Del 21 al 27 de abril Javier Ballesteros, del SOC-SAT y jornalero en la ocupación de Somonte, visitó Catalunya.
La gira tenía la intención de ayudar a reconstruir una solidaridad que hoy ellos precisan pero que en otros
momentos pueden necesitar los y las trabajadoras de aquí. La concreción de la misma y la propuesta de
campaña para resolver su necesidad práctica actual de una furgoneta para poder sacar la cosecha, nació de
la visita a Somonte de nuestros compañeros el mes anterior. La realización de la gira fue una muestra de
trabajo unitario, de clase, que recorrió desde la SEAT a las dos universidades públicas (UB y UAB), escuelas
de adultos -como El Carmel en Barcelona o la de Girona-, charlas en Vilanova, St. Pere de Ribes, Barcelona,
Viladecans, El Prat, Barberà,... hasta reunir más de 500 personas en la semana gracias al trabajo conjunto
de un importante número de organizaciones que se comprometieron con la campaña con charlas o con
dinero (IAC, COBAS, UM-9, Endavant, CGT -UB, SEAT, Enseñanza...-, Assambleas Populares, propuestas
alternativas como los Huertos Urbanos... y por supuesto Lucha Internacionalista. Si seremos o no capaces
de conseguir la furgoneta, está por ver, pero el valor de la gira como paso y punto de fusión y solidaridad
obrera está más que conseguido. Durante la misma, entrevistamos a Javier.

LI.- ¿Cómo llegasteis a ocupar
y hacer producir las tierras de
Somonte?

JB.- Con el SAT ya habíamos hecho
muchas ocupaciones simbólicas,
como denuncias, esperando
llamar la atención de los políticos
sobre la injusticia que eran las tierras
en manos de terratenientes y
especuladores, muchas abandonadas
y nosotros sin poder trabajar.
Pero no logramos que cambiara, así
que esta vez, cuando ocupamos
Somonte nos quedamos y nos pusimos
a trabajarla desde el primer
día, como una alternativa a la crisis
y al paro que afecta nuestros pueblos.
Pero también como una lucha
ideológica: para demostrar que la
podemos trabajar sin patrones ni
terratenientes y porque siempre
hemos dicho que la tierra ha de
ser para quien la trabaja.

LI.- «La tierra
para el
que la trabaja"
puede tomarse como reparto
de la propiedad de la tierra,
como se plantea en el MST de
Brasil, o como pública con derecho
a trabajarla colectivamente,
como en las ocupaciones del
Alto Paraná en Paraguay: ¿cómo
lo planteáis vosotros?

JB.- No queremos la propiedad
de la tierra: la tierra, como el agua
o el sol, no pueden ser propiedad
privada, han de ser públicas de todos.
Queremos su uso, y eso no
es solo para los andaluces, sino
que también puede venir un catalán
o un senegalés a trabajarla… pero
cuando se va no se lleva ni una brizna
de tierra. Pensamos que nuestro
deber, por todos aquellos que
cayeron en las trincheras o murieron
en los calabozos o los que aún
están, es recuperar todo lo que nos
han robado, y no es solo la tierra,
sino la energía, el transporte, la
banca,.. y también las fábricas,
todos los medios de producción.
Nosotros en Somonte, queremos
colectivizar la tierra.

LI.- Siguiendo con el tema de
la propiedad, en las charlas hablas
de «Los siete magníficos»,
como los auténticos subsidiados,
¿puedes comentarlo aquí?

JB.- Duran i Lleida, como el Duque
de Salvatierra o el presidente
de Ferrovial, intentan dividir a la clase
trabajadora de los distintos pueblos
hablando que si los trabajadores
andaluces somos vagos o
subsidiados. Y son cosas que dan
rabia, porque en Catalunya creo
que es evidente que muchos de los
que estan trabajando o tienen unos
estudios tienen padres andaluces
que vinieron sin nada y se lo han
dado con el trabajo de sus manos.
Algunos de los que quieren encontrar
ladrones, parásitos y subvencionados
deberían mirar más cerca
suyo, de puertas adentro.
Porque menos terratenientes tienen
más tierra que en los años 30. Es una
burguesía terrateniente parasitaria, la
más inútil de toda Europa. Y a los terratenientes
de toda la vida, ahora
además hay que añadir a los de la
burbuja inmobiliaria que han hecho
fortuna con el ladrillo y no tienen nada
que ver con el campo –por ejemplo,
en mi pueblo hay una finca de 3.500
hectáreas de las hermanas Koplowitz-
, pero también Ramón Mendoza que
fue presidente del Real Madrid, el dueño
del diario Marca, junto a los
Osborne, los Terry, … es una desgracia
más que sufrimos…
Por eso, no solo luchamos contra
la propiedad de la tierra sino contra
la PAC (Política Agraria Común de la
UE) que llega en forma de subvenciones
que nunca han beneficiado
al pequeño campesino. En Andalucía,
los que nosotros llamamos «Los
7 Magníficos» que son el Duque del
Infantado, la Duquesa de Alba, Inmobiliaria
Osuna, la familia Barrera,
por supuesto la Compañía de Jesús,
el Duque de Aguilar, se llevan
el 80% de las subvenciones de la
PAC. Mientras, cerca de 30.000 pequeños
campesinos y ganaderos
desaparecen todos los años. Un
dato significativo es que la Duquesa
de Alba, recibe 5.700 euros diarios
desde el 1 de enero al 31 de diciembre de la PAC, por no sembrar nada.
Hemos denunciado, que incluso se
ha querido cobrar por las piedras o
por cosechas que se realizan en
septiembre como el algodón, sembradas
en agosto… en fin, una especulación
y un robo más de los
que están acostumbrados. Si ha de
haber algún tipo de subvención, debería
ser para incentivar la calidad
de los productos, la creación de
empleo y el respeto al medio ambiente.
Muchos de ellos, como inmobiliaria
Osuna, no tienen vinculación
alguna con el campo.

