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8M en Lleida y Barcelona: OTRO AÑO LAS CALLES FUERON FEMINISTAS!



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Resolución de situación política y tareas

XIII Conferencia de Lucha Internacionalista

Lucha Internacionalista, 8 de marzo de 2020





I. Marco Internacional


1.1. Tras una década de crisis económica estructural, estamos en puertas de una nueva profundización de la misma. El enorme peso de la deuda pública sobre las economías que impone permanentes recortes de servicios públicos, la presión brutal sobre los salarios que ha supuesto la caída del poder adquisitivo y la mayor precariedad laboral, hacen que haya una enorme masa de beneficios empresariales que no tienen donde reproducirse, mientras la capacidad de consumo de una gran mayoría se ha hundido.

Las continuas inyecciones de dinero desde los bancos centrales con la excusa de dar liquidez han generado el espejismo de la reactivación económica, al precio de relanzar de nuevo enormes burbujas especulativas. Las guerras comerciales –con la UE y en especial con China– responden a la disputa del mercado de las multinacionales yanquis ante la inminencia de nuevas sacudidas financieras.

1.2. La tendencia del capitalismo en crisis a reforzar el carácter bonapartista de los regímenes, es mundial. Leyes que coartan libertades políticas, la criminalización de la protesta con represión para movimientos sociales y sindicales, estados de excepción... están a la orden del día. Para poder imponer fuertes planes de ajuste contra las masas, la burguesía precisa estados fuertemente autoritarios, más represivos, policiales.

La crisis económica polariza la sociedad y amenaza con estallidos de las clases populares. Desde Putin o Erdogan, pasando por Bolsonaro, responden a esta tendencia del capital que ve peligrar su poder. Una parte de la izquierda ha identificado equivocadamente esta tendencia a regímenes policiales y represivos, es decir al bonapartismo, con el retorno del fascismo.

Nuestra defensa intransigente de todas las conquistas democráticas, que no de las instituciones, la hacemos desde la independencia política de clase, y debe ir unida a la necesidad de romper con el capitalismo y los estados.

1.3. La llegada de Trump al poder en los EEUU expresa que la burguesía más poderosa del planeta requiere de nuevos métodos para imponer sus planes, más allá de lo excéntrico del personaje. La crisis, lejos de superarse con una nueva recuperación de la tasa de beneficio, amenaza con agravarse. Ya no basta con lo políticamente correcto, el poder precisa el choque y aumento del ataque a las conquistas de las masas.

Los discursos populistas que buscaban atraer sectores obreros castigados por la crisis chocan con la realidad del ajuste permanente en favor de los sectores del gran capital. No hay un plan que unifique a la burguesía norteamericana, la división se hace evidente con las pugnas y ahora con el inicio del empeachement contra Trump. A las movilizaciones de mujeres, contra la política industrial, el cambio climático y la defensa de los y las inmigrantes, se unen ahora sectores de la clase obrera como en la huelga de la General Motors, la más larga en 50 años.

1.4. En política internacional, Trump debe imponer, desde su supremacía militar y su poder económico, una nueva redistribución de la tarta mundial en favor de los EEUU. Esto es, una amenaza permanente para los pueblos, pero también provoca enfrentamientos con los otros imperialismos. Pero una cosa son las declaraciones y otra llevarlas a la práctica y embarcarse en nuevas guerras, lo que hace que a menudo las amenazas queden en eso.

La caída de Bolton del Gobierno muestra las dificultades y división interna para implementar el papel de gendarme mundial. La incapacidad para encontrar una respuesta al ataque con drones y misiles a las refinerías de su aliado saudí, son un ejemplo evidente. El apoyo abierto de Trump a Netanyahu y su política de anexiones de tierras palestinas, no ha sido suficiente para que este ganara las elecciones. Hay que reactivar los movimientos antiimperialistas, la solidaridad con los pueblos que luchan y, en particular, con la resistencia palestina.

1.5. Esta misma tendencia ha caracterizado la caída de los “gobiernos progresistas” de América Latina.
Tras un ascenso en la lucha de clases a inicios del 2000, llegaron falsas alternativas de izquierdas a los gobiernos: el PT en Brasil o el kitchnerismo en Argentina, Bachelet en Chile, y especialmente los bolivarianos con su socialismo del S XXI. Ese ciclo se agota ante las protestas populares contra esos gobiernos, como en Venezuela, Bolivia, Nicaragua… Inicialmente son las clases medias empobrecidas quienes encabezan el descontento popular, sin embargo, es todo el pueblo el que ha visto caer en la miseria sus condiciones de vida. La derecha intenta utilizar ese descontento para volver al poder. Pero el imperialismo y la derecha no quieren el triunfo con el movimiento popular, porque se le puede escapar a su control y sólo lo utilizan para forzar un recambio electoral o, eventualmente como en Venezuela, para propiciar un golpe de estado.

1.6. El desconcierto en la vanguardia es grande puesto que el castrismo avaló como revolucionarios a los gobiernos bolivarianos, cuando éstos nunca han cuestionado el capitalismo, sino que más bien han funcionado como diques de contención de los movimientos de masas, aunque ello haya significado dar respuesta a algunas demandas sociales. Y ha sido precisamente por aplicar las recetas capitalistas por lo que han hundido en la miseria a sus pueblos. La represión brutal que ejercen hoy, que no tiene nada que envidiar a otros regímenes bonapartistas, debe permitir la solidaridad internacionalista con la lucha de los trabajadores/as y los pueblos contra las corrientes estalinistas que han dado cobertura a esa represión.

1.7. Hay que levantar una alternativa desde la izquierda, revolucionaria, por el socialismo. Frentes como el FIT-U en Argentina son ejemplo y un referente para la vanguardia mundial. La necesidad de luchar por agrupar en frentes a los revolucionarios es una necesidad imperiosa para avanzar en la resolución de la falta de una dirección revolucionaria.

1.8. A los constantes ataques de las burguesías contra las clases populares para recuperarse de la crisis, hay fortísimas respuestas de resistencia que están provocando un ascenso de las movilizaciones que recorre el mundo: Chile, Ecuador, Hong Kong, Bolivia, Líbano, Iraq… luchas que arrancan por una reivindicación concreta, pero que rápidamente pasan a cuestionar gobiernos y regímenes y exigir respuestas a su grave situación social. Luchas que no paran cuando logran su primera reivindicación, sino que habiendo hecho retroceder al gobierno, continúan, como en Hong Kong, Ecuador o Chile.

Dentro de esa resistencia de los pueblos ante la miseria creciente, en regímenes dictatoriales que han durado décadas, el ciclo de revoluciones de Oriente Medio y el Norte de África no ha dicho su última palabra. Después del periodo de ascenso revolucionario del 2011, la contrarrevolución retomó la iniciativa. Con la sangrienta batalla y la caída de Alepo, el régimen asesino sirio con el apoyo de Rusia e Irán, conseguía derrotar el proceso revolucionario.

Con Libia desmembrada, Egipto bajo la férrea dictadura de AlSisi, que nada tiene que envidiar a Mubarak, quedaba abierta sólo la situación en Túnez. Sin embargo, desde Argelia, Sudán, Irán, Irak o Yemen las masas vuelven a salir a la lucha retomando las viejas consignas contra los regímenes y los militares. También en Egipto resurgen movilizaciones contra AlSisi. El proceso está vivo y precisa de la más amplia solidaridad.

1.9. La etapa actual del capitalismo, el imperialismo, es la de predominio absoluto del capital financiero que parasita sobre los sectores productivos, es la etapa en la que las fuerzas productivas dejan de crecer, una etapa de guerras y revoluciones. Para Marx las fuerzas productivas comprenden las riquezas naturales o materias productivas, los conocimientos y medios técnicos utilizados para la producción, y la propia fuerza productiva del ser humano. Los avances tecnológicos y la organización del trabajo se giran contra el desarrollo de la naturaleza como fuente de recursos y contra el humano. Se extiende la uberización de la economía, como ejemplo de extensión de sobreexplotación de los y las trabajadoras, de la miseria laboral y la precariedad.

Observamos el crecimiento de la miseria en el mundo, de millones que deben jugarse la vida para intentar emigrar y poder trabajar, el retorno de enfermedades erradicadas, y una destrucción sin concesiones de la naturaleza. No hay humanización posible del capitalismo, y sólo hace falta ver la evolución destructiva de los últimos años, como tampoco hay una evolución al capitalismo verde que sea compatible con la preservación de la naturaleza.

Al contrario, la crisis en curso acelera los componentes depredadores del capitalismo, contra el ser humano y la naturaleza. La crisis la provoca el propio desarrollo capitalista por sus contradicciones, pero la salida de la crisis –y más como la actual, una crisis estructural– se hace al precio de una destrucción masiva de capitales y fuerzas productivas en todas sus formas: capital en sus variantes, cierres de fábricas y capacidad productiva, despidos y miseria, expoliación más salvaje de la naturaleza. Por ello la disyuntiva entre socialismo o barbarie está hoy más presente que nunca. O el capitalismo o el ser humano y la naturaleza.

