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Doble motivo para luchar

Ser mujeres y trabajadoras

Anna Morelló, Marga Olalla, Carme Álvarez, 30 de octubre de 2009




Los días 5, 6 y 7 de diciembre se celebrarán en Granada las Jornadas Feministas Estatales y, desde Barcelona, organizado por la red feminista http:// www.feministas.org/, saldrá un tren hacia esa ciudad con las mujeres catalanas que participaremos. Los ejes en los que se estructurarán los debates son cuatro: 1) Identidades fronterizas. Futuros y activismos feministas. 2) Cuerpos y sexualidades. 3) Trabajos, cuidados, crisis y acción feminista. 4) Nuevas representaciones / Nuevos contextos. Para ver en directo y tener contacto con lo que se debate en el mundo feminista, y animadas por una compañera, tres de nosotras del grupo de “Dones”, nos inscribimos y decidimos participar activamente con la preparación de una ponencia que esperamos debatir, en Granada, en el punto 3, sobre los ejes trabajo y crisis. Reproducimos nuestra aportación al debate.

Sobre la crisis económica

Se está viendo una disminución del gasto diario de las familias trabajadoras en las compras en el comercio en general (5,5% interanual en agosto del 2009) y en las grandes superficies, donde el índice de ventas en Cataluña a precios corrientes registró en el 2008 un decrecimiento del 5,6% en un año. Al mismo tiempo la ocupación en el comercio, siendo un sector ocupado mayoritariamente por mujeres, ha decrecido un 4%.

En cuanto al paro destacamos el aumento registrado en la construcción donde se ocupaban una parte importante de trabajadores procedentes del Magreb que consiguieron traer a sus familias mediante el reagrupamiento familiar. Aunque ellos tengan permiso de trabajo, no lo pueden tener sus mujeres que se quedan en casa y, en una situación de crisis como la actual, la dificultad de conseguir un empleo pone aun en peores condiciones a estas mujeres inmigrantes, agravadas por el recorte de los servicios sociales y aumentando el riesgo para ellas.

A la construcción le siguen todas las grandes empresas, pero por cada empleo que se pierde en una gran empresa se cierran pequeñas fábricas y talleres que dejan en la calle a un gran número de trabajadores y trabajadoras. Así, el número de deudores concúrsales en Cataluña durante el segundo trimestre del año 2009 ha sido de 413, cantidad que se traduce en un aumento del 195% respecto al año anterior. El número de empresas concursadas se ha incrementado un 181,7%. Por tipo de concurso, en el 199,3% de los casos se trata de concursos voluntarios.

En España, se ha registrado un incremento de procedimientos concursales (173,7%), y es también el concurso voluntario el que presenta el aumento más significativo (181,5%), si se compara con el mismo periodo del 2008.

La población ocupada en la industria en Cataluña, en el segundo trimestre del 2009, fue de un 18,6% menos que un año atrás. En España, en el mismo periodo, ha habido un 13,7% menos de población ocupada en la industria.

Igual que en la crisis de principios de los 90, se produce una destrucción de empleo industrial que ya no se vuelve a recuperar y que es substituido, en el mejor de los casos, por empleo precario en el sector servicios.

Los trabajadores y trabajadoras inmigrados son el sector de la clase más afectado por la crisis. Son uno de cada tres parados y paradas, según la EPA, y su tasa de paro es casi el doble (28%) que la de los autóctonos. El paro es para estos compañeros y compañeras una doble condena, ya que para muchos y muchas puede suponer volver a la ilegalidad si, cuando tienen que renovar los papeles, no han cotizado lo suficiente. Además se calcula que hay, como mínimo, 900.000 trabajadores y trabajadoras sin papeles, sometidas a una brutal sobreexplotación.

Evolución de la incorporación de la mujer en el mercado laboral

La situación laboral de la mujer hoy es el resultado de todo el proceso que ha representado su incorporación a la vida laboral. Desde el momento en que la mujer se incorpora a la vida laboral ya lo hace en peores condiciones. Esto es una consecuencia directa del capitalismo en sus formas patriarcales.