LI.- Has dicho que ocupasteis,
entre otras cosas, para atender el
problema del paro, ¿se podría
ampliar vuestro ejemplo? ¿Qué
hace la Junta de Andalucía?

JB.- El gobierno bipartito del
PSOE e IU nos respondió enviando
a la guardia civil y con un intento de
desalojo con un despliegue sin precedentes:
vinieron 300 antidisturbios,
tras habernos llevado a 17 al
juzgado. Nos echaron pero volvimos.
Siempre hemos estado por el diálogo
para darle una perspectiva legal
a la situación, pero nos dicen que si
queremos hablar primero hemos de
abandonar la finca. Nosotros hablaremos
lo que haga falta, pero no
dejaremos la tierra: nos sacaran de
Somonte en una caja de pino.
Además creemos que la principal
solución al paro en Andalucía
es la tierra. Sólo las 20.000ha que
posee la Junta de Andalucía –tiene
otras 50.000 de dehesa-, podrían
generar empleo para 800.000
trabajadores 1. Pero en principio
las quería privatizar y el problema
es que la tierra está concentrada
cada vez en menos manos: de
momento con las luchas del SAT,
parece que hemos parado las
privatizaciones y la Junta habla de
hacer un banco de tierras público.

LI.- ¿Cómo funcionáis en
Somonte y qué habéis conseguido
en este año que lleváis?

JB.- Lo hacemos de manera
asamblearia. Hacemos una al menos
una vez a la semana. Todo el
trabajo se reparte en forma igualitaria
entre hombres y mujeres desde la
cocina o la limpieza del cortijo a los
trabajos del campo. A las 8 de la
mañana ya hemos desayunado y
estamos en el campo. Comemos
cuando vuelven las niñas del colegio,
y volvemos a trabajar a la tarde.
Intentamos evitar el individualismo y
hacerlo todo colectivamente: las
comidas, las habitaciones… respetando
la intimidad de cada uno, pero tratamos
de vivir también colectivamente.
En un año hemos conseguido
mucho más de lo que nos esperábamos:
hemos cultivado 55 hectáreas
de trigo, 70 de avena, 20 de
girasol, una de patatas, dos de habas,
una de ajos, una de cebollas...
ahora acabamos de plantar sandías
y melones. Bueno, y otros productos
de la huerta… y todo ecológico y
recuperando las semillas originales.
Y cuando empezamos lo único
que teníamos eran nuestras manos,
y luego con la solidaridad de los pueblos,
de aquí y de fuera, lo hemos
hecho posible. Estamos demostrando
que no somos una panda de subvencionados,
que la utopía es posible
y se conquista luchando. Que
somos trabajadores y trabajadoras
con muchas ganas, que creemos
que podemos hacer otro mundo sin
explotadores y sin esclavos.

LI.- ¿Quieres añadir algo más?

JB.- Estoy totalmente de acuerdo
con la soberanía de los pueblos,
de que sean éstos los que decidan
su propio futuro. No creo que nadie
desde Madrid o desde Bruselas,
pueda imponer a los pueblos.
No se trata sólo de su cultura o su
forma de vida, sino de que el propio
pueblo pueda decidir su futuro.
Estoy totalmente de acuerdo con
el derecho a autodeterminación. Lo
mismo que nadie puede decidir lo
que debemos de comer, lo que
debemos de sembrar en nuestras
tierras, creo que deben ser los pueblos
quienes lo decidan.
El pueblo obrero catalán está sufriendo
la misma explotación y saqueo
que el pueblo obrero andaluz,
y para nosotros son nuestros hermanos.
Nuestro enemigo está claro
quién son, la burguesía y el capitalismo,
y juntos, con la unidad y la
solidaridad de la clase trabajadora
de cualquier parte podemos conseguir
doblegar al capitalismo y la victoria
final de la clase trabajadora.

Notas: 1 El paro en Andalucía es del 36,87%,
alcanzando los 1.473.700 desempleados
en abril 2013. (Canal Sur 25/4/13)