Artículos de actualidad de la UIT-CI




Artículos de actualidad sobre Ucrania



8M: IMPRESIONANTE DEMOSTRACIÓN DE FUERZAS DEL MOVIMIENTO FEMINISTA



Estás aqui : Portada » Temas » Internacional

Grecia

Syriza: otra vuelta de tuerca

Layla Nassar, 6 de junio de 2016




Aún no ha pasado ni un año de la traición de Tsipras, que acabó acatando las condiciones de los acreedores para el tercer «rescate del país» (más privatizaciones, más recortes y más deuda) después del valiente No del pueblo griego al referéndum del 5 de julio. Y ahora ya vuelve a estar contra las cuerdas de los acreedores: en julio tiene que pagar 2.300 millones de euros de deuda al Banco Central Europeo, más 300 al Fondo Monetario Internacional. El Cuarteto (a la ‘troika’ se ha sumado el Mecanismo Europeo de Estabilidad) todavía pone condiciones para desencallar el primer tramo del tercer rescate (86.000 millones en tres años): reclaman de Atenas un recorte de 5.400 millones adicionales (un 3% del PIB) hasta el 2018.

Ahora, pensiones e IVA

El gobierno de Syriza está haciendo los deberes y ha aprobado ya la peor estocada a las pensiones (esta vez no ha habido ningún voto disidente entre los 153 diputados de Syriza) y una polémica reforma fiscal que aumenta el IVA.

Desde el inicio de las políticas de austeridad, en 2010, las pensiones en Grecia se han recortado once veces. La nueva reforma supone rebajar la pensión mínima hasta 384 euros para los pensionistas que han cotizado 20 años, eliminar el fondo de solidaridad complementario (para las viudas menores de 55 años, por ejemplo) y también los fondos de pensiones gremiales. Amplios sectores de trabajadores que tienen trabajo estacional (agricultura, construcción) sufrirán una retirada de las pensiones del 30%.

El impacto no es sólo sobre los pensionistas: después de todos estos años de recortes y con un nivel de paro (oficial) del 30% (50% entre los jóvenes) muchas familias sobreviven sólo con los ingresos de los abuelos. Otro golpe, el peso de la crisis se descarga sobre los trabajadores más débiles. Después de 40 años cotizados, un trabajador griego de 67 años no recibirá más de mil euros de pensión.

La reforma fiscal no es menos grave: el IVA general sube un punto, hasta el 24% (en España es del 21%) y en el impuesto sobre la renta se rebaja el mínimo vital exento hasta los 8.600 euros. Las rentas medias y altas también son penalizadas, pero con la rampante evasión fiscal del país no habrá ningún millonario que se resienta. También se han retirado las anunciadas tasas en los hoteles de lujo y el impuesto al juego, alegando que afectarían el turismo.

Los siguientes pasos están marcados por los acreedores: privatizaciones y despido de trabajadores públicos, rebajas salariales y el fin de la moratoria a los desahucios después de haber puesto todas las hipotecas impagadas en manos de fondo buitres.

Syriza traiciona, la gente lucha

Como tantas veces ha hecho la socialdemocracia en Europa, el fracaso de Syriza está abriendo las puertas a la derecha. En las encuestas, los conservadores de Nueva Democracia, con su flamante líder, Kiriakos Mitsotakis, ya están por delante de Syriza. Si además añadimos la política sobre los y las refugiadas, con la represión, la detención, la militarización de las fronteras... el razonamiento es obvio: para aplicar estas políticas ya está la derecha y mejor el original que una copia odiada porque además ha traicionado las esperanzas de la gente. Es así como Syriza ayuda a la reconstrucción de Nueva Democracia. Sería demasiado fácil reducir la traición de Syriza y de Tsipras a una característica personal, no convertimos la historia en una lista de buenos y malos, sino del resultado de la lucha de clases.

El capitalismo vive una intensa crisis con dificultades para la reproducción ampliada de capital, y exige todos los recursos disponibles para mantener la maquinaria y que no pare la rueda. Y, en estas condiciones, las políticas socialdemócratas (se digan PASOK, PSOE o Syriza) no tienen espacio para diferenciarse de la derecha, no pueden hacer la clásica política de compensar los enormes servicios que prestan a la patronal con un mínimo de recursos dedicados a políticas de atención a las clases populares: la bestia lo devora todo y lo quiere todo. La socialdemocracia pierde en toda Europa su base material y el resultado es la polarización social. Y esta es una advertencia para cualquier proceso de recomposición de la izquierda: se diga Podemos u otro. Que no nos vendan humo, que no nos expliquen otra vez la historia de las negociaciones.

El golpe que supone lo que está aplicando Syriza contra la población trabajadora griega es un panorama desolador desde el punto de vista de las esperanzas de millones de griegos y de muchos y muchas trabajadoras del resto de Europa: era una luz de esperanza. Hubo voces a la izquierda, también la nuestra, que ya advirtió de la disyuntiva que tenía que encarar Syriza: seguir aplicando los planes del capital con la espiral de pobreza y destrucción que arrastra o abrir un camino de ruptura, romper las cadenas de la deuda, utilizar los recursos para crear ocupación para defender la vivienda, la sanidad y la educación, en definitiva para nuestra gente... y el camino no será fácil, porque los lobos se nos echarán encima y habrá que internacionalizar la resistencia, pero esta es la alternativa realista para la gente trabajadora: construimos un nuevo sistema, construimos el socialismo.

Pero este camino no se puede hacer sin organización y la organización nace de la lucha de las ideas, pero sobre todo de la lucha en la calle. Por eso ha sido tan importando la resistencia popular a los planes que quiere aplicar el Gobierno Syriza: tres huelgas generales. Las movilizaciones han recuperado la fuerza de las mejores huelgas contra los gobiernos del PASOK y de los conservadores. Las calles se han vuelto a llenar y había miedo en «los mercados» y en las instituciones europeas que otro vez Syriza no mantuviera la traición y algunos de sus diputados/das votaran en contra. Pero esta vez el bloque impuesto por Tsipras se impuso. La votación se tuvo que hacer, como en los tiempos de Samaras, blindando el parlamento de los manifestantes.

Sí, una vez más reconstruir el movimiento, reconstruir el programa, salir a la lucha, no hay ninguno otro camino. Es con la gente sencilla que sido la clave de la acogida de los y de las refugiadas, con la gente trabajadora que hay que construir una alternativa al Gobierno Syriza.

Layla Nassar

Ir a la versión en catalán   

Ir a la versión en catalán   

Ir a la versión en catalán