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Mikati nuevo primer ministro libanés

¿Será reconocido el tribunal especial?

, 25 de enero de 2011




Dima Charif, periodista del periódico Al-Akhbar de
Beirut, nos manda esta crónica sobre el reciente cambio
de gobierno en Líbano. Dima forma parte de un
colectivo de periodistas de izquierdas que denuncian
el bloqueo de Gaza y las amenazas de Israel sobre el
país. El verano pasado, su compañero de redacción
Assaf Abu Rahal, fue asesinado por el ejército de Israel
cuando cubría una escaramuza con las tropas
libanesas en la frontera.

Todos los libaneses esperaban con
impaciencia, el discurso del secretario
general de Hezbollah, Hassan
Nasrallah, el domingo 23 de enero
por la noche, para saber si la crisis
que sacude al Líbano desde hace
dos semanas, iba a terminar. Pero
el discurso no contenía más que las
mismas propuestas ya conocidas
por todos los libaneses a fuerza de
repetirse durante las jornadas precedentes
: no a la vuelta de Saad
Hariri como primer ministro. Se afirma
que es lo que piensan todos los
libaneses, sin ninguna excepción, o
casi, que el país se dirige hacia más
complicaciones en la situación que
se afirma es ya intensa.

La crisis viene de hace varios
años, y se resume en el rechazo
de las fuerzas del «8 de marzo», y
de toda la oposición, del tribunal
especial para el Líbano. Un tribunal
instaurado por la ONU para determinar
los asesinos del ex-primer
ministro Rafic Hariri y perseguirlos
por la justicia, y establecer «la verdad
» que se ha convertido en el
eslogan del partido del «Futuro»,
presidido por el hijo del difunto, primer
ministro saliente. Y tras varios
meses, Siria y Arabia Saudí establecieron
negociaciones para alcanzar
una solución final entre las fuerzas
del «14 de marzo» (1) y la oposición.
Siria negocia en nombre de
Hezbollah y sus aliados, y Arabia
Saudí en nombre de la mayoría.
Todos esperaban el resultado de
esas negociaciones, llamadas S–S.

Después de semanas, circulaban
rumores de que el acuerdo era inminente,
y terminarían los años de
tensiones entre libaneses con el reconocimiento
en contra de algunas
demandas de Hariri. Pero la mañana
del martes 11 de
enero, las negociaciones
del S-S se
rompieron. El hijo
del rei saudí
Abdallah, Abdelaziz, llamó al presidente
sirio Bashar el Assad y se
excusó porque Arabia Saudí no
podrá aplicar el acuerdo concretado
entre los dos países. Todas las
miradas se volvieron hacia New
York, donde el primer ministro Saad
Hariri llevaba varios días. América
fue señalada como la principal responsable
de la ruptura de las negociaciones,
especialmente porque
Hariri había rechazado, de repente,
tras su llegada a EEUU, el compromiso
de la S–S. La oposición declaró
el mismo día su intención de abandonar
el gobierno de unidad nacional
en 24 horas si no había una reunión
de gobierno. El presidente
libanés, Michel Suleiman, no pudo
convencer a Hariri de que volviera al
país para esta reunión, y los ministros
de la oposición mantuvieron su
promesa: cinco horas después del
mediodía del 12 de enero, los 10
ministros opositores dimitieron, seguidos
por uno de los ministros del
presidente Suleiman. El gobierno fue
considerado dimitido al perder 11 de
sus 30 ministros. La mayoría quedó
bajo shock, pues no había creído
que la oposición cumpliría su amenaza.
Algunos miembros constitutivos
del «14 de marzo» llamaron traición
a las consideraciones del ministro
Adnan Sayed Hussein, representante
del grupo del presidente de
la república en el gobierno, y con
cuya dimisión permitió el hundimiento
del gobierno.