Europa

1.10. Con el Brexit, el proyecto imperialista europeo atraviesa un fuerte cuestionamiento. La UE es un frente de estados al servicio de las grandes multinacionales. Avanzó en su construcción cuando la situación económica era de crecimiento y las tensiones de la lucha de clases se podían contener dentro de los métodos formales y en las instituciones. Pero la llegada de la crisis alteró el panorama. Los imperialismos europeos han visto reducir su espacio de influencia y negocio mundial en el transcurso de la última década. La redistribución mundial del mercado no es el resultado de la libre competencia, sino que se impone con el potencial militar, económico y político asociado con las grandes multinacionales.

La UE no puede disputar la supremacía a EEUU, en primer lugar, porque no tiene el poderoso ejército imprescindible para garantizar el expolio del planeta y reprimir la resistencia de los pueblos, ni el dólar como moneda de intercambio internacional, que le permite descargar buena parte de su inflación monetaria sobre el resto del mundo. Ante esta realidad, la UE y sus instituciones se volcaron a trabajar al servicio del capital para mantener su tasa de beneficio aplicando terribles planes de ajuste, con caídas de salarios y pensiones, recortes en servicios públicos, recurriendo a un gran endeudamiento público, mientras los estados se preparaban para endurecer la represión para evitar la respuesta popular.

1.11. Las fuerzas centrífugas que se han creado contra las instituciones de Bruselas, nacen del rechazo obrero y popular a las medidas que dicta la Comisión Europea y de la desesperación de sectores empobrecidos de la pequeña burguesía. Sin embargo, sectores de la burguesía tratan de canalizar ese descontento popular para desarrollar políticas gran-nacionalistas, a menudos dirigidas para dividir la clase obrera y desviar el odio de las masas, como contra los trabajadores/as inmigrantes. Este es el caso, entre otros del Farage o del partido conservador británico, Le Pen en Francia o Salvini en Italia.

1.12. Buena parte de la izquierda reaccionó ante el hecho de que los movimientos para salir de la UE estuvieran encabezados por direcciones reaccionarias, manifestando su apoyo a la UE, en una permanente y falaz política para convertirla en una Europa de los y las trabajadoras y los pueblos. Pero el carácter de las direcciones no puede ocultar el movimiento de los y las trabajadoras y los pueblos para romper con un club de estados al servicio de las grandes multinacionales.

Desde nuestra posición de independencia de clase y nuestro internacionalismo, reafirmamos que no hay ninguna posibilidad de reforma de la UE para ponerla al servicio de las clases populares. Desde el internacionalismo y la más amplia unidad de trabajadores/as y Pueblos, en el camino de la Federación de estados socialistas de Europa, luchamos por destruir la UE, la Europa del capital y los estados.

1.13. El endurecimiento de los estados al servicio de imponer las llamadas políticas de austeridad ha dado lugar a un arsenal de medidas represivas, bajo el pretexto de la lucha antiterrorista. Estados de excepción como en Francia, leyes mordaza en Estado español, represión de la inmigración…. Son esas leyes que aplican gobiernos socialdemócratas o demócrata cristianos las que han allanado el camino para la entrada de formaciones de extrema derecha, que sólo han tenido que tomar el discurso oficial y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Por ello hay que rechazar el criterio del mal menor, de que hay que aguantar con lo que tenemos porque lo que puede venir es peor, porque la extrema derecha se está gestando a golpe de aplicación de leyes de extranjería, criminalizando al inmigrante, con los discursos oficiales compartidos por todos los gobiernos y a golpe de recortes en los servicios públicos.

1.14. La inmigración es una necesidad del capitalismo europeo y norte-americano, del mismo modo que el motor que empuja a millones a tomar el camino de la inmigración, son las terribles condiciones de miseria y represión que vive buena parte del planeta. Hemos caracterizado la legislación sobre la inmigración como la peor reforma laboral. Explicaba Marx la tendencia a una igualación en la rentabilidad del capital, pues de lo contrario el capital se iría a los sectores más rentables y abandonaría los menos. La alta rentabilidad del capital financiero ha provocado que los sectores industriales, para acercarse, desplazaran fábricas en la llamada deslocalización hacia dictaduras como la china, que aseguraban una extraordinaria tasa de plusvalía. Otros sectores como el turismo, la agricultura, la construcción, el trabajo de cuidados… buscan elevar la tasa de beneficio a costa mano de obra sin papeles y sin derechos.

1.15. Los estados de la UE están en un crecimiento del PIB cercano al cero. Ello a pesar que el Banco Central Europeo ha estado inyectando miles de millones de euros a los bancos y para comprar deuda pública. Ese dinero no ha llegado al circuito de la economía productiva: ni hay un aumento significativo en las inversiones empresariales en el aparato productivo, ni la clase obrera ha visto que sus salarios recuperaran el poder adquisitivo de hace una década, hay más precariedad y se mantiene el paro. Los miles de millones desaparecen en las cuentas del capital financiero y los grandes empresarios. A partir de enero de 2019 el BCE dejó de inyectar regularmente dinero. ¿Qué va a pasar entonces con aquellos estados de la UE que están ahogados por el peso de su deuda?

1.16. Los chalecos amarillos son expresión de ese descontento popular, y exigen el apoyo solidario internacional. Sectores de pequeña burguesía empobrecida, junto a sectores de trabajadores/as precarias tomaron la iniciativa para responder a la política de aumento del precio de la gasolina de Macron. En la medida que otros sectores de la clase obrera y la juventud se han unido al movimiento, éste ha tomado un rasgo más izquierdista, recogiendo muchos reclamos del movimiento obrero y las clases populares. Como respuesta, Macron, un dirigente de urgencia ante la crisis institucional y de los partidos tradicionales franceses, ha acentuado una fuerte represión. Es necesario avanzar en la lucha por la irrupción de la clase obrera con sus métodos de lucha, por la huelga general que derrote al gobierno.


II Estado español


2.1. Crisis de gobernabilidad, crisis de régimen.

2.1.1 Cuatro años, cuatro elecciones generales. La incapacidad de formar gobiernos mínimamente estables se hace crónica. Cierto que este problema se da en otros estados europeos, Alemania sin ir más lejos, pero tras la crisis de gobernabilidad en el estado español aflora la crisis de régimen de la Monarquía, que va dejando al descubierto como perdura la herencia franquista, la opresión de los pueblos, unido a la impunidad y la corrupción derivada de ella.

2.1.2. Las elecciones del 10N, debían crear las condiciones para formar gobierno, acercando posiciones de Sánchez con Rivera, el gobierno que exigían el Ibex 35 y la Corona. El PSOE, que había hecho la campaña de abril con el eje derecha-izquierda y prometiendo diálogo a Catalunya, ponía ahora España en el centro con un duro ataque al independentismo, contando con que la sentencia y la reacción en Catalunya, justificarían el giro. Pero esta estrategia se giró en su contra: la polarización política hizo que Ciudadanos fuera engullido por VOX y el PP, el PSOE retrocedió y el independentismo catalán salía reforzado, acompañado por el avance de Bildu y del BNG, así como de candidaturas locales o comarcales que fragmentan el panorama político.

2.1.3. Así, las elecciones del 10 de noviembre han dejado más ingobernabilidad, más crisis de régimen. Para el PP, el resultado es agridulce, pues, aunque crece, se aleja del Gobierno y siente ya el aliento de VOX. Alberto Núñez Feijó, presidente de la Xunta de Galicia, ofrecía el apoyo del PP a un gobierno PSOE, “como mínimo” en la investidura, si rompía el acuerdo “letal para la España constitucional” con Podemos. Sánchez no espera e impone, con el acuerdo con UP, hechos consumados. La rapidez con que cierra el acuerdo con Podemos es el resultado de la suma de sus debilidades: el primero pierde el 10% de los votos de abril, el segundo el 15%. El efusivo abrazo de Iglesias y Sánchez es un abrazo de náufragos por su supervivencia.

¿Por qué este acuerdo que fue imposible hace unos meses en mejores condiciones es ahora una realidad? porque el plan de repetición electoral fracasó estrepitosamente. La CEOE aprieta para condicionar el gobierno PSOE-UP, lo mismo hace la Corona. Felipe González y otros dirigentes del PSOE mueven la silla de Sánchez, que de nuevo tiene que apoyarse en la base del partido, con una consulta que gana ampliamente.

2.1.4. La decisión política de hacer viable o no el Gobierno Sánchez-Iglesias está en manos de los partidos independentistas y soberanistas, en especial de ERC. Poco o nada va a dar Sánchez a cambio, atenazado por la presión de la derecha y los poderes del estado. Y ERC, que ya ha pagado en estas elecciones su política de una negociación imposible con el estado, también está atrapada entre esa política a las puertas de disputar la presidencia de la Generalitat en unas autonómicas anticipadas.

2.1.5. El acuerdo para el gobierno de coalición PSOE-UP, está lleno de declaraciones sin concreción, pero no así en los principales problemas que abordará el gobierno. El punto 9 establece que «El gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Catalunya y la normalización de la vida política», es decir, no hay reconocimiento del conflicto entre el estado y Catalunya, sólo un problema de convivencia entre catalanes: es la misma política que la derecha, que deja margen a la represión. Sobre el tema económico, promesas vagas, ni rastro del compromiso de derogar la reforma laboral, pero en el punto 10 «El Gobierno impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal de España con Europa», es decir bajo el dictado de la política de austeridad de la UE: así pues, no se van a frenar los recortes que Bruselas exige de inmediato.

