Varias olas se cruzan en la playa de este agosto: por una parte el anuncio triunfalista de una falsa recuperación, alimentada tanto por motivos electorales del PP como de refuerzo de la monarquía; por otra, un empeoramiento de las expectativas económicas internacionales que el gobierno ya prepara para que le sirvan de pretexto cuando se desinfle la expectativa de recuperación. En la calle conviven las ganas de que realmente asistamos a la salida de la crisis, lo que explicaría una mayor salida de vacaciones en barrios obreros de L’Hospitalet de Llobregat, coexistiendo con lo que puede ser un ejemplo de reparto capitalista del trabajo, con despidos baratos de trabajadores antiguos y contrataciones baratas y de pocas horas de jóvenes, trabajos, estos últimos, que no los sacan de la pobreza. ¿Cierta «recuperación »? En la provincia de Barcelona, en el sector privado de TV y Vídeo hay un repunte de trabajo, pero con precios un 90% inferiores a los de 2007.

Para la clase trabajadora la recuperación es pleno empleo con salarios dignos. No es la recuperación en la que piensa Rajoy.

Rajoy, Guindos y Montoro tienen asegurado un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en un año, del 3 - 4% (a partir de septiembre de 2014) por la inclusión en el PIB de la prostitución y el narcotráfico, por el cambio en la contabilización de la investigación civil y militar, y por la contabilización del armamento como activo fijo equiparable a infraestructuras civiles. Cuando cambian los criterios estadísticos, se produce un escalón y no pueden compararse directamente los datos actuales y los anteriores. Pero puede servir para ponerse medallas.

Un dato significativo es que el incremento por drogas y prostitución en el Estado español se estima que represente una parte del PIB, cuatro veces mayor que en Portugal o Gran Bretaña. Por otra parte, puede hablarse de una falsificación estadística generalizada. No sólo con las cifras del paro, del número de parados sin prestación, también del total del PIB, de los impagados bancarios, de las deudas bancarias de dudoso cobro, de las ayudas públicas a la banca que la normativa europea permite no contabilizar como deuda pública, de la solvencia misma de la deuda pública del estado. Estado y banca se hallan abrazados prestándose dinero mutuamente. La insolvencia de la banca ha provocado la del Estado.

Las grandes empresas españolas, las que cotizan en la bolsa, las 35 del IBEX35 y otras, desde el principio de la crisis han ampliado su carácter parasitario de las cuentas públicas. Las 35 del IBEX acumulan centenares de filiales en paraísos fiscales (en 2012 sumaban 467), de manera que pagan los impuestos que quieren, que son de promedio menos de un 4% de los beneficios. Son como miles de «casos Pujol». Recordemos que lo de Pujol pueden ser comisiones, que son una parte de los beneficios, y aquí están los beneficios enteros.

Las empresas internacionalizadas, han seguido obteniendo beneficios del resto de mercados, y mientras disminuía la demanda global en cada sector del mercado estatal, las grandes ampliaban su cuota, por el cierre de las pequeñas y medianas.

En el caso de las constructoras españolas, así como ha bajado la partida de inversiones públicas que les permitió rellenar la geografía de AVES y aeropuertos, y mediante concesiones han construido autopistas y hospitales privatizados, el Estado ha avalado sus aventuras, llámense ampliación del canal de Panamá, Plataforma Castor de almacenamiento de gas, o autopistas de peaje fracasado de circunvalación de Madrid.

Pero el sector de grandes empresas que se llevan la parte del león es la banca. El 15-M de Madrid realizó un estudio de la suma de ayudas directas, créditos, avales y supuestas pérdidas del llamado Banco Malo, y la suma es astronómica.

Propiamente, son partidas que no pueden sumarse, sino que deberían ponderarse previamente con una estimación del riesgo de impago o pérdidas en cada una de ellas. En todo caso, las cantidades lo harán impagable, cuando políticamente pueda anunciarse la cifra a la población.

Para el régimen, mejor empezar el nuevo reinado con una aparente recuperación que con una suspensión de pagos.

Algo ocurre con el empleo. ¿De qué se trata? Por un lado, la reforma laboral de Rajoy ha abaratado considerablemente el despido de los trabajadores/as fijos antiguos, que suelen cobrar salarios dignos, según convenios, más trienios. Se está dando la substitución de estos trabajadores por otros con condiciones muy inferiores. Por otro lado, según Coscubiela, en 2013 crecen algo el número de las afiliaciones a la Seguridad Social, pero disminuyen nueve veces más el número de empleos equivalentes de 8 horas. Se estaría produciendo un reparto capitalista del trabajo, con jornadas de pocas horas y salarios bajos. Por otra parte, el número de personas en paro sin prestación es de 4 millones, no de 2 como se afirma en los medios (ver enlaces, informe de CCOO). A medida que ha aumentado el paro, ha disminuido la asignación presupuestaria por parado.

En Catalunya, los dos últimos Consejeros de Trabajo ya declararon que la prestación debería desaparecer. El cálculo que hacen es sencillo: cuanto antes lleguemos a la pobreza generalizada, antes aceptaremos salarios de miseria, con lo que antes se implementará el plan de ajuste para garantizar la tasa de beneficio del capital.

