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Catalunya. Debates en la CUP-G. Ni pacto de legislatura, ni entrada al gobierno

Lucha Internacionalista, 1ro de abril de 2021




Hay que contextualizar la lectura del resultado de las últimas votaciones sobre el acuerdo con ERC. El 60% votó sí al acuerdo con ERC, 40% no. El 85 % votó que el acuerdo es insuficiente. Respecto a la tercera votación, por poco, la mayoría, dice que no aceptaría investir a Aragonés sin el acuerdo. De hecho, el orden de la votación inducía a determinadas respuestas, y más bien, la segunda votación era una manera de hacer pasar mejor la primera, sin saber qué consecuencias prácticas comportaba. Este resultado, cuando además todo el secretariado nacional de la CUP había defendido unánimemente el preacuerdo a través de los medios de comunicación mientras los militantes no lo conocían –en un método de presión muy conocido en el mundo sindical-, y se había forzado una ampliación del censo por fuera de los acuerdos de gobernanza, ... este 40%, y la mayoría negativa en el punto 3, se deberían tomar como una seria advertencia.

Ahora Poble Lliure anuncia que quiere entrar al gobierno. Nosotros pensamos que sería cruzar una línea roja. Ya hemos escrito sobre lo que significaría la podemización de la CUP-UNCPG. Porque sabemos qué políticas desplegarán ERC-JxC en el gobierno: recortes y privatizaciones como han hecho todos estos años, en una situación en que las condiciones de vida de las clases populares se están desplomando y con una represión que ha continuado, tanto por la parte del Estado como por la de la Generalitat.

Hay quién ve en el Octubre del 2017 (referéndum, huelga y proclamación de la república catalana) como el punto de partida de un nuevo gobierno autonómico que nos llevara hasta la independencia. Nosotros lo vemos al revés, el octubre del 2017 marcaba el límite de lo que podemos esperar de ERC y JxC. Desde entonces, y ante el impulso de la represión del estado, han impuesto la desmovilización y la represión de los Mossos a manifestaciones que como las de la Plaza Urquinaona del mes de octubre de 2019, protestaban contra las sentencias de sus propios dirigentes.

Defender la entrada en el Gobierno creyendo que ahora sí –por nuestra presencia- irán decididamente hacia la independencia o que podremos cambiar o parar las políticas neoliberales y privatizadoras de ERC y JxC es pensar que gracias a que les faltan nuestros votos en el Parlamento, acabarán haciendo una política contraria a los intereses de los sectores sociales que representan y superaran los miedos que los paralizan ante el estado. Es lo mismo que ha pasado con IU y Podemos en el gobierno central. Queremos un gobierno de trabajadoras y trabajadores, pero no hay la correlación de fuerzas que hoy lo permita. Por eso decimos que es un suicidio político entrar en un gobierno en las condiciones actuales.

Pacto de investidura sí, de legislatura no

No nos podemos comprometer a dar un margen de dos años a la mesa de diálogo de ERC con el PSOE, dos años en que las diferencias se abordarán desde la “discreción”. ERC sabe que su acuerdo con el PSOE no se sustenta en la amnistía y la autodeterminación, sino en el intercambio de los presos (vía indulto o reforma del código penal que no se aplicará a las 3.000 luchadoras) por estabilidad autonómica. Y mientras “se espera” el resultado de la vía negociada –que todo el mundo sabe que no nos llevará a la autodeterminación- y muchos jóvenes independentistas continuan entrando en las prisiones, la estabilidad que quieren garanticemos pasa por los presupuestos. Las “treguas” nunca son gratis, y llevamos demasiados años de desmovilización, y quieren garantizarse que sigamos igual.

Por eso decimos que, solo construyendo una nueva correlación de fuerzas, es decir, reconstruyendo una nueva dirección del proceso de ruptura con el estado, es posible el enfrentamiento contra él, que es lo que permite hacer realidad la república catalana. Este proceso necesariamente tiene que venir de la izquierda rupturista, con una política que permita la incorporación de sectores de la clase obrera y popular a la lucha. Por eso una alianza con ERC y JxC nos hipoteca el futuro. Por eso, el primer punto de los 12 que firmamos las 11 organizaciones que conformamos la candidatura decía: “Conquistar estas mayorías por la república catalana implica darle un fuerte contenido social y anticapitalista, lo cual obliga a una política de independencia de clase opuesta a la que ERC y JxC han venido reiteradamente aplicando”.