2.1.6. El Gobierno PSOE-UP no será un gobierno de los trabajadores/as y los pueblos, será un gobierno monárquico y capitalista. Rechazamos el argumento del mal menor, es decir que hay que tragar con este gobierno, aunque reprima y recorte derechos laborales, porque la alternativa es la ultraderecha, porque con ese argumento, aún sin quererlo, se allana el camino del trifachito a la Moncloa. Un Gobierno Sánchez-Iglesias en breve fundirá las pocas esperanzas de cambio que pueden tener sectores populares: si enfrentando sus medidas con la movilización no somos capaces de levantar una alternativa de izquierdas, este gobierno no será más que la transición a un gobierno VOX-PP-C’s. Esta es la disyuntiva.

El gobierno PSOE-UP pone en marcha la cuenta atrás tic tac, tic tac, que decía Iglesias. La presencia de Podemos en el gobierno cierra el círculo de quienes llegaron a creer que la formación morada llegaba para hacer otra política «contra las castas», solidaria con los pueblos. La derecha ya se fue con Errejón, para el centro de Iglesias todo se puede entregar a cambio de unos ministerios, ¿y la izquierda? Será más necesario que nunca avanzar en el reagrupamiento a la izquierda de UP, hacia un Frente de Trabajadores/as y pueblos a la izquierda contra la Monarquía y el capitalismo.

2.1.7. El peligro para el régimen es que el rechazo masivo de la Monarquía que es visible en Catalunya, se pueda extender al resto del estado. Que se venía un cuestionamiento del régimen del 78 lo veía venir la propia Monarquía cuando, para soltar lastre y propiciar una nueva imagen, precipitó un cambio de rey hace cinco años, hecho insólito. Pero el nuevo rey Felipe VI se ha puesto en evidencia en poco tiempo. La sombra de la ruptura republicana con el viejo régimen franquista, que se había enterrado bajo siete llaves con la traición del PCE y del PSOE, de las direcciones de CCOO y UGT, amenaza de nuevo. Y con ellas las tareas democráticas pendientes que se derivan: el derecho a la libre autodeterminación de las naciones, la reforma agraria, la ruptura entre iglesia estado, es decir, repúblicas.
¿Por qué ahora? Porque la crisis económica terrible sobre las masas actúa como acicate para reactivar las tareas históricas pendientes.

2.1.8. La monarquía atraviesa la situación más grave desde el 81. Entonces caía Suárez, le iba a suceder Calvo Sotelo como un gobierno de transición hacia la llegada de Felipe González al frente del PSOE a la Moncloa. Ese año se produjo un autogolpe de estado, un autogolpe del que la Monarquía se descuelga y se convierte en el defensor de la democracia imponiendo sus condiciones al futuro gobierno González. En esa traición combinada del PSOE y del PCE, en la que participan las direcciones de CCOO y UGT, junto a las burguesías nacionalistas catalana y vasca, se estabiliza el régimen. 36 años más tarde el régimen se tambalea de nuevo.

Si en el 78 el papel esencial para meter a la clase obrera y los sectores populares en la aceptación de la Monarquía impuesta por Franco fue del PCE, la tarea en el 82 para estabilizar la Monarquía tenía al PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, como actores principales. Imponen al movimiento de masas bajo chantaje la OTAN, y la destrucción de buena parte del tejido industrial en la reconversión impuesta por el Mercado Común europeo, mientras relanza el papel imperialista de la Monarquía y de las multinacionales españolas en América Latina. Encierra bajo siete llaves la demanda republicana, y con ella la impunidad de los crímenes del franquismo.

Estabiliza el intervencionismo de la iglesia en educación y sanidad contra la exigencia de separación iglesia estado y de potenciación de la enseñanza pública. Mantiene el concordato preconstitucional y asegura con la LODE los conciertos como forma de financiación regular de la escuela privada. Cuestiona todo intento de reforma agraria, protegiendo las propiedades terratenientes que condenan a la miseria al jornalero/a, a los que el PSOE opone el PER un plan de secuestro del movimiento jornalero para atarlo a los patronos y las instituciones públicas. No sólo renuncia a defender el derecho de autodeterminación de los pueblos, sino que impone la LOAPA, una contrarreforma autonómica y que supone la primera recentralización del Estado desde el 78, llegando a imponer un régimen de estado de excepción en Euskadi que conlleva incluso la acción de grupos paramilitares como los GAL. El PSOE hundía de nuevo las esperanzas de cambio de la clase obrera y de los pueblos.

2.2. La cuestión catalana en el centro.

2.2.1. La cuestión catalana actúa de detonador en esta crisis de régimen. La autodeterminación de Catalunya es una demanda histórica, pero quedaba en el baúl de los recuerdos para los partidos de la burguesía y pequeña burguesía catalana. Pero uno de los efectos derivados de la crisis mundial capitalista ha sido un empobrecimiento rápido de las clases medias, de la pequeña burguesía de la ciudad y del campo. La inquietud y que se ponga en movimiento la pequeña burguesía siempre ha sido una señal inequívoca de alarma para la estabilidad del régimen burgués, que precisa de tener atada y subordinada como factor de orden la pequeña burguesía para completar una mayoría social imprescindible para poder hacer elecciones, y ganarlas.

2.2.2. La burguesía catalana había sido un pilar esencial para asegurar la estabilidad del régimen monárquico y la transición. El pacto que sellaba la transición lo firmaban el PSOE y el PCE, pero también era un pacto inter burgués, entre las burguesías periféricas catalana y vasca y la burguesía central y el estado. Bien conocida es la respuesta de Juan Carlos a Jordi Pujol a propósito del golpe del 81 y la ocupación del Congreso por la Guardia Civil: “tranquil Jordi, tranquil”. En momentos de crisis del estado, la burguesía catalana garantizó la gobernabilidad del estado y a la vez el aislamiento del pueblo vasco ante la represión del estado. En cierto modo, un papel que hoy se ve en los dirigentes del PNV, a apropósito del conflicto catalán. Parecería obvio que, si los dirigentes burgueses fueran primero nacionalistas y luego burgueses, serían los primeros en unir fuerzas contra el estado centralista. Pero la realidad es que primero son burgueses y luego nacionalistas. Y como burgueses necesitan el estado y la represión sobre el movimiento: esto explica, sin ir más lejos, el reciente anuncio por parte del gobierno de la Generalitat de que los Mossos d’Esquadra utilizarán gas pimienta en las manifestaciones contra la sentencia.

2.2.3. La ofensiva recentralizadora del estado ya vivió una etapa intensa en el segundo gobierno de Aznar (2000-2004), entonces el choque principal fue con la burguesía vasca encabezada por el PNV de Arzallus e Ibarretxe. Zapatero llegó con el objetivo de rehacer el acuerdo inter burgués y la solución fueron las reformas estatutarias. Pero el Constitucional dinamitó el Estatut catalán refrendado en el 2006 por el Parlament, las Cortes y un referéndum. Era el 2010 y el efecto al rechazo a la sentencia se combinaba con la llegada de la crisis. La burguesía central, de la mano del aparato del estado y bajo los gobiernos Rajoy, reactivó la recentralización política y económica, es decir también aprovechó la crisis para quedarse con una mayor parte de la tarta a costa de las burguesías periféricas, catalana y vasca, continuando los planes de Aznar.

La asfixia financiera fue un instrumento para intentar doblegar el movimiento, empezando por su dirección convergente y de ERC. Los recortes en servicios sociales en Catalunya han sido más intensos, de un lado por la ley de estabilidad y el chantaje permanente del estado, del otro los gobiernos Mas han aprovechado para lanzar una fuerte privatización de los servicios públicos. La combinación del factor político contra el Constitucional y el económico, con las consecuencias agravadas de la crisis, levanta una ola de rechazo popular en Catalunya y de la exigencia de mejor financiación se pasa a la demanda de autodeterminación e independencia, desbordando la política del Govern de la Generalitat. Las consecuencias del movimiento catalán para la corona son indiscutibles, pues estamos hablando del 18% del PIB y el 28% de las exportaciones.

2.2.4. La irrupción del movimiento provocó una crisis política en la coalición de partidos de la burguesía catalana: CiU. Una y otra vez la movilización desborda la política del Gobierno de la Generalitat y profundiza la crisis política de la burguesía catalana: esto contradice a quienes quieren explicar el procés como un plan milimétricamente premeditado por los dirigentes burgueses catalanes para ocultar su corrupción.

2.2.5. De las grandes movilizaciones se pasó al referéndum del 1 de octubre y la huelga general del 3. Estos hechos históricos marcan un antes y un después, un punto de no retorno: 2,3 millones desacatan la resolución del Tribunal Constitucional, aguantan las embestidas de la policía y la guardia civil, con más de un millar de heridos y ejercen el voto. El poderoso dispositivo de miles de agentes llegados desde todo el estado, con un presupuesto superior a los 80 millones de euros fracasa estrepitosamente, impotente para parar la decisión popular, dejando escenas de violencia policial. El estado no puede olvidar, el pueblo tampoco. Esto marca la imposibilidad –aunque lo quisiera el PSOE y la burguesía y la pequeña burguesía catalana asustadas– de volver a antes del 1O y –sin renunciar a ella– dejar la idea de la República Catalana para un futuro indeterminado.

