Hay huelgas que pasan a la historia del movimiento obrero. Hace 10 años, la huelga de las 210 trabajadores y trabajadoras de Panrico de la planta de Santa Perpetua de Mogoda (octubre 2013-junio 2014) es una de ellas. No sólo se trata de la más larga en décadas: 8 meses, sino también por la voluntad incuestionable de los y las trabajadoras de luchar por “0 despidos, 0 rebajas” que vertebró la huelga, cuando más del 90% del ERE se resolvía con la firma de las direcciones sindicales mayoritarias, discutiendo sólo si podían reducirse un poco los despidos y cuánto se pagaba por indemnizaciones. Fue un grito en la rebelión obrera, en la defensa de todos los puestos de trabajo y no ceder más las condiciones laborales.

Una huelga en un momento clave, en plena crisis del capitalismo iniciada en el 2008-9 y que arrastraba muchos cierres y despidos. Estaban en lucha Coca Cola en Madrid, Monroe que ocupaba la empresa en Asturias... La lucha de Panrico podía crear un precedente a seguir por otras empresas en lucha. Si además podían coordinarse las luchas, se daba un paso enorme. Y esa importancia no sólo la percibió la patronal y la Generalitat sino también las direcciones sindicales de CCOO y UGT, que se veían cuestionadas en una lucha que despertaba una creciente solidaridad entre la clase obrera y los sectores populares. Meses después se destapó que la dirección de Panrico había pagado a UGT y CCOO mucho dinero y personas liberadas a cambio de la paz social en la aplicación del ERE y su posterior venta a Bimbo.“Panrico: corrupció sindical en la direcció de CCOO”. Lluita Internacionalista 135 gener 2015

Las amenazas continuadas de la patronal siguieron provocando la reacción unánime de la asamblea, la vulneración del derecho a la huelga con la entrada de camiones cada día por el suministro de productos Panrico fue denunciado pero detenido por la Generalitat, como las amenazas contra los trabajadores y el comité de huelga, sin que CCOO hiciera ningún escándalo.

Por entonces la lucha de los y las trabajadoras tuvo dos retos:
1) controlar a través de la asamblea y el comité de huelga el curso de la lucha, teniendo siempre la oposición de CCOO que controlaba el comité de empresa, y que jugó un papel desmoralizante.
2) romper el aislamiento que imponían las direcciones sindicales mayoritarias, en un cordón sanitario estremecedor. La planta de Panrico de Paracuellos (Madrid), clave para la producción, no fue a la huelga, aunque los trabajadores habían votado huelga. La dirección traicionó la lucha y Santa Perpetua acabó sola. ¡Qué diferente hubiera sido que los trabajadores se unieran y saltaran a la lucha conjuntamente ante la empresa!... Pero es que el aislamiento de Panrico se daba en la misma localidad donde CCOO impedía que conectaran con Alston, que también iban a la huelga.

Después de 8 meses de huelga, de una lucha titánica contra patronal, Generalitat y direcciones de CCOO y UGT, el desgaste era enorme a pesar de que funcionaba una caja de resistencia que, con las aportaciones solidarias y un montón de actividades, permitían recoger ayudas para las familias más necesitadas. Al final fue necesaria una nueva maniobra de CCOO para forzar el fin de la huelga. Pronto empezarían los despidos, parte de ellos financiados directamente con una ayuda de 8 millones de la Generalitat de Catalunya (“L’escandalosa complicitat de Felip Puig amb la patronal de Panrico”Lluita Internacionalista 134 octubre/novembre 2014) , que antes había mandado repetidas veces al Mossos a reprimir la lucha.

La historia de la lucha de Panrico tuvo un antes y un después. Resueltas las denuncias derivadas de la huelga, el fondo buitre Oaktree, propietario de Panrico en julio de 2015, vendió las 7 fábricas a la multinacional mexicana Bimbo por 190 millones. Bimbo es la mayor empresa panificadora del mundo, con presencia en más de 30 países y con beneficios de 2023 de 841,8 millones de euros. En 2015 Bimbo inauguraba nueva planta en Guadalajara, pero en la tónica de concentración, en 2020 cierra la fábrica de Granollers, en 2021 cierra la de Tenerife. La fábrica de Paracuellos de Jarama (Madrid) cierra el 2022 y ahora se acaba de cerrar la de El Verger (Alicante, antigua Madalenas Ortiz). El último cierre se realiza con 25 días de indemnización con un tope de un año, el resto con recolocaciones. Así han ido cayendo no sólo los puestos de trabajo, sino también las indemnizaciones. Un triunfo en la huelga de Panrico Sta Perpètua podía haber modificado el transcurso de estos cierres. Los y las trabajadoras en huelga hicieron todo lo que estaba en sus manos. Todo el respeto y nuestra admiración para los y las trabajadoras.

Carlos Rodríguez
Josep Lluís del Alcázar

Panrico todavía resuena en la memoria de la clase obrera y conviene que lo continúe haciendo por muchos años. Las huelgas a menudo quedan bloqueadas sin avanzar porque la dirección, el comité de empresa, empieza a frenar las iniciativas que surgen de las asambleas con la necesidad de ir más lejos en la lucha. Cuando se está en huelga el instrumento para avanzar es el comité de huelga que puede ser elegido por la asamblea. Hace falta que los y las trabajadoras se den cuenta que la dirección de siempre hoy es un freno en la lucha y que hay que sustituirla. Y es difícil enfrentarlo y que haya compañeros y compañeras que dan un paso adelante para integrar el comité de huelga. En Panrico esta sustitución parcial, con 3 trabajadores y una trabajadora, llegó cuando ya se llevaban 5 meses de lucha. Y la dirección de CCOO, que anunció que dimitía, retrocedió en cuánto vio que había compañeras y compañeros dispuestos a tomar el relevo y la asamblea los apoyaba. Entrevistamos a Mari y Agustín dos de los miembros electos por la asamblea en el comité de huelga.

LI.- ¿Qué sentisteis cuando levantasteis la mano para ofreceros como miembros del comité de huelga?
M y A.- Los sentimientos fueron varios: de intentar que la lucha no se viniera abajo; de que los estaban en este Comité de Huelga hasta entonces –el comité de empresa- dejaran paso pues nos estaban engañando desde el primer momento, y orgullo de tener compañeros y compañeras a mi lado como ellos

LI.- ¿Cómo definirías el papel que jugó la dirección de CCOO?
M y A.- Traición total a todos los trabajadores de Panrico, al servicio de la patronal.

LI.- ¿Cómo valoras la autoorganización de las compañeras y compañeros en el campamento?
M y A.- Muy positiva desde el primer día: cada uno puso en marcha lo mejor de cada cuál para organizar el día a día que fueron 8 meses de lucha.

LI.- ¿Cómo valoras la solidaridad del pueblo y de las organizaciones que estuvieron a vuestro lado?
M y A.- Sin esta solidaridad nos habría costado llevar esta lucha para adelante ya que nos vinieron a ayudar mucha gente que a día de hoy les estamos muy agradecidos por la ayuda recibida.

LI.- ¿10 años después cómo veis la lucha que hicisteis?
M y A.- Seguimos pensando que fue necesaria y orgullosos de pelear contra la empresa, políticos y sindicatos traidores. Con el tiempo ya pasado nos preocupa que los trabajadores hoy en día no se unan para luchar por un trabajo digno.

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