En marzo el levantamiento popular en Siria entró en su quinto año. A la brutalidad de la respuesta del régimen, se sumó tener que enfrentar la otra cara de la reacción, el Estado Islámico, instrumentalizado por el imperialismo para reactivar los planes represivos ante la amenaza terrorista. Por si eso fuera poco, tras los bombardeos de la coalición encabezada por los EE.UU .

supuestamente contra el EI, Turquía interviene militarmente contra los kurdos para destruir las bases del PKK en Siria e Irak .

Esa masacre con más 300.000 muertos ha provocado un éxodo masivo de más de 4 millones de refugiados. Más de un millón en Líbano, dos en Turquía y miles que intentan cruzar el Mediterráneo en pateras hacia Grecia o Italia para después llegar a los países del centro y el norte de Europa .

Las imágenes de la desesperación a las puertas del poder europeo y la fotografía del niño kurdo ahogado, uno más de las decenas de miles de las criaturas sirias muertas, han desencadenado una campaña humanitaria para poner en marcha una red de ciudades de acogida .

La brutalidad con la que han tratado los gobiernos de la UE a estos refugiados ha contrastado con las muestras de solidaridad que han recibido. Hay que derogar las leyes de extranjería que impiden el derecho a salir de situaciones de guerra o miseria .

Pero no basta con acoger a los refugiados, hay que ir a la fuente del problema porque el pueblo sirio sigue sufriendo la barbarie del régimen y del Estado Islámico. Reducir el problema a una cuestión humanitaria es abandonar la resistencia del pueblo sirio a los verdugos del régimen y el EI .

La responsabilidad de la izquierda en el aislamiento de la guerra que se libra en Siria ha sido escandalosa: 4 largos años de silencio. Un sector directamente alineándose con el régimen de Bashar el Assad, otro no sabe y no contesta. La revolución siria que nació al calor de las revoluciones en Túnez o Egipto, ha tenido que librar una batalla desigual contra un régimen que no ha dudado en utilizar todo el arsenal que nunca usó contra Israel, contra su pueblo y los palestinos que en él se refugiaron. Si hoy el régimen Bashar sigue en pie es por el apoyo militar de Rusia, Irán y Hezbollah, y por la existencia del Estado Islámico que combate las fuerzas de la revolución .

El 12 y 13 de julio en Estambul se reunía una Conferencia de organizaciones de la izquierda siria e internacionalista. En ella estuvimos presentes junto a nuestros/as compañeros/as de la Unidad Internacional de los Trabajadores Cuarta Internacional .

Fruto de ese encuentro y de sus resoluciones participamos en los actos de denuncia del segundo aniversario del ataque químico a los barrios de Damasco y preparamos para octubre una semana de solidaridad internacional .