Octubre de 2017 marcó el punto mayor alcanzado por la movilización catalana y a la vez retrató los límites de las direcciones burguesa y pequeño burguesa. El estado empieza deteniendo los dirigentes de los movimientos independentistas de masas (ANC y Òmnium) conscientes que el principal problema es el movimiento, que a menudo se impone al Gobierno: “President, posi les urnes”. Pero a JXC como a ERC no sólo les aterroriza la represalia del estado, sino también que el movimiento de masas determine hasta donde llega el procés. El 3 de octubre la huelga general que provoca las mayores manifestaciones, debía ser el marco de la proclamación de los resultados del referéndum y su implementación según la ley de transitoriedad aprobada por el Parlament de Catalunya, pero el Govern Puigdemont-Junqueres, que ya intentó parar el referéndum al mediodía del día 1 sin conseguirlo, retrocede y aplazó el resultado para el 10, volviendo a aplazar sus consecuencias. Hasta intentó precipitar unas elecciones para no aplicar el resultado del 1. Pero la presión popular no bajó y obligaba al President el 27, a proclamar la república catalana sin ninguna convicción y sin tomar una sola medida para hacerla efectiva, preparando ya el abandono del barco o la entrega sin resistencia al estado y el 155.

En los juicios inicialmente quitaron toda relevancia a la proclamación de la república llegando al ridículo, pero el Estado no perdona y esto les ha obligado a optar por la vía de una defensa política. Ahora están viendo como retroceder a cambio de que queden libres sus dirigentes presos o exiliados. Estos son los límites de los partidos de la burguesía JXC y ERC de la pequeña burguesía catalana. Con ellos a la cabeza no habrá república catalana. La CUP-CC estaba en inmejorables condiciones para hacer ese balance, pero ha aparecido siempre contemporizando con JXC y ER$C sin abrir una vía independiente de izquierdas y abiertamente comprometida con las reivindicaciones de cambio social.

2.2.6. El segundo elemento está en la necesidad de ganar la clase obrera (mayoritariamente nacida o con raíces en otros lugares del estado y no independentista) a la lucha contra el estado y por la república catalana. Sin clase obrera no habrá república. Y ello sólo será posible si la batalla por la república catalana es una lucha por mejoras sociales, de potenciación de los servicios públicos contra recortes y privatizaciones y eso sólo es posible desde la izquierda. Hoy la Ley Aragonés de privatizaciones vuelve a ser una oportunidad para definir un espacio político de izquierda contra el Govern, apoyado en la lucha social. La CUP-CC, en la que participamos, apostamos para que sea un motor para levantar esta alternativa de izquierdas por la república catalana y para que esta sea de los y las trabajadoras.

2.2.7. La sentencia debía ser ejemplar y la respuesta popular que se dio en Catalunya, también. El estado lo daba por descontado, máxime cuando nunca ha conseguido movilizar seriamente a los sectores que viven en Catalunya, pero nacieron en otros lugares del estado, eso a pesar de todos los esfuerzos no sólo de la derecha sino también del PSOE. Una gran parte del pueblo catalán son trabajadores y trabajadoras que, sin ser independentistas, tampoco se van a poner a rueda de los partidos de la derecha para enfrentarse con la otra parte del pueblo catalán, que sí está en constante movilización.

La masiva respuesta en las calles que la juventud impulsó en Catalunya, cambió la dinámica de desmovilización y retrocesos que habían impuesto las direcciones de ERC y JxCat. Se venció el miedo, se recuperó la fuerza en la calle y se volvió a respirar el ambiente de octubre: movilización, lucha y solidaridad. Codo a codo se volvió a hacer las calles nuestras. La protesta en el aeropuerto de Barcelona y los cortes de carreteras por todas partes, movilizaciones estudiantiles multitudinarias en secundaria y universidad con ocupación de los rectorados, las marchas por la libertad avanzando por el territorio demuestran la fuerza y la combatividad de un movimiento popular que no se da por vencido...

2.2.8. Pero la partida del futuro no sólo se juega en Catalunya, sino que va a ser determinante el cuestionamiento del régimen en el resto del estado. El tiempo juega contra el régimen, porque esta represión que se ha descargado en Catalunya ha tenido también su expresión en Andalucía con una criminalización sin precedentes en el resto de Europa del sindicato SAT, en el País Vasco donde una pelea de bar de Alsasua se quiere hacer pasar como expresión de terrorismo, o una lista de raperos, cantantes y titiriteros que son perseguidos con años de cárcel por ejercer la libertad de expresión.

La manifestación de Madrid del 16 de marzo es, en este sentido, un hecho histórico. Cerca de 100.000 personas (muchas más de las que los tres partidos de la derecha más el sector derechista del PSOE habían movilizado en Madrid “en defensa de España”), se manifestaron por el centro de la capital. Una gran mayoría venían de Catalunya, pero había también numerosos autocares que llegaron desde el País Vasco, Galicia, País Valencià, Asturias o Andalucía. También unos miles de madrileños salieron a las calles a defender el derecho a decidir de los catalanes, contra el juicio, la represión y el régimen del 78.

Una semana después más de 60.000 personas desbordaban las calles de Altsasu en Navarra, para defender a la y los 8 jóvenes con brutales condenas por una pelea de bar. Importante también los autocares que llegaron de Catalunya solidariamente. Este es el camino en el que comienza la cuenta atrás de la caída del régimen.

Así como en Catalunya el movimiento por la independencia es interclasista, la realidad del estado es que no hay otros sectores burgueses (con la excepción posible de un PNV en Euskalherria que está callado) que den apoyo a la lucha del pueblo catalán. Sólo desde la izquierda hay solidaridad. Y no la izquierda institucional, no digamos ya del PSOE, tampoco Podemos e Izquierda Unida estuvieron presentes ni el 16 en Madrid, ni en Altsasu. Obviamente si Podemos e IU hubieran llamado a movilizar la manifestación de Madrid hubiera sido más grande aún. Su ausencia les sitúa claramente como el puntal de izquierdas del régimen. Y, aun así, el movimiento sigue haciendo camino.

El mismo 16 en Madrid se celebraba una reunión que habíamos propuesto para coordinar las fuerzas de izquierda en la manifestación y para levantar una coordinación permanente. Pero los planes de sacar un manifiesto, seguir con la solidaridad con Altsasu y el SAT, se van a frustrar y diluir sin permitir avanzar en un frente político de los y las trabajadoras y los pueblos por la doble ruptura con la Monarquía y el capitalismo.

Por eso, fue también crucial, la respuesta que, aún seguir teniendo debilidades, se ha dado en el resto del estado frente la sentencia. La multitudinaria manifestación de San Sebastián precedida por las más de 200 menores convocadas por todos los sindicatos en pueblos y centros de trabajo de Euskadi y Navarra contra la sentencia, se acompañó de cifras menores pero muy importantes en Valencia, Madrid, las convocadas por el SAT en la mayoría de ciudades andaluzas, las de Cáceres, las de las 4 capitales gallegas…

2.3. ¿Recuperación económica?

2.3.1. El último gobierno Rajoy ya se quiso presentar como el de la recuperación económica. Anunció que la crisis había acabado. Ciertamente el PIB en 2016 alcanzaba los 1.113.840 M. euros, ligeramente superior al de 2008, y siguió creciendo los años posteriores. Los beneficios empresariales se han recuperado, así como los impuestos cobrados por el estado, pero las rentas salariales se quedaron muy por debajo, perdiendo un 5% en el reparto del PIB. Es decir, la crisis sirvió para que la patronal se quedara con una parte mayor de la riqueza total. Los trabajadores/as perdieron poder adquisitivo y aumentó la precariedad, en particular tras la última reforma laboral.

Los gobiernos del PP y del PSOE se refugian en las cifras macroeconómicas, con una recuperación por encima de la media de la UE. Asimismo, agitan la reducción del paro, una cifra que no tiene en cuenta la enorme rotación laboral introducida por las reformas laborales que agravan la enorme precariedad. De esta forma, la pobreza ya se instala también en un sector de asalariados/as precarios/ as. La precariedad afecta con más dureza a la juventud y a la mujer trabajadora.

2.3.2. El estancamiento de la economía europea arrastra la economía española. La amenaza de la crisis llega –a diferencia de hace 10 años– con las arcas públicas vacías y una enorme deuda pública, que alcanzaba este verano un nuevo récord de 1,21 billones de euros, esto es superior al PIB. La distribución de la deuda es del 73% del estado, 20% comunidades autónomas, 2% ayuntamientos y 3% de la Seguridad Social. Los acreedores y en su nombre la UE y el FMI exigen más recortes y un nuevo plan de austeridad, pero esto añade leña al fuego en la inestable situación política que atraviesa el reino de España.

