Este es el lema de la campaña
electoral del Partido de los
Trabajadores ante los próximos
comicios del 20 de abril. El
PT postula a luchadores y
luchadoras sociales, dirigentes
obreros, campesinos, barriales
y populares de comprobado
compromiso con los intereses
de nuestro pueblo y desarrollará
una campaña electoral
basada en tres ejes fundamentales:

Tierra. Por una Reforma
Agraria radical e integral

1. Confiscación de los latifundios
sin indemnización y entrega de la
tierra a los campesinos.

Paraguay ocupa uno de los primeros
lugares en cuanto a concentración
de tierra del mundo. 83%
de los campesinos paraguayos están
ocupando 6% de la tierra y solamente.
351 grandes latifundistas
tienen la propiedad de 40% de todas
las tierras de Paraguay. Arrancamos
con la lucha por entregar tierra
a los campesinos pobres, pero
trabajaremos en ella con dos ejes
que apuntan en la dirección a un
cambio aún más de raíz:

· La conquista de la tierra sólo
será viable por la vía de las ocupaciones.
Es por eso que una de las
prioridades fundamentales es la organización
de los Sin Tierras. La
conquista de la tierra sólo vendrá
por la fuerza de nuestra organización,
movilización y lucha, jamás por
la buena voluntad de los gobiernos
burgueses. El derecho a la vida tiene
que estar por encima del derecho
de propiedad.

· Incentivar la propiedad social
y la explotación colectiva (minga);
en las ocupaciones de tierra proponemos
la formación de comunidades;
y en ese marco planteamos
que la propiedad sea comunitaria,
y que la tenencia de la tierra sea
indivisible e intransferible. Asimismo
promovemos que las comunidades
sean conducidas por una Asociación
Comunitaria electa democráticamente
por la base y cuyos miembros
sean revocables en cualquier
momento. En el aspecto productivo,
se promueve un plan comunitario
que apunte a la seguridad
alimentaria y al modelo de producción
agroecológica, basada en la
soberanía sobre la administración de
los recursos (suelo, agua, bosque,
la biodiversidad).

2- Promovemos un Plan Nacional
de Producción diversificada,
agroecológica.

Con utilización racional y sustentable
de los recursos, a los efectos
de desterrar el hambre en primer
lugar y en función a asegurar el
arraigo para evitar la emigración del
campo hacia las ciudades que se
constituye en la realidad cotidiana
con el masivo desplazamiento y
abandono del territorio campesino,
de las necesidades internas de
nuestro país.

3- No a los Venenos. No a los
Agroquímicos. No a la destrucción
de nuestros recursos naturales.
El modelo agroexportador basado
en la producción a gran escala
de algunos productos «rentables»
conlleva la utilización indiscriminada
de agrotóxicos, ya que lo que importa
son las ganancias y la rentabilidad
de la producción. La consecuencia
es la degradación del medio
ambiente, la destrucción de los
bosques nativos, la contaminación
de los arroyos y manantiales subterráneos
de agua. Las empresas
transnacionales no están preocupadas
con eso porque cuando la tierra
ya no rinde lo suficiente ellos se
marchan hacia otro país.

4- Nacionalización de las grandes
empresas agroexportadoras.
Actualmente el campesino es un
extranjero en su propia tierra porque
el campo está comprado por
empresas extranjeras. El monocultivo
de la soja está directamente comercializado
por las trans-nacionales,
y las grandes empresas agro
exportadoras se apropian también
del comercio de los productos y de
las semillas. Luchamos por la expropiación
de las grandes empresas
agroexportadoras que controlan
el mercado internacional de los
granos.

5- Un Estado que asegure todas
las condiciones para tal forma
de producción.
Con suministro de créditos,
insumos, herramientas y tecnologías
para ese modelo de producción y
garantice el proceso de
comercialización de toda la producción
a través de centros de mercadeo
adecuados y a precios bajos
para el pueblo trabajador. Reivindicamos
además, fijación de preciosbase
para productos agrícolas, seguro
agrícola y la jubilación de los
productores y productoras campesinas.

Trabajo.

Pena de cárcel para empresarios
que no cumplen leyes laborales y
sindicales. No a la flexibilización. Por
el pleno empleo de manera a que
haya trabajo para todas y todos. Por
el congelamiento de los precios de
la canasta familiar. Control de los
precios de productos básicos. Por
un reajuste salarial del 40 por ciento.

No a la privatización de las
empresas públicas. Por la defensa
de la seguridad social. No a la
criminalización de las luchas sociales.

Soberanía.

Renegociación de tratados de
Itaipú y Yacyretá para recuperar
nuestro patrimonio energético.
Cambio del modelo del monocultivo
de la soja. Impuesto a la soja.

No al pago de la deuda externa.
Fuera el FMI y todos los bancos
usureros. Nacionalización de la
banca y el comercio exterior.

Estas reivindicaciones, y todas
aquellas que favorezcan a los intereses
de los sectores explotados
sólo podremos conquistarlas
plenamente con un gobierno
de trabajadores, con un gobierno
obrero, campesino y popular
que inicie la construcción
de la sociedad socialista.