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Sáhara

El imperialismo marroquí al servicio de los gobiernos occidentales

, 14 de noviembre de 2010




Transcribimos el artículo de Tomás Callau –autor del libro El Sàhara Occidental. Història i actualitat
d’un poble
. Col. Descoberta. Llibres de l’índex, Barcelona, 2004- sobre la masacre marroquí en el
Sàhara del mes pasado. Su conocimiento de la situación, a pesar de que tengamos diferencias -como
sobre la valoración de la política de la ONU-, hace sobradamenete interesante el análisis y los datos
que aporta.

Los hechos de Gdeim Izik de esta
semana no nos pueden sorprender.
Nos pueden indignar pero no nos
pueden sorprender.
Para entender la situación no
hace falta explicar los hechos históricos,
pero si hace falta recordarlos
para que nadie se equivoque (un
imperialismo marroquí centrado en
el objetivo de un «gran Marruecos»
en el norte de Africa, Acuerdos
ilegals de Madrid en 1975 en contra
de la línea de trabajo de la ONU,
ocupación militar marroquí del Sáhara
Occidental, represión, bombardeos
sobre la población civil,
exilio de casi 200.000 personas…).

Tampoco hace falta explicar, pero
sí recordar la ilegalidad
en la que han actuado
los diferentes
gobiernos marroquíes
apoyados por los países
occidentales.
Ningún organismo
internacional ni siquiera
los países occidentales
más amigos de
los reyes marroquíes
han dado ninguna legitimidad
a la ocupación
del Sáhara Occidental.

No dio ninguna
legitimidad ni la
ONU, ni el Tribunal Internacional
de La
Haya, ni la OUA, ni los EEUU.
Por lo tanto estamos hablante, sin
tapujos, de unos territorios pendientes
de descolonització, según la
propia ONU o de unos territorios
ocupados, según la propia OUA.
Pero lo más grave es que la población
autóctona de este territorio
ocupado militarmente no tiene acceso
a la explotación de las riquezas
minerales de su propio territorio,
no tiene acceso a los estudios
superiores y universitarios, no tiene
acceso a algunos tipos de trabajos,
son registrados en la calle, identificados
y o/detenidos por el hecho
de ser saharauis, no tienen garantías
judiciales como los demás ciudadanos
y aún y viviendo en su propio
país son minoría marginada ante
la política de Mohamed VI (como
su padre) de traer colonos marroquíes
al Sáhara con promesas de
buenos trabajos y buen sueldo.

Si a esto le añadimos la construcción
de un muro de 2.100 km que
separa los saharauis, las detenciones
clandestinas y la represión nos
encontramos con una situación
parecida a la palestina. Por eso los
periodistas hablan (incluso TV1 el
13/11/10) de intifadasaharaui.

Pero nos equivocaríamos si
pensáramos que es únicamente una
sublevación independentista, que
también lo es pero no únicamente, y
de pruebas hay muchas: repetidas
protestas de estudiantes de secundaria
(los coupantes no han construido
Universidades en el Sáhara),
sublevaciones de jóvenes sin trabajo,
manifestaciones de trabajadores
saharauis, manifestaciones de trabajadores
y jubilados de Fos Bu Craa
(empresa de fosfatos), etc. etc.

Las versiones oficiales nos pueden
decir lo que quieran, pero siguiendo
lo que pasaba en septiembre y octubre
podemos ir viendo el empeoramiento
de las condiciones laborales,
económiques y sociales que afectaban
especialmente a la población
saharaui -los colonos están más protegidos
económicamente-.

Tampoco nos puede extrañar la
situación si analizamos los hechos
recientes. Hay un proceso abierto
de negociaciones, donde el Gobierno
marroquí no quiere negociar
nada: no tienen ningún interés en
negociar sobre un territorio que ya
tiene ocupado y que consideran que
de facto ya es suyo. Mientras los
saharauis intentan negociar porque
dicen (y tienen mucha
razón) que los ampara
el derecho internacional.
Es difícil negociar
cuando uno de los
dos no quiere y este
es el que ocupa el territorio
en litigio. Como
pasa en el caso
palestino, los temas a
negociar son muchos
y difíciles: el regreso
de los exiliados y desplazados,
la destrucción
de los muros, la
situación de los colonos,
el derecho a la
autodeterminación, el
desmantelamiento de los campos
de refugiados, las minas, etc.
Y como el gobierno marroquí no
quiere decir que no acepta sentarse
a la mesa de negociaciones, se
ha sacado de la manga una
contrapropuesta, que no es otra
que una copia mala de las autonomías
españolas.

El Gobierno español está más
contento que unas castañuelas, al
fin puede exportar su modelo al exterior.
Hace un mes (13 de octubre,
¿casualidad?) el Gobierno español dijo que el referéndum del
Sáhara ya no era la única de las
solucionas posibles.

El Sr. Juan Pablo de Laiglesia,
Secretario de estado español de
Asuntos Exteriores e Iberoamericanos
confirmó al Senado, hace un
mes, que avalaba los experimentos
marroquíes de regionalización y de
amplias autonomías.

Evidentemente los saharauis respondieron
enseguida que estas propuestas
estaban fuera del marco de
las Naciones Unidas. Hace falta recordar
que en 1975, el embajador
español en la ONU (De Piniés) consiguió
incluir la consulta a la población
saharaui mediante un referéndum en
el proceso de descolonització que
avalaba la ONU y por lo tanto es el
único proceso pactado y acordado
con el visto bueno internacional en
todos estos años.

