “democracia parlamentaria”.

El discurso caló, ayudó a desmoralizar a millones de trabajadores y permitió lo que en la LIT hemos denominado “un vendaval revisionista” que golpeó todas las corrientes revolucionarias. En la LIT, dirigentes de años de tradición encabezaron procesos de revisión del programa, de los fundamentos del marxismo revolucionario, ... La LIT estalló en cinco trozos, y el núcleo que resistió programática y políticamente quedó agrupando un 25% de las fuerzas con que contaba a la muerte de Moreno. Para el trotskysmo, el objetivo de estar en la dirección de los movimientos antiburocráticos que podían desembocar en una revolución política en la URSS y el este era una cita con la historia para la que se había preparado desde su fundación. Los hechos pasaron por encima del trotskysmo y esto se paga caro.

Reconstruir la IV Internacional

Sin embargo todas las falsas ilusiones en el capitalismo pronto se desvanecieron en la URSS y en el Este. El proceso de restauración del capitalismo está dejando allí un escenario de hambre y destrucción, el mismo que extiende por África y otras zonas enormes del planeta.

Bajo esa realidad la presión sobre los trabajadores de los países imperialistas empuja a retroceder una y otra vez al dictado del aumento de la plusvalía empresarial.

El capitalismo está mostrando su faceta de régimen de sobreexplotación, la rapiña imperialista se muestra más que nunca hoy en las calles de Bagdad o en Afganistán. El marxismo continúa dando las claves para comprender la realidad y el socialismo no sólo es posible como alternativa sino que es más necesario que nunca.

El balance del pasado periodo no se puede cerrar todavía: se han debilitado las fuerzas que empujan hacia la revolución socialista y entre ellas, la LIT. Sin embargo la ofensiva imperialista da muestras de agotamiento, Irak se empieza a convertir en un nuevo Vietnam para las tropas norteamericanas, en América Latina hay un alza del movimiento de masas con varios estallidos revolucionarios.

En ausencia de una dirección revolucionaria, otros encabezan el movimiento de masas que resiste las embestidas del capitalismo imperialista: en el mundo árabe el antiimperialismo acrecienta el integrismo islámico reaccionario, en América Latina los Lula, Chávez, Evo presentan sus proyectos conciliadores e innovadores que se estrellan contra los dictados imperialistas y acaban subordinándose a ellos. En Europa occidental sus máximos exponentes son el altermundismo y el negrismo.

Impulsar la LIT que dejó Moreno y convertirla en un motor para la reconstrucción de la IV Internacional sigue siendo la mayor y más importante de nuestras tareas. La derrota del estalinismo, el mayor aparato contrarrevolucionario de control que ha soportado la clase obrera internacional, abre nuevas perspectivas a esa batalla, aunque la pasada experiencia estalinista dificulta ver que el socialismo es no sólo necesario sino posible, y ha generado la resistencia a organizarse y construir un partido.

Hoy la clase obrera y la juventud tienen una mayor conciencia de la dimensión internacional de su lucha y están alerta contra la aparición de nuevas direcciones burocráticas.

Saludo del SI de la LIT-CI al Acto homenaje en el 20 aniversario de la muerte de Nahuel Moreno

Sao Paulo 13 de febrero de 2007

Caros compañeros de Lucha Internacionalista y demás presentes en el Acto

Este año de 2007 nosotros estamos homenajeando a nuestro fundador y dirigente histórico Nahuel Moreno a los 20 años de su muerte. Y puede ser que a algún militante o activista que no conozca su obra, apenas lo entienda como una demostración del respeto a su trayectoria de vida militante.

Pero para nosotros es mucho más que eso que y lo queremos transmitir a este Acto. Es que las lecciones que dejó Moreno a la LIT nos ayudan a orientar nuestra militancia y nos diferencian hoy día de todas las corrientes que se reivindican marxistas revolucionarias o trotskistas Hay muchas las lecciones que podríamos extraer de la obra de Moreno, pero señalaríamos tres: 1. que el movimiento trotskista, que pasó varias décadas en la marginalidad ya que la IV Internacional se fundó “remando contra la corriente”, en el apogeo del estalinismo, necesitaba ir al encuentro de las masas. Pero ir al encuentro de las masas en el marco del programa trotskista, no adaptándose a las direcciones existentes.

Esta es una lección que continúa actual, en otro momento histórico, donde ya el estalinismo entró en colapso, pero sigue necesario buscar el camino de las masas.

2. Ser fiel a la clase obrera, sus intereses y sus luchas. No buscar atajos ni otros sujetos sociales que la reemplazaran. Como dijo Moreno en su último trabajo: “Nosotros aspiramos que sea la clase obrera la que verdaderamente llegue al poder, por eso queremos dirigirla”.

También esa cuestión es extremamente actual, cuando muchos marxistas y hasta trotskistas vuelven a buscar como guías a sectores o liderazgos y corrientes ajenos a la clase obrera, nosotros mantenemos nuestra confianza en la clase obrera y luchamos por su poder Y la tercera lección y la que es un marco divisorio entre nuestra LIT y muchos sectores que se dicen trotskistas: que la tarea clave es superar la crisis de dirección revolucionaria. Que reconstruir la IV Internacional es nuestro objetivo estratégico.

Al contrario de algunas corrientes que se autoproclaman la IV u otros que la posponen para un futuro cuando haya partido con influencia de masas, esa es para nosotros una tarea actual y a la cual dedicamos nuestros más grandes esfuerzos. Creemos que estos esfuerzos empiezan a verse correspondido con la aproximación y incorporación de organizaciones y sectores que también buscan la construcción del partido revolucionario mundial como el PST de Colombia, y el PdAC de Italia. Si en el próximo periodo avanzamos en esta tarea estaremos haciendo honor al titulo de morenistas, con el cual sólo queremos decir que somos trotskistas hoy. Ese será nuestro mejor homenaje, práctico, no sólo a Moreno sino a todos los revolucionarios que dieron lo mejor de sus vidas para que la Internacional viva. Les deseamos un muy buen Acto

Viva la LIT-CI

Viva la IV Internacional

Moreno Vive!

SI de la LIT-CI