2.3.3. Los compromisos del PSOE ante los sindicatos de derogar la reforma laboral han quedado en el olvido. Y en el proyecto de estabilidad presentado en abril del 19 a las autoridades europeas junto a un Programa Nacional de Reformas, se apunta a establecer la llamada mochila austríaca. Un sistema que supone individualizar la situación de cada trabajador con una aportación directa de su salario, una mochila que se puede recuperar en caso de despido o jubilación. Un dinero que, como en el caso de pensiones, lo gestionaría el sector privado, los fondos de inversión y estaría sujeto a sus movimientos especulativos. La mochila austríaca pretende atomizar aún más la realidad de cada trabajador/a, con el objetivo de anular la acción colectiva.

2.3.4. Complementando la política de reformas laborales actúa la política respecto a la inmigración. Ya hemos definido las leyes de extranjería como las peores reformas laborales, puesto que no pretenden tanto detener el flujo migratorio, sino tener una bolsa estable de trabajadores en las condiciones de sobreexplotación. Por ello el endurecimiento de las medidas del Gobierno PSOE, como la ampliación de la devolución en caliente, la financiación de Marruecos para contener sin importar cómo los y las inmigrantes, no se pueden enmascarar en declaraciones retóricas y vacías de contenido sobre los derechos humanos.

2.4. División de la derecha

2.4.1. Ante la caída del PP, en medio de numerosos escándalos de corrupción, la gran patronal financió una alternativa para evitar que –como en Grecia– sólo quedara la renovación por la izquierda. Así impulsó Ciudadanos, que había surgido del anticatalanismo en Catalunya, con un perfil difuso como para identificarlo claramente como una opción de derechas. Pero no todos los sectores reaccionarios cerraron filas tras Ciudadanos. Con la crisis al rojo vivo de la situación en Catalunya, desde sectores del aparato de estado (militares, fuerzas represivas, judicatura… y el propio entorno de la Monarquía), se activaba VOX que se había desprendido años atrás del PP, agrupando al sector más recalcitrante y que añora el pasado franquista, su nacionalcatolicismo, el machismo, todo dentro de la indisoluble unidad de la patria y una lealtad absoluta a la corona.

2.4.2. Con el giro también a derecha del PP tras la caída de Rajoy, impulsado por Aznar y con Casado como secretario general, la lucha por su supremacía en el espacio de la derecha estaba servida en un proceso de falangización de los tres. Pero ese sesgo hacia la extrema derecha ha dado poco resultado electoral, pues ha provocado el recelo de amplios sectores populares y a la vez una activación hacia la izquierda del voto de sectores de clase obrera que venían de la abstención. En las últimas elecciones los votos de la derecha han cambiado de destinatario, pero sin arrastrar a nuevos sectores: los bloques izquierda-derecha se mueven poco. La derrota del trío de la derecha en las generales, autonómicas y municipales ha sido contundente y ha agravado las tensiones entre ellos y en el seno de esos partidos. Ciudadanos no ha conseguido el zarpazo del PP, pero esa carrera le había alejado en demasía como para poder volver a un acuerdo con el PSOE como había hecho unos meses antes y a la vez le abría una profunda crisis interna. VOX tampoco ha crecido como hacía presagiar y las encuestas le pronostican un retroceso en próximas convocatorias.

2.4.3. De esta forma, aunque el PP sigue siendo el principal referente, difícilmente puede ser el aglutinador de una especie de CEDA de los años 30. Pero no se puede excluir que, si no hay irrupción del movimiento obrero y termina en derrota el pulso entre el pueblo catalán y la Monarquía, la derecha pueda aprovechar el reflujo para acceder a un gobierno duro contra el movimiento obrero y los movimientos sociales y populares. Pero la perspectiva de gobierno de la derecha en ningún momento nos puede debilitar ni un ápice la lucha contra el gobierno del PSOE o sus variantes que pudieran salir de las próximas elecciones.

2.5. El PSOE.

Sánchez ha sabido hacer de la debilidad virtud. Nunca el PSOE tuvo tanta debilidad, en número de diputados y senadores, en ayuntamientos y concejales. Nunca el partido estuvo tan dividido y enfrentado, al punto de tener un golpe de estado interno que echó a Pedro Sánchez de la secretaría general, para posibilitar una abstención in extremis que permitiera el gobierno de Rajoy. Y, sin embargo, el PSOE de Sánchez, reconquistó la secretaria general derrotando al viejo aparato y con la ayuda de las bases, y desde su renovada posición consiguió sacar adelante la moción de censura que provocó la caída de Rajoy y su acceso a la Moncloa. El Régimen y el Ibex 35 se habían jugado a un gobierno tripartito de la derecha, pero la reacción de un sector popular abstencionista que salió a votar para parar el trifachito, permitió a Sánchez un triunfo relativo y convertirlo en el instrumento al que tiene que aferrarse el régimen y la gran patronal para configurar un gobierno que les saque de la parálisis.

Pedro Sánchez sabe que su fuerza tan solo reside en la debilidad de la derecha para alcanzar una mayoría o en la debilidad de Podemos, que atraviesa otra crisis. Sabe que sólo fue posible sacar adelante la lucha contra el viejo aparato y después “ganar” las elecciones, porque la izquierda del partido, esto es la base, creyó que él protagonizaría un giro a la izquierda. Por eso le gritaban “con Rivera no” cuando fue el más votado en abril y necesitaba un socio de gobierno: sus bases se negaban a un acuerdo con Ciudadanos. Sin embargo, el régimen y el Ibex 35 vetaron el gobierno de izquierdas, y Sánchez lo hizo imposible a pesar de todas las claudicaciones de Iglesias.

¿Cuánto tardará esa traición a las bases en pasar factura? ¿Cuánto tardará la clase obrera en volver a hartarse de que hagan política contra ella con sus votos? ¿Cuánto tardará en volver a crecer la abstención y continuar con el ciclo de hundimiento característico a toda la socialdemocracia europea? La primera respuesta ya la tuvimos en noviembre con el retroceso del PSOE. Que empeore, es sólo cuestión de tiempo.

2.6. Podemos.

Nunca tanta expectativa duró tan poco. Nació aun con los ecos del movimiento del 15M del “no nos representan”, del cuestionamiento a las instituciones del régimen, de la lucha contra los poderes fácticos, la “casta”. Podemos subía como la espuma al calor de la extraordinaria lucha del pueblo griego contra los memorándums que le imponía la UE y la construcción de Syriza como alternativa, hasta que las encuestas le otorgaron la primera fuerza política. Pero el aparato de Iglesias y Errejón fue abandonando uno tras otro los rasgos y el programa de izquierda radical al mismo tiempo que su homólogo y referente Syriza hacía lo propio desde el gobierno heleno. Para imponer esa transición a la socialdemocracia, la dirección ha tenido que recurrir a métodos burocráticos que ninguneaban la voluntad de los círculos de base. El retroceso electoral de Podemos ha sido constante. La unidad con IU no ha cortado la sangría de votos y militantes que abandonaban. Hay sumas que restan, más si las dos componentes están en caída.

Hasta hoy las rupturas han sido por la derecha, la última de Errejón para ir con Carmela y formar Ahora Madrid. Pero es contradictorio que esa ruptura no liberara un Podemos más a la izquierda, al contrario. Hemos visto la reciente “negociación” con el PSOE para exigirle la entrada en el gobierno, con todo tipo de renuncias: el derecho de autodeterminación de Catalunya y la represión, el programa económico… Por la izquierda se ha producido el abandono de miles de activistas, pero no se ha construido una corriente en buena parte por la existencia de Anticapitalistas, que a menudo ha criticado la política y los métodos de la dirección, pero sin dar una perspectiva de lucha y no sometimiento. En esas condiciones ha funcionado como tapón y flanco de izquierdas de la misma política de Pablo Iglesias. La renuncia a presentar candidatura en Madrid, tras la ruptura de Errejón forzó a Anticapitalistas a dar un paso para la formación de lista, pero el acuerdo con IU de nuevo esteriliza su perspectiva política.

Las llamadas confluencias siguen teniendo un peso determinante en el grupo parlamentario. Els Comuns en Catalunya se apoyan en el control de la alcaldía de Barcelona por Ada Colau, pero los resultados en elecciones generales, después de los dos triunfos de 2015 y 2016, reflejan una caída continuada. El acuerdo para que Colau renovara la alcaldía de Barcelona con el PSC y los votos de Valls, demuestran dos cosas: la primera que la patronal teme en primera instancia un gobierno municipal de ERC ante la inminencia de la sentencia, aunque esté encabezado por un partido pequeñoburgués y privatizador. La segunda que el proyecto de Colau –como ya ocurrió con Carmena– se desvanece a marchas forzadas.

2.7. Los partidos nacionalistas en Catalunya.

Los bloques independentista y constitucionalista polarizan las elecciones más que el eje derecha-izquierda.

2.7.1. Es obviamente un eje interclasista en el que cada bloque tiene sus diferencias de clase. Como ocurriera en los años 30, cuando la lucha de clases se tensa la crisis aflora en los partidos de la burguesía catalana. Ocurrió con la Lliga Regionalista lo que ha ocurrido con CiU. Cuando los intereses como patronal entran en contradicción con los del catalanismo, la crisis burguesa está servida. En un mar de dudas y escisiones se juega la burguesía catalana en el plano político: estalló CiU, con escándalos de corrupción entre el 3% y el asunto Pujol. Unió Democrática de Catalunya acabó disolviéndose.