Lo mismo podríamos decir del imprescindible giro social. No podemos diluir nuestras propuestas para dar salida a la grave situación que viven la clase obrera y los sectores populares. Es la política de ERC y JxC y el acatamiento al TC, la que se traduce en centenares de desahucios y una fuerte represión policial, la que hoy enfrenta el movimiento por el derecho a la vivienda. La empresa Bosch de Lliçà d’Amunt irá a la huelga indefinida el 6 de abril contra el cierre, una más en la larga lista de industrias que deja miles de despidos, mientras la Generalitat mira hacia otro lado. Son las luchas de la sanidad pública (como la huelga del 10 de marzo) para exigir más recursos, mientras las consejerías de ERC financian la privada y las residencias privatizadas... No podemos comprometernos a apoyar unos presupuestos que no recojan las demandas populares.


Para nosotros no se trata de mejorar el acuerdo con ERC con alguna concesión más. De lo que se trata es de defender nuestra capacidad de acción ante el gobierno, es decir, mantener el compromiso con la gente y con la lucha. Por eso en nuestra propuesta aceptábamos pactar la investidura de Aragonés –como hicimos con Puigdemont, a cambio de la caída de Mas y su equipo y el compromiso inequívoco de convocar el referéndum-, pero sin ningún pacto de legislatura que nos ate a la política del gobierno.

En muchas asambleas hubo un debate sobre si el acuerdo era un pacto de legislatura o de investidura. Se trata de interpretar lo que el acuerdo establece: “ERC y la CUP-UNPG también acuerdan trabajar próximamente para que este acuerdo global pueda irse concretando en aspectos más detallados y compromisos más concretos para hacerlo avanzar hacia escenarios de colaboración que eventualmente puedan suponer unos acuerdos en (1) la constitución del Parlamento y la investidura del futuro Presidente de la Generalitat; (2) la estabilidad parlamentaria; (3) la participación en el Gobierno de la CUP, todo en función del nivel de acuerdo y entendimiento y la concreción de la agenda política del Parlamento y el Gobierno”.

Algunos de los ponentes en las Asambleas Abiertas Territoriales, y más tarde en los medios públicos, han reiterado que el acuerdo se traduce solo en un pacto de investidura y que no implica, por ejemplo, la aprobación de presupuestos. Para nosotros, por todo lo que hemos analizado, solo se ha de limitar a la investidura. Eventualmente, habrá que ver como modificaría nuestra posición si el acuerdo con ERC no fuera aceptado por JxC, el otro socio de gobierno. En este caso, nosotros mantendríamos nuestra propuesta: dar los votos mínimos para la investidura en forma de abstenciones y el resto votar en contra.

Impulsar decididamente la movilización

No se puede esperar más y hay que impulsar decididamente la movilización. Hace falta urgentemente transformar el acto de las Tres Xemeneies, o desde plataformas como la del 3 de octubre, en un plan de lucha que empiece por una defensa intransigente de los presos/sas y represaliados/das y exija medidas concretas para resolver las necesidades de la clase obrera y sectores populares.

Por eso la posición de Lucha Internacionalista es:

1.- Rechazar la entrada en el gobierno o un pacto de legislatura que nos ate al futuro gobierno de ERC y JxC.

2.- Limitar el acuerdo con ERC a permitir la investidura de Aragonés con las abstenciones mínimas necesarias y el resto de los votos en contra.

3.- Reclamar puntos concretos como la retirada de las acusaciones de la Generalitat, a cambio de la investidura de Aragonés, en el sentido de la votación de las bases, que de manera muy mayoritaria han considerado insuficiente el preacuerdo.

4.- Proponer una conferencia que acabe con un manifiesto y un plan de lucha al conjunto de organizaciones y entidades reunidas en el acto de las Tres Xemeneies: contra la represión, por los derechos elementales al trabajo, la vivienda, y servicios públicos.

Lucha Internacionalista

31/03/2021

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