De acuerdo con la constitución
libanesa, el presidente de la república
anunció las consultas el lunes
17 de enero para designar un nuevo
primer ministro. Pero, el mismo
día de las consultas, el presidente
las aplazó una semana para permitir
más conversaciones entre los
partidos políticos. La oposición afirma
firmemente su intención de
nombrar un nuevo primer ministro
y rechaza la vuelta de Hariri al poder.
Un acto que la mayoría considera
que atenta contra los derechos
de los sunís, que son quienes
deben nombrar a su representante
para este puesto.

Todo esto pasa, y la oposición sigue
en minoría. Pero todo bascula
el viernes 21 de enero cuando el
presidente del partido progresivo
socialista, Walid Jonblatt, anuncia
que él y cinco de sus diputados
votarán junto a la oposición. Esto
tras su visita a Siria. El anuncio coincide
con las informaciones difundidas
de que el bloque de diputados
de Trípoli no votará a nadie. Es
entonces cuando la oposición se
convirtió en mayoritaria y el bloque
del «14 de marzo» se bloqueó. Pero
Hariri rechaza retroceder y anuncia
que se presentará para el puesto
de primer ministro. El sábado por
la noche Najib Mikati, uno de los
diputados de Trípoli, será el candidato
de la oposición. Esto se confirma
el domingo por la noche, cuando
Nasrallah anuncia en su discurso
que el primer candidato de la
oposición, el ex primer ministro
Omar Karame no está entusiasmado
con volver al poder. Hariri y su
bloque rechazan la candidatura de Mikati, sobre todo porque había
sido candidato a las elecciones
parlamentarias en la lista de Hariri
en Trípoli.

El lunes a mediodía empiezan
las consultas en el palacio presidencial,
en Baabda. En Trípoli, al
norte, uno de los bastiones
sunitas, se organizan manifestaciones
por la tarde, cuando queda
claro que Mikati cobra ventaja
sobre Hariri. Y pequeños
enfrentamientos estallan en esta
ciudad entre los partidarios de
Hariri y los de Mikati, originario de
Trípoli.

Hay temor de que estos
enfrentamientos se transformen en
confrontaciones mayores. La oposición,
que insiste en la participación
del bloque del «14 de marzo»
en su gobierno, dice que no quiere
eliminar a nadie. Pero el «14 de
marzo», que rechaza participar,
hasta ahora, en un gobierno que
Hariri no presida, repite que la oposición
quiere eliminar a la mayoría
sunita del poder en favor de los
shiitas.

Esto puede ser cierto, ya que la
mayoría de los suníes, a los que la
constitución les atribuye el puesto
de primer ministro, están alineados
tras Hariri. Y la oposición no
posee más que algunas figuras
sunitas que no poseen un gran
público.

Las dos largas jornadas de consultas
terminaron con el nombramiento
de Najib Mikati como nuevo
primer ministro, y el cambio real
comienza el martes para poder
alcanzar un nuevo gobierno. El último
gobierno que presidió Hariri tardó
más de 5 meses en formarse.

El lunes por la noche, cuando
quedó claro que Mikati sería al día
siguiente el nuevo primer ministro,
los diputados del «Futuro» de la ciudad
de Trípoli, convocaron a la gente
a participar el martes en una «jornada
de rabia» para manifestarse
contra lo que ellos llaman el «golpe
de estado de Mikati» que osa ser
primer ministro. El martes, en todas
las regiones que tienen una
gran densidad de sunitas estallaron
manifestaciones que se convirtieron
en enfrentamientos con las fuerzas
del orden, sobre todo en Trípoli, donde
los partidarios del «Futuro» quemaron
un coche de la cadena «Al
Jazira» y persiguieron a los periodistas
que habían ido a cubrir la manifestación.

El primer ministro saliente, Hariri, llamó
a sus partidarios a parar sus manifestaciones,
pero el bloque del «14
de marzo» organizó esa misma noche
una pequeña manifestación en
la «Plaza de los Mártires», junto a la
tumba de Rafic Hariri, para manifestar
su decontento con lo que han llamado
«un gobierno de Hizbollah» en
formación.

Dima Charif

Beirut, 25 de enero 2011

Nota de traducción :

1. «14 de marzo»: bloque pro-occidental
presidido por Hariri que toma el nombre
de la fecha del asesinato de su padre.

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