Se disuelve Convergència Democràtica, fundando un nuevo partido el PeDecat. Casi inmediatamente van a las elecciones en unidad con ERC con Junts pel Sí y en las siguientes –ya sin ERC como Junts per Catalunya (JxC). Las tensiones entre sus dirigentes son notables y parece ya inevitable que pierdan la presidencia en las próximas… y la crisis prosigue. JxC había conseguido retener el Govern de la Generalitat, pero parece que este juego llega a su fin.

2.7.2. ERC ha sido el partido histórico de la pequeña burguesía catalana. Las encuestas le dan una amplia mayoría como primera fuerza en unas elecciones catalanas. ERC se prepara para el próximo gobierno de la Generalitat, pero no para profundizar la ruptura con el estado, sino para negociar con él la libertad de los presos/as a cambio de enterrar el 1 y el 3 de octubre y volver al corral de las instituciones autonomistas. Para cubrir esa operación debe presentarse como el eje de un nuevo agrupamiento, y a ello sirve La Olivera, que agrupa desde ERC a Comuns y alguno de los sectores de la CUP, como Poble Lliure. ERC argumenta que hay que ampliar la base, sí, pero ¿para qué y con quién? ¿Ampliar la base para la ruptura o para el acuerdo con el PSOE? Ampliar la base es ganar a la clase obrera catalana a esa batalla y esto está en las antípodas de leyes como la Aragonès que abren las puertas del sector público a las privatizaciones.

2.7.3. La CUP-CC es hoy el punto de apoyo para avanzar en la construcción de una alternativa por la doble ruptura, con el estado y por la República Catalana, y contra el capitalismo por un plan de medidas para la clase obrera y los sectores populares. Pero la presión permanente en el interior de la CUP para acercarse una y otra vez al Govern burgués de JxC-ERC dificulta que aparezca como un referente para la clase obrera. La CUP tampoco ha profundizado en el balance necesario del entreguismo y la traición al 1 y 3 de octubre por parte de JxC y ERC, lo que permite que tras unos meses en que la decepción era amplia respecto a los dirigentes de esos partidos, con el tiempo, ERC vuelva a contar con un amplio apoyo.

Nuestra lucha por entroncar el movimiento por la República catalana con la respuesta a las necesidades del movimiento obrero debe continuar y avanzar en el reforzamiento de un ala izquierda en la CUP-CC.


III El movimiento de masas


3.1. Movimiento obrero y recomposición sindical.

En esta situación, se han realizado unas elecciones sindicales en las que nuevamente CCOO y UGT determinan el panorama sindical. Tarda una enormidad que el fin del bipartidismo que se ha dado en la política española llegue al mundo sindical. Y ello no es debido a que no haya protesta en la base. La reorganización en el sindicalismo ha ido por detrás de la política, en parte por la atomización de la clase obrera. Las sucesivas reformas laborales fueron dividiendo a la clase. Esa era la condición esencial para poder enfrentar a unos sectores con otros: distintas condiciones laborales, intereses a menudo contrapuestos entre sectores (dobles escalas salariales…) y así aislar la respuesta obrera. Este profundo trabajo lo iniciaron los gobiernos del PSOE y del PP, con la complicidad de los partidos nacionalistas burgueses y de las direcciones de CCOO y UGT. Todo ello con el beneplácito de la patronal y la UE.

A ello hay que añadir la desmovilización impulsada por las direcciones de CCOO y UGT en años de retroceso brutal de las condiciones de trabajo, caída de los sueldos y aumento de la precariedad, que han generado miedo a la pérdida del empleo. Del otro, porque no hay un referente claro que pueda canalizar y favorecer corrientes de izquierda que vayan a romper con CCOO y UGT. A lo largo de décadas se han ido sucediendo crisis y rupturas en los dos grandes aparatos sindicales, pero a falta de un polo aglutinador, ha dado lugar a una miríada de pequeñas organizaciones sindicales, muchas de ellas de ámbito sectorial o de empresa. Con esta dispersión ninguna sigla puede hacer sombra a CCOO y UGT en los grandes temas, por ejemplo, en convocatorias de huelga generales.

Quién estaba en mejores condiciones para jugar ese papel era la CGT, pero no lo hizo por una política sectaria y autoproclamativa que aleja más que acerca las rupturas de otros sindicatos. Faltos de esa referencia, la única posibilidad han sido las plataformas de unidad sindical. Las Marchas de la Dignidad particularmente en su inicio en 2014 con la gran manifestación de Madrid, y, aunque después se debilitaron, continúan siendo un referente a potenciar y en ella se siguen encontrando algunos de los principales sindicatos alternativos: SAT Andalucía, Corriente Sindical de Izquierdas de Asturias, la IAC catalana, CGT...

En Euskal Herria la realidad sindical es distinta. ELA y LAB tienen la mayoría sindical, en detrimento de CCOO y UGT. En Catalunya la Plataforma del 3 de octubre lanzó la huelga general con relativo éxito en las empresas y grandes movilizaciones como protesta por la represión del 1 de octubre. En el procés catalán –e intentando copiar el esquema vasco– sectores de Poble Lliure junto a ERC han relanzado el sindicato independentista Intersindical-CSC que ha obtenido fuerza en el sector público.

Sin una reactivación de la lucha obrera es muy difícil que se produzca esa recomposición sindical, también son necesarios triunfos, por lo que la política revolucionaria debe formar parte de cada lucha, por pequeña sea, y de estos intentos de construcción de referentes sindicales.

Han surgido nuevas luchas en sectores muy precarios, como las Kelly, los Raiders, los falsos autónomos, las cárnicas, el personal externalizado del sector público, los trabajadores contrata dos en los bares de los aeropuertos... Estas luchas han sido llevadas en muchos casos desde la autoorganización y con el apoyo de sindicatos alternativos. Muy lejos han estado los grandes sindicatos del régimen, que cuando han intervenido ha sido tarde o con la clara intención de controlar el movimiento. Una de las principales características en estos sectores tan precarios ha sido la composición mayoritaria de mujeres, jóvenes e inmigrantes.

3.2. Movimiento independentista catalán.

La ANC y Òmnium han sido los referentes de las grandes movilizaciones de masas del independentismo. El peso en ellas de ERC y de JxC es evidente, aunque a menudo bajo la presión del movimiento, la ANC y Òmnium han ido por delante en sus exigencias a las direcciones políticas. Un caso evidente era la exigencia “President posi les urnes” con la que la presidenta de la ANC cerraba un acto multitudinario. Aun siendo más permeables a la presión de la base, tampoco estos organismos fueron más allá cuando las direcciones de ERC y JxC, en octubre del 17, primero se negaban a aplicar el mandato popular y más tarde abandonaban la lucha.

3.2.1. Los Comités de Defensa de la República han sido los organismos más avanzados que ha dado la movilización popular. Inicialmente de defensa del referéndum, son los organismos creados ad hoc alrededor del 1 y el 3 de octubre. Llegaron a organizar a decenas de miles de activistas de todas las edades. Su actividad era incansable a nivel local. La dificultad fue establecer una orientación política, coordinación y un funcionamiento, que sin eliminar el carácter asambleario de su funcionamiento permitiera avanzar en la propuesta de actos centrales, hasta aquel momento monopolizados por ANC y Òmnium, y así avanzar en la disputa por la dirección. Por ese dinamismo no sólo el estado sino también el Govern de la Generalitat han puesto a los CDR en el punto de mira. Acusaciones de actividades violentas, represión por la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra y, ante las detenciones, respuestas muy tímidas por parte de ANC y Òmnium. Pero una de las claves de reactivación del movimiento está en la reactivación de los CDR, avanzando en su coordinación en todo el territorio.

3.2.2. Asimismo, hemos dado mucha importancia a la Plataforma 3 de octubre, que fue la que se constituye entre sindicatos, partidos y movimientos para convocar la huelga general del 3 de octubre. La continuidad de esa plataforma ha sido muy desigual. Se hicieron unas jornadas anti represivas en julio del 18, pero han habido muchas dificultades para fijar nuevos objetivos y darle continuidad. No obstante, supone un punto de apoyo imprescindible como puente hacia la clase obrera y ese objetivo es estratégico, por lo que hay que profundizarlo.

3.3. Marea Pensionista.

Las movilizaciones sobre las pensiones son un hecho mundial, en algunos países con pérdidas de vidas. La brutalidad del capitalismo para empobrecer a la clase trabajadora, y por otro lado re-cobrar beneficios con los planes privados, encuentra una resistencia, especialmente de pensionistas. Los trabajadores y jóvenes, no intervienen masivamente.

A toda esta situación el Estado, siguiendo el mandato de la UE avanza en el proyecto de deteriorar más condiciones de los futuros pensionistas y está proponiendo la denominada Mochila Austriaca que no es más que una nueva vuelta de tuerca tanto a los trabajadores en activo como a los futuros pensionistas, atacando gravemente a las Pensiones Públicas.