En el argumentario del gobierno y de la oposición se describe la economía como un mecanismo averiado al que un buen relojero tiene que despertar para que vuelva a la actividad y como subproducto cree empleo. El servicio de estudios del Banco BBVA no se lo cree. Y no es creíble. La economía capitalista española no ha sido capaz nunca de ocupar a su población. En las anteriores crisis, el paro de larga duración, el superior a dos años, se ha ido acumulando, y a pesar de que en temporadas de crecimiento ha disminuido, la mayoría de los parados de larga duración no ha vuelto a ocuparse. Previsiblemente eso es lo que va a volver a ocurrir ahora en el marco de este sistema. En el esquema del relojero que arregla la economía, los trabajadores no debemos molestar con movilizaciones pues por nuestra culpa se puede arruinar el arreglo.

Pero el arreglo consiste en empobrecernos. Los diarios de derechas ya preparan a la población. Dice La Vanguardia de 16-8-14 «Este país le da ahora la vuelta a su modelo productivo y en el nuevo hay que asumir periodos de desempleo como parte ineludible de la carrera profesional...Hay que dejar de obsesionarse por la nómina. Puedes ganar más como autónoma por ofrecer servicios profesionales ocasionales».

Los servicios de empleo estatal y autonómicos aceleran su privatización para administrar ese mercado de trabajo con elevado paro estructural que permitirá mantener bajos salarios y malas condiciones laborales. En el Servicio de Empleo de Catalunya, según UGT se ha reducido la plantilla al 50% en 5 años.

Ahora, gracias a las reformas laborales de Zapatero y Rajoy, votadas por CIU, se va a subcontratar a Empresas Privadas de Colocación,que se encargan de la intermediación entre las ofertas de trabajo y los trabajadores en paro. Se trata de la administración liberal del paro, haciendo de ello un negocio.

Mientras el discurso gubernamental y mediático se centra en culpabilizar al trabajador en paro, sabemos que lo principal es que nuestra economía capitalista no genera suficientes ofertas de trabajo de la cualificación necesaria para ocupar a los desempleados realmente existentes. En el Estado español hay una oferta por cada 110 parados, en la Unión Europea una por cada 12 parados. Un programa por el pleno empleo con salarios dignos debería contemplar:

1.- En 7 años de crisis se ha demostrado que la economía de libre mercado no es capaz de ocupar a la población. De hecho tampoco era capaz de hacerlo con la burbuja inmobiliaria, pues en el cuarto trimestre de 2007 el paro era del 8,60% (encuesta de población activa).

2.- El prerrequisito para imponer condiciones que disminuyan el paro hacia el pleno empleo con salario digno es el aumento de la organización y las luchas de los trabajadores con un horizonte político. La lucha sindical y política, en la medida que obstaculiza las «soluciones » liberales, obstaculiza el camino a nuestro empobrecimiento, pero sin un horizonte político o no habrá victorias o serán efímeras. Las candidaturas a las elecciones municipales, autonómicas, estatales o europeas que en su programa recojan la reivindicación del pleno empleo con salarios dignos, deben sacar la consecuencia de que ello no es posible con algunos retoques, ni tan sólo con muchos retoques. Dar pasos en esa dirección requerirá luchas de resistencia orientadas a los cambios políticos necesarios, que necesariamente nos enfrentarán a la gran burguesía y oligarquías.

3.- La elección está entre una economía cuya prioridad es el máximo beneficio de los grandes capitales o una economía a favor de la vida, por el pleno empleo con salarios dignos y con un sector público amplio, no sólo de servicios públicos como la sanidad, enseñanza, empleo, pensiones, parte del trabajo que actualmente es doméstico...sino también de producción de materiales y servicios que se consideren estratégicos: banca, investigación, alimentación, construcción, mecánica, electrónica, programas... Esta economía deberá recuperar soberanía para realizarse, pues el entramado jurídico de los diversos tratados de la Unión Europea y Directivas cierran el camino a otra economía que no sea la capitalista liberal.

4.- Poner el pleno empleo como prioridad implica todas estas cosas y más: la distribución del trabajo sin pérdida salarial; devolver al sector público los servicios y plantillas privatizadas y ampliar el sector público; elaborar planes de desarrollo local y comarcal; la eliminación de ETTs, Agencias privadas de colocación, cadenas de subcontratas; la financiación inicial y sostenida de los planes mediante moneda propia, banco central, banca nacionalizada; impago de la deuda pública; subordinación de la propiedad a su función social; elaboración un sistema fiscal progresivo y actuación contra el fraude fiscal de los grandes capitales, empresas, burguesía y directivos.

5.- Mientras no se haya llegado al pleno empleo, suspensión de desahucios y cortes de suministros por la situación de paro, prestación económica indefinida hasta el empleo. Esta medida para los 4 millones de desempleados sin prestación significaría el 2,4% del PIB.

Nota. 20-8-14. Recibirás los enlaces si envías un correo a carrilet@gmail.com