La discriminación laboral de la mujer tiene su base en el ideal del "salario familiar" (bandera de los grandes sindicatos -tanto la CIO como la AFL-) que implicaba que el sueldo del hombre debía cubrir el valor de los gastos de la familia. Y aunque tras la Depresión fueron muchas las mujeres que se vieron empujadas a buscar trabajo por el desempleo de sus maridos, la ideología dominante -incluso entre ellasllevaba a considerarlo, no una emancipación sino una "desgracia" debido a que no se había alcanzado el ideal del salario familiar.

Implícitamente significaba que si el sueldo del hombre equivalía al necesario para toda la familia, el de la mujer sería "complementario".

Esa desvalorización como "segundo sueldo” hacía que los puestos de trabajo mayoritariamente cubiertos por mujeres, establecieran sueldos más bajos y que incluso por un mismo trabajo, el salario fuera menor.

Esta discriminación laboral que se mantiene vigente, no es una historia de principios del siglo XX. Actualmente, por desarrollar el mismo trabajo, las mujeres reciben de media un 30% menos salario y difícilmente acceden a puestos de responsabilidad aunque cada día es mayor el número de universitarias y de mujeres bien preparadas. Incluso en el sector servicios las mujeres ocupan, de manera casi exclusiva, los puestos de trabajo menos considerados social y económicamente.

En todo este proceso, la mujer siempre se ha visto en la situación de tener que compaginar su actividad laboral con su situación familiar.

Así pues, la atención a las cargas domésticas, ha condicionado que éstas acepten jornadas a tiempo parcial, contratos temporales y a menudo la inestabilidad y el alejamiento del mercado laboral por la maternidad o la atención de la infancia y las personas dependientes. En ningún momento han contado con los recursos sociales que le permitan una incorporación en las mismas condiciones que los hombres. La inestabilidad en la cotización a la seguridad social repercutirá negativamente en las futuras pensiones.

En situaciones de crisis como la actual, se destruyen puestos de trabajo en el sector industrial y los que se pueden crear de nuevo son en el sector servicios. Este cambio en el perfil de los posibles puestos de trabajo lleva emparejado un cambio en las posibilidades de quién los puede ocupar. Si una mayor industrialización conlleva un incremento de ocupación de mano de obra masculina, una terciarización de la economía, con una mayor precarización de los nuevos puestos de trabajo, lleva a un mayor incremento en las posibilidades de la incorporación de la mujer al mercado laboral. Esta situación ha configurado un marco en el que se ha dado una sobreexplotación de la mano de obra femenina.

Aumento del paro y repercusión en el mercado laboral para la mujer.

El capitalismo ha utilizado, a través de la historia, el ejército femenino de reserva en momentos de crisis y guerras, y ahora vuelve a suceder. Al mismo tiempo que desaparecen las bolsas de trabajo indefinido y los sueldos por encima del Sueldo Mínimo Interprofesional (SMI) –derechos adquiridos como fruto de las luchas obreras del siglo pasado– aumenta el trabajo vulnerable o basura que ocupa, mayoritariamente, a las mujeres: trabajo temporal, a tiempo parcial y con sueldos de miseria. Las familias y las mujeres trabajadoras recibimos todo el sufrimiento que comportan las recesiones de este tipo.

Sobre el paro (1) : El número de personas paradas inscritas en las oficinas de ocupación de Cataluña en septiembre del 2009 ha sido de 531,4 millares de personas, un incremento del 50% respecto a septiembre del 2008. Por sexo, en términos interanuales, el paro masculino ha crecido un 62,2% y el paro femenino un 38,4%. El paro de los y las menores de 25 años ha aumentado un 45,1% respecto a septiembre del 2008. En España, el número de parados y paradas muestra un incremento interanual del 41,3%.

En el periodo enero-septiembre del 2009, el paro r e g i s t r a d o crece un 60% en Cataluña y un 49,1% en España, si se compara con los nueve primeros meses del 2008. La población desocupada ha experimentado un incremento interanual del 105,5% y una tasa de paro del 15,88% de la población activa. Por sexo, en el caso de las mujeres paradas era de un 14,66% y el de los hombres parados de un 16,85%. Y en España el paro era del 18,31% para las mujeres y el 17,62% para los hombres. Por grupos de edad, la tasa de paro más elevada fue la de 16 a 24 años (36,42%).