Hay que mencionar que nueve millones de pensionistas son un gran foco de atracción, tanto para la banca, los sindicatos CCOO y UGT, como para los partidos políticos. Para estos últimos, es un gran caladero de votos y para la banca una posible fuente de negocio (para eso han potenciado los Planes de Pensiones Privados) y para los sindicatos, defendiendo en los convenios Planes de Pensiones de empresa y quedándose con una tajada.

3.4. Irrumpe el movimiento feminista.

Al igual que en la dinámica mundial, el movimiento feminista es protagonista de grandes movilizaciones y jornadas de lucha en todo el Estado. No sólo los días del calendario, en particular 8M y 25N, sino también las enormes movilizaciones contra la sentencia de La Manada, o la respuesta inmediata al pacto de gobierno reaccionario en Andalucía que generó concentraciones en más de 124 ciudades del Estado bajo la consigna “ni un paso atrás”, o las recientes movilizaciones de la “emergencia feminista” ante los últimos feminicidios.

El caso de La Manada evidenció la responsabilidad e impunidad institucional y lo que ello genera. A partir de allí la denuncia a la justicia patriarcal es una de las consignas más fuertes del movimiento. La rectificación de la sentencia por parte del Tribunal Supremo ha sido un triunfo de la movilización que se mezcla con el descrédito de esta institución. La lucha contra la violencia machista y patriarcal es el elemento principal de movilización.

En el plano laboral, la precariedad es el principal problema, que se expresa en que los trabajos en peores condiciones, contratos precarios y temporales, son ocupados mayoritariamente por mujeres. Por eso hablamos de sectores feminizados. Gran parte de estos sectores son servicios públicos externalizados, por eso toma peso la consigna por la internalización y recuperación de estos servicios. Las denuncias a las políticas racistas y xenófobas han ganado peso en el movimiento: la derogación de la Ley de Extranjería, el cierre de los CIEs (Centros de Internamiento de Extranjeros), contra las deportaciones y en general por los derechos para las personas migradas.

Evidentemente hay distintos debates abiertos en el seno del movimiento. Uno de ellos se arrastra desde la primera convocatoria de la huelga feminista y es sobre el carácter y la composición de la misma, es decir, si es una huelga de mujeres o si es una huelga general feminista. Nosotras defendemos que se trate de una huelga general feminista, es decir, una huelga protagonizada y encabezada por las mujeres, con una perspectiva feminista en las reivindicaciones, y que además de incluir el aspecto laboral, también incluye la cuestión de los cuidados y el consumo. Defendemos que donde haya servicios mínimos se trabaje para que sean los varones los que lo asuman y en el mismo sentido respecto a los cuidados. Por fuera de esos casos, la huelga la hacemos todas y todos, y es contra los gobiernos, las instituciones y la patronal. Cualquier política que vaya en el sentido de que los varones no hagan huelga es funcional a los intereses de los responsables de las situaciones que padecemos las mujeres en este sistema capitalista patriarcal. En definitiva, se trata de una discusión fundamental sobre la perspectiva estratégica del movimiento feminista, es decir, la importancia de la alianza con el conjunto de la clase trabajadora y sectores oprimidos para derrocar las bases de este sistema.

En ese mismo sentido, se han ido presentando debates en el movimiento alrededor de la prostitución, la cuestión de género o la raza –y que debemos abordarlos– que en diversas ocasiones fueron instrumentalizados para reventar asambleas de organización, principalmente por parte del sindicalismo oficialista y del feminismo institucional. Es decir, hay una intencionalidad de algunos sectores de dividir el movimiento, cuestión que por ahora no han conseguido. Una vez más, cabe recordar y visibilizar la verdadera división del movimiento feminista que es la división de clase. Hay que combatir el feminismo burgués y denunciar el lavado de cara que intenta el capitalismo de la mano de levantar la bandera del feminismo de clase, anticapitalista y socialista.

3.5. El movimiento LGBTI.

Siguiendo la dinámica global de la que venimos hablando, el ascenso mundial de la ultraderecha amenaza todos los derechos que la lucha del colectivo LGBTI ha ido conquistando en el último siglo. Desde Bolsonaro a Abascal, desde Trump a Salvini, diariamente se realizan declaraciones LGBTIfóbicas, y no solo en países con menos recorrido histórico del colectivo, sino también en aquellos estados que se dicen “tolerantes”. El discurso de odio que se promueve, alineado al de la Iglesia, pone en el punto de mira a los colectivos LGBTI y feminista, y a todos aquellos que, en definitiva, desafían la heterónoma y el patriarcado. Así, seguimos sufriendo diariamente violencia de género y LGBTIfóbica en todo el planeta.

3.6. Juventud.

El protagonismo de la juventud en grandes luchas y movilizaciones actuales es indiscutible. Es el caso del movimiento feminista o del movimiento de lucha contra la catástrofe climática con el reciente fenómeno de “Fridays for Future”. También en el independentismo, donde las huelgas estudiantiles han tenido un rol clave (como la realizada el 26 de octubre del 2017), en los CDRs o en los referéndums contra la monarquía de todo el Estado.

3.6.1. El movimiento estudiantil arrastra todavía las consecuencias de la derrota que significó el plan de privatizaciones (Plan Bolonia, 3 +2, etc.) y el proceso de elitización de la universidad pública. Aun así, ha habido diversas huelgas, tanto del movimiento estudiantil de secundaria como el universitario pero que debido a la política burocrática y reformista de sindicatos (SEPC, SE, etc.) no han tomado la forma de un plan de lucha continuado y han imperado reclamos y orientaciones reformistas como la reciente política de juntar firmas para una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por la rebaja del 30% de las tasas universitarias. Existe un sector asambleario y crítico con esta política, pero su debilidad, anti partidismo y sectarismo (“no vamos a la huelga porque la convoca SEPC”) no han permitido hasta el momento avanzar en la construcción de un polo combativo en el movimiento.

3.6.2. El 14 de octubre, con la movilización al aeropuerto del Prat contra la sentencia, provocó una fuerte respuesta de la juventud, no sólo del movimiento estudiantil sino también jóvenes de barrios diversos. Ha sido un punto de inflexión al punto que se ha comenzado a hablar de “la generación 14O”. Grandes movilizaciones, resistencia contra la represión policial, huelgas de estudiantes e incluso una acampada en Plaza Universidad, marcaron las semanas siguientes. Se avanzó en la unificación de las reivindicaciones democráticas y nacionales y las sociales y en la conciencia sobre el rol del gobierno de la generalidad y en particular del conseller de interior Buch ante los brutales operativos represivos conjuntos entre Mossos d’Esquadra y Policía Nacional. Pero también, una vez más y hasta el momento, las direcciones no han tenido una verdadera política de impulsar asambleas de base y democráticas desde donde se pueda elaborar un plan de lucha independiente. (Ver Anexo)

3.6.3. Juventud y cambio climático. Dentro del marco de la crisis económica mundial, ha entrado en pleno centro del debate, encendiendo todas las sirenas de alarma, el tema de la crisis ambiental y climática que, según parece, va a azotarnos sin clemencia en los años que vienen.

En este contexto surge un movimiento internacional de jóvenes abanderado del ecologismo, el llamado “Fridays for Future”, encabezado por la activista medioambientalista sueca Greta Thurenberg. Desde su nacimiento hemos visto como las elites mundiales han intentado cooptar este movimiento ecologista y se abanderan de hacer todo lo posible para salvar el planeta de unos residuos contaminantes que ellos mismos, por otro lado, generan. El capitalismo verde o ecocapitalismo, en el que se enmarca “Fridays for Future”, intenta casar la sostenibilidad de un sistema capitalista con la pervivencia del mismo. Esto es contradictorio partiendo del entendimiento de que el capitalismo se dedica a maximizar el beneficio de los propietarios de los medios de producción a costa de lo que haga falta provocando así la destrucción de los propios medios productivos y naturales.

3.7. Movimientos en defensa de los servicios públicos.

Ha habido un retroceso en los movimientos que surgieron al calor de la lucha contra los recortes. Actualmente en Catalunya hay una ofensiva privatizadora a partir de llamada Ley Aragonès. Se trata de las condiciones para la privatización de una lista interminable de servicios públicos. Frente a ello la FAPAC, CGT, IAC, Marea Pensionista y otros colectivos están convocando movilizaciones.

3.8. Surge un movimiento contra el avance del fascismo.

La represión contra las votantes el 1 de Octubre y la suspensión de derechos y libertades democráticos en Catalunya, pero también la ley de extranjería y la criminalización de las personas migradas, y un discurso cada vez más reaccionario de los partidos de la derecha “tradicional”, empujan a buena parte de sus votantes a pasar a VOX, que recoge la extrema derecha de siempre y la que ha permanecido en los partidos del nacionalismo españolista de PP, Cs, o incluso del PSOE. VOX utiliza no sólo el juicio al procès como herramienta de propaganda, sino también otros en los que se le permite acusar a políticas, actores, o activistas.