Ni que decir tiene que durante 20
años el Gobierno marroquí ha boicoteado
la elaboración de un censo
real de población en el Sáhara
(sólo hace falta leer los informes de
los sucesivos enviados especiales de
la ONU a la zona); pero ahora
Mohamed VI ya se siento lo suficientemente
fuerte para intentar dejar de
lado el referéndum y pasar a este
gran invento de las autonomías.

Y llegamos a noviembre y debemos
repasar el discurso del rey marroquí
con motivo del aniversario de
la marcha verde -ni que decir tiene
que la ocupación de otro país es
motivo de gran celebración para el
rey de Marruecos-. Y en este discurso
nos da la clave de lo que pasará
en Gdeim Izik: no hay ninguna duda
que el Sáhara es marroquí y no sólo
los Territorios ocupados, sino también
la totalidad del territorio del Sáhara
Occidental (los territorios liberados).

No hace falta ser ningún analista
internacional: quiere decir que no
habrá referéndum y que además los
territorios en manos del Polisario
pasarán a ser suyos. Un discurso
imperialista y precursor de la guerra
y de una segunda invasión más
allá de los territorios ocupados.
Tras los hechos de Gdeim Izik el
Gobierno marroquí dijo que ya habían
avisado (sólo hace falta leer el
discurso), y el gobierno español dijo
que no los habían avisado (evidentemente
a ellos personalmente no
los avisaron). Parece un juego de
niños, pero el discurso que están
haciendo es imperialista y criminal.

El Gobierno español dice que
esperará los resultados de las investigaciones
sobre las muertes de civiles
saharauis, de hecho sólo investigan
una, la del saharaui con DNI
español. Y no critica la actuación del
Gobierno marroquí sino que dice que
las relaciones España-Marruecos
son prioritarias para España.
No quieren decir que hay un bloqueo
informativo sobre el Sáhara que
sólo es comparable al que ya hizo el
Gobierno español en los años 70 con
el Dictador Franco, ni tampoco que
ningún periodista europeo puede acceder
libremente a ninguna zona saharaui
(excepto un periodista de Le
Monde ningún otro periodista ha podido
llegar al Sáhara e informar).

Tampoco quieren decir que al ciudadano
saharaui muerto, con DNI español,
lo hicieron bajar de un autobús
que llevaba trabajadores al trabajo y
sólo bajó él porque era saharaui.
Tampoco quieren decir que no se
han atrevido a pedir la convocatoria del
Consejo de Seguridad de la ONU para
tratar sobre el Sáhara y lo tenido que
hacer el representante de México.
Tampoco quieren decir que en
este momento se están haciendo
cacheos casa por casa, en las casas
de saharauis con varons de
más de 13 años, hay detenciones
ilegales indiscriminadas y más de
200 personas en paradero desconocido,
en esta democracia que los
demás países democráticos (entre
ellos España) dicen proteger y
priorizar en las relaciones.
Estos días he leído artículos y editoriales
totalmente pro-marroquíes
en España y en Catalunya. Los del
PSOE también se están cubriendo
de gloria, quizás porque tanto el Sr.
Felipe González como el actual portavoz
del Gobierno, el Sr. Jauregui
son totalmente pro-marroquíes.

Todo esto ha llevado a situaciones
esperpénticas. Sólo hace falta citar
que: tras relevar de su cargo a
Moratinos, pero no saber qué hacer,
lo vuelven a enviar a una reunión
a Argelia, o como la posición
del PSOE es más pro-marroquí que
la de Francia que es su aliado tradicional,
el PP ante la deriva socialista,
se manifestó en Madrid por la
autodeterminación (lo habéis leído
bien) del Sáhara junto a sindicalistas
y solidarios. Como decía antes,
esperpéntico.

Pero al final de todo, no podemos
olvidar unos datos básicos, que sin
ser directos, pueden acabar decidiendo
a los países occidentales a
una posición u otra: 1) dentro de
poco se debe renegociar el tratado
de pesca entre Marruecos y la UE
(dónde Marruecos quiere volver a
incluir el banco saharaui en la negociación),
2) la explotación de recursos
minerales del Sáhara está pendiente
de la negociación del conflicto,
3) Marruecos debe ser la reserva
energética del suroeste de la UE
(nuclear, eólica y solar) 4) el paso de
los gasoductos argelinos que deben
traer gas a Europa por Almeria dejarían
sin sentido el gasoducto que
pasa por Marruecos, 5) la escalada
de venta de armas occidentales a
Marruecos y Argelia ha sido importante
y 6) Marruecos pondrá sobre
la mesa la mejor versión del gendarme
de occidente y de la lucha contra
el terrorismo, al mismo tiempo que
largará el discurso habitual de regular
la inmigración en Europa delante
de unos países obsesionados por
reducir la inmigración.

Para acabar, sólo unos detalles de
los medios de comunicación. Algunos
diarios españoles tildados de progresistas
han dado argumentos
insostenibles de apoyo a Marruecos,
por ejemplo que hace 11 años que
en Marruecos se han hecho importantes
adelantos hacia la democracia
o que los instigadores de la revuelta
son el Polisario, que son satélite
de Argelia. Ni en Marruecos se
hacen adelantos hacia la democracia,
ni el Polisario es el instigador de
la revuelta: los diarios cerrados por
injurias al rey han sido más que nunca
en estos últimos 11 años, y si
abren los ojos verán que el Polisario
tiene serios problemas de conexión
con los territorios ocupados.

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