La primera lectura de estas cifras puede llevarnos a un análisis erróneo. Si sólo nos fijamos en ellas podríamos llegar a la falsa conclusión que hay menos mujeres que han perdido su trabajo y están en el paro. Para poder analizar la realidad de la pérdida de empleo hemos de hacerlo contabilizándolo de acuerdo al perfil del puesto de trabajo que se ha perdido. El fuerte incremento de paro masculino es debido a la paralización en la construcción y con los EREs y cierre de empresas, muchas de ellas del metal con un elevado porcentaje de mano de obra masculina. Incluso en el sector del metal, las mujeres ocupan los puestos de montaje de componentes con sueldos más bajos y peores condiciones de trabajo.

En el sector industrial se han perdido, además, muchos puestos de trabajos estables y con contratos indefinidos que en este momento están cobrando el paro. En estos sectores la mano de obra femenina es minoritaria. El empleo femenino se da principalmente en el sector servicios, mucho más precarizado desde hace tiempo.

Sobre la actividad laboral y la ocupación (1): El número de personas activas en Cataluña, en el segundo trimestre del 2009, ha sido de un 1,3% menos que el mismo trimestre del 2008. La tasa de actividad se ha situado en el 62,39%.

En cuanto a la ocupación hay un 10,1% menos de personas ocupadas, que un año atrás y la tasa de ocupación se situó en el 52,48% de la población activa. En España, la tasa de actividad fue de un 60,06%, la de ocupación de un 49,29% y la de paro se situaba en el 17,92% de la población activa.

Es decir, a pesar de que las mujeres tienen en muchas ocasiones un trabajo basura, hay una considerable diferencia entre mujeres ocupadas (46,31%) y hombres (58,89%), en el segundo trimestre de 2009. En las mismas fechas, en España, las mujeres ocupadas eran el 42,11% y los hombres el 56,75%.

Las mujeres seguimos llenando las bolsas del paro.

Por sectores, se observa que en Cataluña el sector servicios recoge el 65,4% de la ocupación. En el caso de las mujeres, la ocupación en los servicios recoge el 83,3% del total.

Considerando ambos sexos, el 21,4% de la población ocupada trabaja en la industria, el 11,4% en la construcción y el 1,7% en la agricultura.

Un porcentaje importante de mujeres que trabajan en el sector servicios ocupan los puestos de trabajo más precarizados como son: la limpieza de edificios o en los domicilios; el cuidado de personas mayores o dependientes en el domicilio; o en los servicios sociales privatizados; en el sector turismo; en la restauración; dependientas de comercios, hornos, etc. Puestos de trabajo que se caracterizan por salarios bajos, contratos temporales y a tiempo parcial y en condiciones laborales ínfimas. Es en estos sectores tan feminizados donde están ocupadas mayormente las mujeres inmigrantes.

Hay que tener en cuenta que los porcentajes anteriores se refieren a aquellos puestos de trabajo que están declarados y por tanto quien los ocupa tiene un contrato. Muchas mujeres inmigrantes no están contabilizadas en las estadísticas, ya que forman parte de las trabajadoras y trabajadores sin papeles existentes hoy en nuestro país, producto de una ley de extranjería que regula y permite vivir en situaciones indignas a miles de trabajadoras y trabajadores venidos de otros países en busca de un medio de vida digno. Huyen de sus países, en donde las grandes multinacionales del imperialismo (incluido el nuestro) han arrasado sus riquezas naturales, y sus formas de desarrollo propias. Cuando llegan al llamado primer mundo, las dificultades para conseguir los papeles, condena a estas trabajadoras, con independencia de su preparación y experiencia laboral, a buscar trabajo en los sectores más precarizados de la economía como es el servicio doméstico, el cuidado de personas mayores y/o dependientes, los talleres clandestinos, el trabajo de montaje en el propio domicilio, que tienen de común denominador el que no están declaradas ni aseguradas.

Con ello, sin un contrato ni un convenio colectivo a partir del cual defenderse, la indefensión legal les imposibilita denunciar las situaciones de precariedad y vejaciones que se dan en el mundo laboral por miedo a descubrir su situación de ilegalidad y ser expulsadas.

Evolución de los salarios y sector servicios

En momentos de crisis como el actual, una forma que tiene el gran capital para seguir manteniendo su tasa de beneficios, es disminuir los salarios en aquellos trabajos que no puede deslocalizar.