Este ascenso de la ultraderecha ha tenido su contrapunto con la creación de organismos de barrio, pueblos o ciudades, decididos a combatir la presencia y propaganda fascista, machista o xenófoba. Espacios Antirracistas, Comités Antifascistas, Plataformas como la UCFR,… unidas para frenar a VOX y demás ultras. También los CDRs combaten el ascenso de la extrema derecha. La coordinación de estos grupos a través de las redes sociales permite respuestas conjuntas ante acciones de los grupos ultras.

3.9 …y en solidaridad con la Inmigración.

Como consecuencia de las guerras como Siria, así como de la situación de penuria económica creada por el capitalismo, millones de personas se ven forzadas a abandonar sus hogares e intentan llegar a Europa o EEUU, para tener una vida digna. Esta situación provocó una ola de solidaridad en la campaña Casa Nostra Casa Vostra a principios del 2017, que impulsó la manifestación Volem Acollir, la más importante de Europa, pidiendo que se abrieran las fronteras. Pero ni la UE ni Rajoy lo hicieron. Al contrario, lo agravaron dejando de dar puertos seguros a las embarcaciones llenas de migrantes. Open Arms, Sea -Watch y otras ONGs, se convierten en protagonistas involuntarios, héroes para los humildes, villanos para los poderosos y gobiernos como el de Salvini.

La llegada de Sánchez no significó un cambio en la política de acogida. Permitió el desembarco del Aquarius, pero después realiza devoluciones en caliente a Marruecos, continúa la represión en las fronteras de Ceuta y Melilla, mantiene abiertos los CIE, aplica la Ley de Extranjería, mantiene el bloqueo de las oficinas de regulación de documentos de asilo, nacionalidad, etc.

Las activistas pro-derechos se organizan en multitud de grupos de apoyo a las migrantes y denuncia de los responsables políticos. La Coordinadora Obrim Fronteras, colectivos por el cierre de los CIEs, otros que –ante el colapso de la administración por falta de inversiones– se ocupan de buscar un techo a los recién llegados…

3.9.1. También se organizan los migrantes. Trabajadoras del hogar y los cuidados se organizan en su “sindicato”, las Kellis lo hacen también, todas peleando por sus mejoras laborales, pero también contra la Ley de Extranjería. El sindicato de Manteros y otros grupos como Tras la Manta, están defendiendo el derecho al trabajo, así como una regulación administrativa que les permita trabajar en cualquier lugar.

Unidas al gran proceso de luchas por la igualdad y plenitud de derechos de la mujer, también algunos colectivos de mujeres migrantes se organizan para dar una respuesta conjunta a sus problemas como mujeres y trabajadoras (racismo, machismo o abuso laboral).

Una gran parte de estos colectivos se reunió durante el año 2018 en una plataforma contra la Ley de Extranjería que ocupó la antigua Escola Massana, y se convirtió en un espacio de debate, lucha y organización de manifestaciones y otras acciones contra la ley de Extranjería.


RESOLUCION SOBRE TAREAS XIII CONFERENCIA


La situación de inestabilidad ya crónica del Gobierno –caso de que llegue a constituirse– es el reflejo de la crisis institucional y de régimen que hay debajo.

1. Profundizar la ruptura con el gobierno y el régimen monárquico.

El choque de Catalunya y el Estado de octubre del 17 se profundiza a partir de la sentencia de casi cien años de prisión para los dirigentes independentistas, con la criminalización generalizada de toda protesta: todo es violencia y terrorismo. La lucha contra la represión debe ser el instrumento para avanzar en la coordinación inmediata tanto en Catalunya como para avanzar en una plataforma a escala estatal. Pero esa batalla antirrepresiva, que implica un posicionamiento antifascista, debe ir de la mano de la defensa de los derechos democráticos y del derecho de autodeterminación, contra el régimen monárquico.

No hay salida a las aspiraciones de los pueblos oprimidos sino entroncan con la solución a las reivindicaciones de clase trabajadora y sectores populares. Pero estas reivindicaciones entran en ruptura con el capitalismo, por lo que esas dos rupturas –democrática y de clase– van de la mano y con movilizaciones o no será ninguna de las dos. Mantenemos una política de independencia de clase respecto al Gobierno de la burguesía nacionalista en Catalunya por un plan de choque que atienda las necesidades más urgentes de la población trabajadora. Por una República en Catalunya, Euskal Herria, Galiza… por una Federación de repúblicas que queremos sean socialistas.

Con esa orientación proseguimos la intervención en los CDRs, que son los organismos más dinámicos que ha dado el proceso de lucha popular. En el movimiento obrero continuamos defendiendo el avance que supuso la Plataforma sindical y política que convocó la huelga del 3 de octubre, instrumento hoy insustituible para intentar profundizar en el movimiento obrero. A nivel estatal el organismo que había sido útil las Marchas de la Dignidad para avanzar en la coordinación está muy debilitado y habrá que tomar iniciativas, posiblemente hacia una Plataforma contra la represión.

2. Apoyar los procesos de movilización contra la patronal y las políticas de los Gobiernos, por pequeños que sean: contra EREs y despidos, contra rebajas en las condiciones salariales y pensiones, en defensa de los sectores públicos, contra recortes y privatizaciones.

2.1. No hay otro camino que seguir estando al lado de estas luchas e intentando su coordinación y generalización. La intervención pasa por la recuperación de la democracia obrera, con asambleas, comités de huelga elegidos y revocables, que busquen sin sectarismos la máxima unidad de clase para la lucha. Impulsamos la unificación de las luchas en vistas a salir del aislamiento al que la someten los sindicatos mayoritarios. Convirtiendo la lucha obrera –sin perder ese carácter, su forma de lucha y organización– en lucha social y política, por la implicación de sectores amplios de apoyo, ahora intentando ligarlas a la reivindicación contra el régimen.

2.2. Asimismo, el enfrentamiento político contra la Monarquía se enlaza con el anuncio de nuevos recortes, producto del altísimo nivel de endeudamiento público en puertas de una nueva recesión. La defensa de salarios y pensiones –contra medidas como la mochila austríaca–, contra la precariedad laboral, por el derecho a la vivienda, contra recortes y privatizaciones en servicios públicos – como la Ley aragonés en Catalunya–, contra les leyes de extranjería, va de la mano de levantar un plan obrero de urgencia contra la crisis. Un plan que entronca con el no pago de la deuda, por la exigencia de nacionalización de la banca bajo control de las trabajadoras y los trabajadores que permita poner todos los recursos al servicio del plan, por la ruptura desde el internacionalismo con la Unión Europea, propagandizando la necesidad de un gobierno de los y las trabajadoras.

2.3. Dentro de las posibilidades intentamos regularizar piquetes de distribución de octavillas y prensa en fábricas y centros de trabajo, para presentar propuestas políticas y campañas.

2.4. Ante la incapacidad de las direcciones sindicales para dar respuesta a los graves problemas de los y las trabajadoras, y con los ecos del 15 M, se crearon movimientos como las Mareas que son expresiones de la voluntad de lucha. De entre ellas, hoy la más dinámica es la Marea Pensionista. Nuestra intervención en ella sigue la orientación de ir hacia las fábricas, hacia los sindicatos para que tomen las reivindicaciones.

2.5. Es fundamental profundizar la intervención en el movimiento feminista y LGTBI, como se avanzó en el último 8 de marzo, en la huelga general mundial o contra las agresiones machistas, desde una posición de clase.

3. Impulsar un proceso de confluencia de fuerzas políticas, por un Frente de Izquierda en ruptura con la Monarquía y el capitalismo.

En la CUP-CC, aunque con dificultades, se concreta un frente de doble ruptura. Nuestra batalla dentro de la CUP-CC es la defensa de una política de independencia de clase, orientada hacia la clase obrera y sectores populares. Y en este camino es imprescindible agrupar fuerzas con los sectores de izquierda. Estamos por seguir la batalla dentro de CUP-CC, y ampliar si es posible a nuevas organizaciones. Anticapitalistes sería el puente natural a Podemos/Comuns del que muy probablemente se vayan a producir rupturas por la izquierda a partir de su implicación con el Gobierno Sánchez.

La elección de una diputada y un diputado de la CUP-PR en el Congreso debe ser una palanca para avanzar en la conformación de un frente estatal contra la represión, contra la Monarquía por el derecho de autodeterminación y anticapitalista.

4. Impulsar el internacionalismo y la construcción de la UIT-CI.

En numerosos países ha habido levantamientos populares contra el encarecimiento provocado por políticas de ajuste. Asimismo, hemos visto también las exigencias de libertades democráticas, frente a regímenes autoritarios y corruptos: se reactivan las luchas en Oriente Medio y el Norte de África, como en Líbano, Argelia o Sudán. En América Latina como en Chile. Acompañar estos procesos es fundamental para la construcción de Lucha Internacionalista y la UIT-CI. Asimismo, es necesario avanzar en agrupamientos revolucionarios contra las falsas políticas de la nueva Izquierda (bolivarianos, neoestalinismo…). Internacionalizar Lucha Internacionalista es responder sistemáticamente a esas luchas y a las campañas que se impulsan des de la UIT-CI, asimismo participar en sus organismos como el CEI y en las iniciativas de sus secciones.

Barcelona, 17 de noviembre de 2019

Lluita Internacionalista

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