Como ya hemos analizado, para mantener sus beneficios en el sector industrial, optan por la deslocalización de las fábricas, con el cierre parcial o total de las instalaciones en nuestro país y con el correspondiente incremento del paro. En los procesos de negociación consigue que los trabajadores y trabajadoras acepten bajar sus sueldos y empeorar las condiciones laborales bajo la amenaza del cierre total.

Pero los servicios no se pueden deslocalizar, para ello es necesario “deslocalizar” la mano de obra con la contratación (o trabajo sumergido) de personas inmigradas.

Zapatero sigue los pasos de Berlusconi y de Sarkozy, en la línea de la Europa-fortaleza, que busca condenar a los recién llegados a la clandestinidad para generar una bolsa de reserva de trabajadores y trabajadoras dispuestas a aceptar cualquier precio para presionar a la baja las condiciones de trabajo de todos y todas. En sectores como la construcción, hostelería, trabajo doméstico, etc. se utilizan los trabajadores y las trabajadoras inmigradas trabajando, en Europa, en las condiciones de sus países de origen. Es el caso de las personas sin papeles, pero también de muchos trabajadores y trabajadoras regularizadas que no tienen contrato, o de aquellos y aquellas que, en virtud de las directivas europeas, llegan para trabajar bajo condiciones de convenio de su país de origen, generando conflictos y divisiones como las huelgas británicas de febrero de 2009.

Situación de las familias

Con este paro generalizado, la pobreza está invadiendo las familias trabajadoras que tienen que depender del sueldo miserable de las mujeres.

Las familias monoparentales que tienen una mujer al frente y las mujeres que viven de una pensión de viudedad han pasado o pasarán pronto a engordar las bolsas de pobreza.

Además, las jornadas interminables de muchas de ellas que se esfuerzan en llevar a casa un sueldo repercuten en su salud. En la ciudad de Barcelona la percepción de tener una mala salud es más del doble en las mujeres que en los hombres.

En el 2007, en el 33,3% de los hogares catalanes con dificultades para llegar a final de mes estaba una mujer al frente del hogar, mientras que cuando era un hombre esta cifra se reducía a un 23,3%.

Y para paliar esta situación el gobierno no opta por aplicar políticas sociales contra la crisis. Al contrario, nos hace pagar la crisis a los trabajadores y trabajadoras, ya que el dinero de nuestros impuestos lo destina a ayudar a empresarios y banqueros a la vez que nos dice que tenemos que ahorrar y ajustarnos el cinturón. Paro, congelación salarial, sueldo de miseria, temporalidad, etc. forman parte del paquete de medidas gubernamentales y patronales contra la clase trabajadora.

Situación de la mujer

Aparte de la explotación en el ámbito laboral, la sociedad capitalista y patriarcal engendra violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico y también la explotación sexual. Estos dos fenómenos aumentan paralelamente a la crisis económica, y con ella la pobreza de las mujeres, que son víctimas y no tienen recursos para salir de situaciones que las tienen prisioneras y esclavas.

* Sobre el aborto El anteproyecto de ley del aborto, que está siendo acechado por el fundamentalismo religioso y el negocio privado, está en la picota. Y si la futura ley no garantiza nuestra capacidad para practicar libremente y en establecimientos públicos el aborto, será otro golpe más en el retroceso de las garantías de la salud y la integridad y en el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sobre su sexualidad, derecho inalienable que el capitalismo y el patriarcado ven como un atentado al orden por ellos establecido.

* Sobre la Ley de extranjería (Sobre la Ley de extranjería y las medidas de la Contrarreforma que prepara el PSOE nos remitimos al artículo anterior publicado en LI sobre este tema.) Sectores como el de servicios, especialmente el servicio doméstico y el cuidado a las personas, ocupado mayoritariamente por trabajadoras emigrantes, antes fueron, como hoy lo son, sectores desvalorizados, con salarios siempre muy inferiores a cualquier rama de producción o servicios ocupados mayoritariamente por hombres. Hoy son sectores donde la mujer trabajadora emigrada está garantizando con un salario de subsistencia el mantenimiento de la familia.

* Sobre la Ley de dependencia La aplicación de la Ley de dependencia con políticas de cheque y limosna repercute sobre las mujeres trabajadoras y nos hace más vulnerables al sentimiento de culpa.

Esas políticas de cheque son una carga para la economía del estado ya que suponen pasar a manos de las empresas privadas o concertadas que gestionan los geriátricos y residencias toda una serie de recursos económicos que, si se dedicaran a la inversión pública de centros de atención, cuidados, residencias y geriátricos de gestión pública, serían un bien para la comunidad y una inversión para el futuro de las clases trabajadoras. No habiendo recursos y plazas públicas suficientes para el cuidado de las personas mayores y dependientes continúa recayendo la responsabilidad sobre las mujeres. Los sueldos que establece la Ley para cuidar a las personas dependientes en el entorno familiar es otra forma más de esclavitud para las mujeres porque nos recluye aun más en el ámbito privado.

Situaciones que benefician a las patronales, a los propios gobiernos, y al nuestro que se jactó de poner en marcha la ley para dar apoyo a la dependencia y lo hace con las premisas, hoy más que nunca, del mínimo coste. Miles de trabajadoras trabajan al servicio de la administración para el cuidado de las personas a través de empresas privadas -incluidas multinacionalesque se permiten beneficiarse una vez más de las necesidades básicas de miles de trabajadores y trabajadoras cuando ya no podemos ser productivos. Como también de las trabajadoras que garantizan la calidad de vida de las personas cobrando salarios mínimos y en condiciones laborales deplorables, (horarios de rotación, flexibilidad, falta de reconocimiento profesional, etc.). El gobierno cuenta con que una parte importante de su responsabilidad, no ejercida a pesar de sus compromisos concretados en leyes, se resolverá por el contratante, directamente con la trabajadora, en un sector en el que se encuentran miles de trabajadoras emigrantes sin papeles. Las miles de trabajadoras sin papeles carecen de contrato laboral.

* Sobre la prostitución Otra de las situaciones más denigrantes que padecen un gran número de mujeres, en especial en los últimos años las mujeres emigrantes, es que se encuentran ante la necesidad de subsistencia propia y de la familia de aquí o del país de origen y esa necesidad las lleva hacia una sobreexplotación y una vejación, obligadas por los chulos o las mafias de la prostitución. Una situación que los gobiernos no están dispuestos a resolver determinando sólo medidas de criminalización de las mujeres. Hacen falta políticas gubernamentales de erradicación de las mafias y regularización de las mujeres esclavizadas con propuestas de ocupación dignas, como también para las mujeres que por no tener un salario suficiente para cubrir sus necesidades básicas han determinado prostituirse.

* Sobre la conciliación laboral, el divorcio, etc.

En un país como el nuestro que posee legislación sobre esas materias, las situaciones de precariedad laboral convierten a las diferentes leyes de conciliación laboral, del divorcio, etc. en una falacia.

Cuando las trabajadoras estamos obligadas a trabajar en sectores altamente precarios, realizando horarios amplios o dobles jornadas, el derecho a la conciliación familiar hoy sólo pueden ejercerlo un sector cada vez más minoritario de los trabajadores y las trabajadoras.

También se hace cada vez más difícil divorciarse; una de las grandes conquistas en nuestro país tras 40 años de represión y sometimiento a los mandatos de la iglesia respecto al matrimonio, hoy más que nunca las condiciones de vida de la clase trabajadora no permiten a las mujeres u hombres determinar las relaciones maritales que desea mantener. La realidad concreta y la imposibilidad de subsistencia vuelve a obligar a miles de parejas a mantener el núcleo familiar, digamos que impuesto por las circunstancias económicas.

Hoy más que nunca es necesario retomar viejas reivindicaciones para las mujeres • Reparto del trabajo para trabajar todos y todas • Disminución de la jornada laboral para el conjunto de trabajadoras y trabajadores • Por un salario digno: SMI 1200 • Derogación de la ley de extranjería.

• Revalorización profesional y económica de las supuestas profesiones feminizadas: igual salario para trabajo de igual valor • Condiciones laborales y profesionales dignas como única garantía para ejercer una verdadera conciliación familiar • Servicios públicos de calidad.

• Garantía de escuelas públicas y gratuitas de 0 a 16 años • Servicios públicos y gratuitos de cuidados y atención a las personas.

• Empleo público directo en la atención a las personas.

• Plan de vivienda pública.

• Derogación de la ley del aborto • Aborto libre y gratuito.

Barcelona, 30 de octubre de 2009

Grupo Mujer de LI

Anna Just Morello, Carme Álvarez, Marga Olalla

(1) Fuente: Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat)

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